Fe.

Era una noche verde en el principio de mi vida;
Cuando descubrí como un incendio
La palabra fe.
Nacía el ser de la nada,
inundaba mis sueños y mis manos blancas
y era el universo, amigos, una enorme manzana
dulce , jugosa , fresca y madura.
Sentí mi piel sin recuerdos,
huir por senderos iluminados,
ascender hasta las nubes
y depositarse en el cielo de lo abstracto…
Era agradable descansar
sin tiempo , espacio ni voluntad
mientras mis manos se perdían
en la inmensidad de un mágico mundo
donde la Luna me sonríe
y espejos de arco iris me hacen ver todo
con una visión plena y esperanzada
fui invitada a la cena del Señor.
¡Sí! , puedo gritarlo ,
saludo cristales amorosos,
primaveras eternas aprendiendo el arte
de recordar
sin desgarrarme en el intento,
sin sentir las espinas de la rosa
ni la cruel nostalgia de la soledad…

¡Vive Dios! Y lo hace

En estos versos

Testimonio de mi fe
donde se asoma la vida, la esperanza y el amor

para danzar junto a ti.

Este amor primero y divino

transita con los ojos abiertos

en mi jardín perdido

donde escucho su voz muy dentro de mí

y veo la luz a través de las tinieblas
mientras alabo a Dios.

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