Danzan lo árboles
Por vientos hábiles
Que doblan sus figuras suaves,
Finas cual doncella,
Fuertes como fiel soldado,
Antiguos cual canto eterno.

Suenan sus troncos,
Como sinfonía perfecta,
Al cielo se eleva,
Entre sus pasillos corean,
Las ramas latentes,
Con hojas perennes
Testigos en tiempos ausentes.

Árboles, reales presentes,
Silenciosos testigos,
De verdades ausentes.
Vidas eternas,
muertes nunca acontecidas.

Las hadas entre ellos juguetean,
De día jóvenes deambulan,
Buscando besos perdidos,
Ninfas esperan, cantos perdidos,
Duendes escuchan, del lobo un aullido.

Bosque precioso, bosque encantado,
El elfo llama al silencio, de la mañana oscura,
Las hadas esconden, sus tesoros entre penumbras,
El druida a su cueva va,
Su misión ha acabado ya,
Se esconde la luna,
La besa el sol y se va donde otras penumbras a alumbrar,
Viene el solsticio,
Habrá fiesta entre los venados,
Los reyes rezan,
Las princesas cantan,
Los nobles sueñan,
La plebe trabaja,
Un monje a lo alto alaba,
Una monja contempla.
El bosque encantado se queda,
Entre llamas de sol,
Bajo un castillo en lo alto…
¡ Adios bosque encantado!.