Me desperté sobresaltada, no dormí bien. Quizás fue por la larga charla que tuvimos anoche. Soñé que venía Marilí a buscarme. La vereda y la calle estaban cubiertas de agua. El temporal en la noche había dejado las pocas hojas de los árboles tapando las acequias, otras en el asfalto. Me invitaba a caminar por la calle y lo hacíamos descalzas. Siempre he sentido placer de tocar el agua con todas las partes de mi cuerpo, las hojas se pegan en las plantas de mis pies. No se percibe de la misma manera que cuando caminaba por el barro, dentro de las cunetas. El barro se asomaba entre los dedos y cuando estaba chirle el placer era total. Solo caminamos.
El celular tenía el signo de que había un mensaje de voz. Marco asterisco 555 (nunca sé si es el 444 o el 555), la voz en off me dice ingrese su clave de seguridad, 1234 no es tan segura pero es fácil de recordar.
Y escucho tu voz… Mamá no me animé a despedirme, quise salir temprano antes de que todos despierten. Aunque saben de mi partida no me gustan las despedidas. Voy a
estar bien. Tengo necesidad de estar lejos, pensar, crecer. Los amo.
La voz en off me vuelve a decir para escuchar nuevamente el mensaje presione 1, para guardar presione 2 para borrar presione 3. Presiono 2 y del otro lado escucho… ese fue su último mensaje.