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Pan sin amasar


"Mi canto está mal hecho

como esta verdad,

que está mal hecha.

Hagan ustedes la verdad mejor."

(Antonio Gamoneda)



Azulada hoy está confuso y arisco, como el sol, que lo mismo resplandece de rojo sobre el tejado que se espanta de unas nubes peregrinas que no aciertan su destino. Y este malhumor el editor lo paga contra la plaga de caracoles que se comen sus lechugas. Y maldice a su progenitor, el gasterópodo mayor. "Pues cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ayo ni freno que la corrija."(El Quijote. II parte. Cap. XXVII)

Y mientras acordona su terruño con cinco kilos de sal gorda, un presentimiento le dice que no siempre la palabra es el altar de la verdad. Que los caracoles se reproducen aunque los emborrachemos con cerveza.

Blao le dice a Azulada en este lunes con cuernos de caracoles hasta el pílogo que la literatura es la mejor herramienta para derribar las barreras de la mente. Con sibilina persuasión de escritor a sueldo el negro convence a su editor de que la palabra, como el hierro es ideal para combatir babosas, el mejor instrumento para deshacer entuertos, allanar caminos y traspasar fronteras.

Con la adarga de la plática, de su prosapia ilustrada Blao convence a Azulada que si come de su pan y bebe de su vino, el misterio que le atrapa le será revelado gracias al sacramento de la palabra.

Y confiado en esta promesa fue como Azulada se acercó a esta ciudad virtual de las letras para ser un iluminado más en el coro celestial de los lectores engañados, otro caracol atragantado con harina de salvado. Cual esenio escrupuloso se consagró al poder de la palabra, monopolio de una única bandera.

Pero helo aquí ahora al labriego decepcionado y dividido frente a un batallón de caracoles y babosas ondeando en esta página de letras ambivalentes, sin sustancialidad real, simientes que a germinar nunca llegan. "No creas en el poeta, te mentirá en cada verso". (Soledad Arcos).

Las palabras, vago reflejo de la realidad, como los enhiestos cuernos de los caracoles, se esfuman cada vez que Azulada intenta atraparlos. Unos se salvan, otros encarcelados quedan. Las letras, es decir la palabra escrita, «se ha inventado como un pharmakon (veneno) de la sabiduría» (Platón).

Que la palabra lo mismo cura que envenena. Y no es bueno pelear con cuchillo de doble filo. Que la literatura engaña y que hay tantos buenos literatos de alma contaminada como escritores analfabetos con el corazón de oro. Que a veces la literatura nos juega malas pasadas, que tan por los pelos se expresa que más parece un credo, un disparate, una trinchera, una fábula, más que una opinión, una idea, una contribución y ocurrencia. Que son traicioneras las palabras, que lo mismo nos dan alas que nos tronchan las orejas.

Y de estas diatribas, por otro lado legitimadas y sinceras que lee y comenta en esta "Página", Azulada aprende que la verdad le es ajena, y que no florece el conocimiento en las palabras, ni en las de ustedes siquiera, que son torcideras, ambiguas y versátiles. Que las palabras son santas y malvadas. Habla Satán, habla el Papa, las cadenas, las espadas, los silencios y hasta las botas de los capitanes amotinados. Que las palabras no sueltan prendas, que nos regatean su esencia.

La disputa, la controversia es un juego, un arte, retórica, dialéctica, una lid justificada. Y dice Blao ya más proclive:

"Que no es mi intención, Azulada, trivializar la verdad. Yo la banalizaría, si la verdad fuese una talla, una retorta uncida y esculpida, pero para mí la palabra es un pan sin amasar, sin acabar todavía y aquel que se ufane de haberlo probado cocido y terminado, con su tocino rancio se lo coma, que su mente de diarrea, fiebre y retorcijones quedará al instante hasta el gollete. La última palabra por ahora no está dicha.


