Solo vos en aquel momento (y han pasado años)
pudiste cautivarme más que el mar amado
en esos años de la primavera de mi vida
cuando solo deseaba amar el mar;

Solo vos en aquel momento
tuviste más color
que los colores vistos de tantos cielos
flotando en tantas tardes y tantos amaneceres;

Solo vos te convertiste en certeza
de aquéllos amores no humanos
que había soñado como única forma
de satisfacer las insaciables
aspiraciones de mi corazón.

Qué frutas maduras en su estación
serán más dulces que tu inocencia
hoy adornada por el tiempo?

Qué sinfonías que el mundo oiga
tendrán más sentida suavidad
que la de tu inesperada caricia nocturna?

Qué murmullos en la profundidad de la noche
pueden ocultar más misterio
que los que encubre tu amor callado?

Qué paraíso puede haber
más fantástico y buscado
que la ternura de tu cuerpo
ya memorizado entre mis brazos?

Durante las noches le pido al cielo
y a las estrellas que te protejan
(y el cielo se agita en truenos para recordar que te cuida
y las estrellas pasan la noche velando tu dormir)

En el día le ordeno al tiempo
y a la angustia que te dejen en paz
(y el paso del tiempo sigue su rumbo sin tocarte
y una calma quieta te acompaña y devora toda angustia).

Un maduro amor
me azota desde el corazón
y quisiera en este instante
poder llegar con mis manos
hasta el cielo de tu alma
respirar con mi boca
el aire de tu cercanía
hundirme con mi presencia
en la deriva incierta de tu porvenir

Para ser el descanso de tu cansancio
Para ser la red de tus caídas
Para ser la claridad de tus dudas,
contra esas pruebas que la vida
nos interpone tantas veces,
sin que sea necesario decírtelo,
aquí estoy,
aquí seguiré,
aquí me encontrarás,
queriéndote….,
acompañándote….