Vuelve una vida prodigada
entre los vuelos de abastecimientos
bajo sombras foscas y luces refulgentes
que con sigilo castizo; avanzan en la noche.

Cada estrella lleva clavada una convicción,
no disipada en su totalidad
casi ganando unos pasos a la inmortalidad.

Eres y serás el idealismo
que escuche una vez,
dos;
y después:
quise disiparme.

Profundo de lo que un día fui
me horripilo de mi mismo.
Camine entre los bosques y cadáveres,
por las noches;
oteo todo eso en mi mente liberal.

Es hoy un pronto tan parecido al después
y vuelvo
y regreso
y todo lo quiero dejar en el tintero.