Juan Martín Serrano : Azulada

Texto agregado el 10-09-2007, y leído por 408 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
28-09-2007 De acuerdo.La literatura es el arte de la palabra y como todo arte.su apreciación es subjetiva y relativa al tiempo y al espacio. Es buena para quien goza escribiendo y así no le guste al mundo entero. Felicitaciones .Un abrazo y muchas ****** lengua_de_puma
22-09-2007 simpre tendremos la opción del silencio.***** gringuis_
12-09-2007 Que me queda por decir, si todos estos buenos comentarios ya hicierón buen uso de la palabra, ya lo dijierón todo, pero dejo mi saludo y admiración, Enhorabuena azulada, siempre se aprende algo, y se disfruta mucho al leerte***** gfdsa_elisa
11-09-2007 Plas plas plas, aplauso a lo grande. margarita-zamudio
10-09-2007 Lo malo de la palabra y del ser humano es que casi todas las étnias y personas se consideran con derecho a hacer uso y abuso de su terminología; y pugnan por adueñarse de ella y dominarla. Pero la palabra es escurridiza y hasta ahora nadie ha podido atraparla, y en cambio sí temerla. Dentro del amplio elenco de grupos sociales que la desean para sí, figuran: Los políticos (sobre todo algunos no muy duchos de ideas ni de mente); dictadores y violentos extremistas; multinacionales que dirigen la vida del hombre "moderno y dinámico" mediante esloganes publicitarios; analfabetos que creen que democracia significa hacer uso de la palabra para resaltar cualquier grosería chabacana; e incluso intelectuales que proclaman su recatada cultura por encima del analfabetismo de los demás cuando no saben que jactarse es sinónimo de avergonzarse y quien no tiene vergüenza de por sí es analfabeto en sensibilidad. Así pues llego a una sencilla conclusión. La palabra debe considerarse patrimonio de la humanidad y - está demostrado- jamás podrá ser propiedad de cualquier partícular con ínfulas. Hagamos uso de ella con decencia y humildad. Y visto que mi amiga y compañera sara_eliana finaliza su comentario de forma excelente, me adhiero a el y repito: "La rosa es rosa y seguirá siendo rosa aunque la humanidad entera quiera quitarle su nombre." Un saludo y un oportuno texto adecuado al tiempo en que vivimos. josef
10-09-2007 El comentario de el reto es mío naturalmente ninive
10-09-2007 Superfluo agregar algo más a lo dicho, Te felicito, siempre después de leer tus textos me queda una sensación de vacío por no poder expresar tan bien cosas que pienso y condivido.¿se llama envidia de escritores? La Biblia dice que la envidia entre escritores acrecienta el saber. Gracias EL_RETO_GANADORES
10-09-2007 La masa, en sí, es una base, ya artificial. El origen de la palabra sigue confuso, y pudiera ser implantado; si fuera así, ha de tener un sentido último, que se nos escapa. Mientras tanto, es admisible un uso homeopático por varias razones: entre ellas, has apuntado algunas que como indicas tienen doble filo. Y el dinero lo contamina todo. Por otro lado nunca la Verdad es inocente. La intención y el contexto deciden, en última instancia. Y un poco de veneno, bien administrado... sereira
10-09-2007 Desde luego la palabra es un arma poderosa con la que combatir babosas o matar. Puede reflejar la realidad o dibujar una distinta, dependiendo del arte de quien la use. Es un instrumento y según en que manos caiga sus bondades o maldades serán infinitas. Esa es la grandeza de la palabra. Estupenda reflexión como siempre bellamente expuesta. m_a_g_d_a2000
10-09-2007 Qué bello es ese proceso intelectual por el que vamos encontrando verdades. Qué suerte que lo tienes a Blao, que te sirve de interlocutor, y te proporciona argumentos para sopesar, ir y venir ... Como para compartir el tema, voy a dejar el testimonio de poetas, uno es de mi tierra (Buenaventura), el otro ... no sé. Copio fragmentos, porque las obras son extensas: /// Yo puse el esfuerzo y ella la desgana./ Yo el hondo silencio y ella la palabra,/ Yo senda y camino y ella la distancia./ Yo puse los ojos y ella la mirada./AMOR DESOLADO, Letra: José F. Dicenta Música: Alberto Cortez //// Es obvia la importancia que da el poeta a la palabra. Sigo con otra: /// Así vivió el tata viejo/ la bondad era su ciencia./ Siempre limpia la conciencia,/ siempre alegre el pensamiento,/ transformando el sentimiento/ en la flor de una sentencia./ Con calma echate a rodar/ por los caminos del mundo/ y con andar errabundo/ andá entrando en conciencia,/ que la mayor de las cencias/ es el silencio profundo./ Buenaventura Luna SENTENCIAS DEL TATA VIEJO. /// Creo que no hace falta decir mucho más. Y no es que yo no crea en el valor de la palabra, en su belleza, en su poder. Casualmente es mi trabajo, mi profesión. Pero es, a mi entender, un error, entronizarla. Alguien dijo que las cosas sólo existen a partir de que se las nombra, a propósito de UTOPÍA, de Tomás Moro, texto fundante de ese subgénero de la narrativa, el relato utópico. Puede ser que sea así para la lengua escrita, que tiene sus propios códigos, sin los cuales no puede existir. Lo planteas muy bien en tu texto. Pero la rosa es rosa y seguirá siendo rosa aunque la humanidad entera quiera quitarle su nombre. Felicitaciones. 5* sara_eliana
10-09-2007 Cuanta razón tienes. Cada palabra que uno escribe tiene a veces tantas interpretaciones como lectores. Mis 5* acuariana
10-09-2007 Cuanta razón tienen tus letras hoy sobre la palabra. <<<<<Que la palabra lo mismo cura que envenena. Y no es bueno pelear con cuchillo de doble filo.>>>> Es bueno usar la palabra, al igual que los actos, para curar... Ya de la "verdad" ni hablemos, porque es tan relativa que quien se vanaglorie de conocerla poca sensatez y sapiencia demuestra. El último párrafo como colofón, es magistral. Un abrazo, como siempre***** -nagore
10-09-2007 Así como la buena digestión necesita su siesta y su vasito de vino. Así como la planta, (la alcachofa, - por ejemplo -), necesita luz, agua y tierra donde echar raíces, la palabra escrita exige un lector que sepa acertar al interpretarla. Son tantas las veces que confundimos, por diferentes intereses, (sin razón argumentada), el valor de la palabra con tramposas interpretaciones, que nos apañan. La coliflor y el resplandor riman y florecen, pero el error no está en la rima, sino en el lector que las confunde. El error no está en el escritor, sino en el lector. Confundimos, muy a menudo, creación, con emulación, que aunque rima, también desafina. La verdad no está en el escaparate, (no sé si me explico), no se vende, ni se compra tampoco, pero se escribe, y la verdad se escribe siempre con palabras. Y, por cierto, esta última frase, no es de Platón, es mía. Y las cinco... Como siempre, para no variar maravillas
 
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