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Inicio / Cuenteros Locales / La_Columna / En defensa de una paz que agoniza.- Escribe Josef

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En defensa de una paz que agoniza.


Me preguntaron si deseaba escribir algo sobre la paz y acepté con entusiasmo, sin profundizar en la responsabilidad que conlleva exponer sobre un tema complejo y sobre todo, delicado. Me puse a pensar y comencé a buscar y archivar. Estos son algunos datos y conclusiones que he entresacado de lo que hoy en día nuestro mundo hace y está haciendo acerca de la paz.


1. Situación actual.

En la actualidad habrá unas ochenta guerras de las que, de vez en cuando, aparece una nimia referencia en algún periódico, pero el desastre humanitario no parece afectar a la opinión pública occidental. Y esto es porque, entre los intereses de las grandes potencias, millones de almas mueren en conflictos olvidados – o que se esfuerzan en hacernos olvidar – y que nadie quiere resucitar.

Desde principios del siglo pasado hasta el presente 2007 ha habido más de 300 conflictos con más de 25 millones de muertos. Más de dos millones de niños han muerto en guerras en los últimos 10 años. Y medio millón de menores son utilizados como soldados por muchos países.

Las guerras modernas cada vez causan más muertes de civiles. Las consecuencias ya no las sufren dos ejércitos enfrentados, sino la población civil. Mientras en la primera Guerra Mundial la relación fue de ocho soldados muertos por cada civil, en las guerras actuales la proporción es de diez civiles por cada soldado.

Las guerras traen consigo consecuencias inolvidables. Sobre todo el daño que se hace a la población. Las mujeres son violadas, los hombres asesinados y los niños obligados a combatir en el ejército. Durante años, la educación desaparece. El envilecimiento entre las etnias se incrementa. El número de refugiados se multiplica. La legitimidad de los gobiernos se pone en duda. Las guerras provocan secuelas que destrozan a los países y les impiden volver a levantar cabeza durante años.

Estas guerras olvidadas necesitan de los países del norte (países ricos e industrializados) que son quienes venden las armas que llegan a África, Asia y el resto del planeta. Entre otros: Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Inglaterra e Israel a la cabeza, tienen en el negocio armamentístico uno de los principales impulsores de sus economías.

En la actualidad la economía está enormemente deformada. Casi un tercio de la actividad económica depende directa o indirectamente del complejo militar. Después del petróleo, la segunda industria más importante es la armamentística.

Los países del G-8 son responsables de más del 90% de las nuevas armas que se venden al mundo empobrecido. La industria armamentística necesita guerras para seguir incrementando sus beneficios. No importa la finalidad de las armas vendidas, los países ricos obtienen beneficios fáciles mientras los muertos no salpiquen sus gobiernos.

Así pues no nos extrañe que elementos como el Señor Bush (presidente de los Estados Unidos) de quien a fecha de hoy uno no consigue explicarse cómo en su país nadie vislumbra su enorme ambición e interés personal, llegaron al punto de emprender una guerra inútil para el mundo – excepto para sus intereses (petrolíferos) y nacionales (armamentísticos) – como ha resultado ser la guerra de Iraq.

De Iraq todo el mundo quiere irse, pues gracias a su labor ahora es una ratonera de etnias enfrentadas; excepto, claro está, este señor. Quien invadió el país con el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva y se apoderó de los pozos, y en connivencia con los militares – obviamente – se ha convertido en el multimillonario más encumbrado sobre cadáveres de la actualidad mundial. Sí, todo un señor “muerte” sin duda.


2. Soluciones para la paz.

A pesar de las complejidades del proyecto, la comunidad internacional podría acabar con las guerras que asolan el mundo sólo con solidaridad y compromiso político. Los países ricos deben dejar de vender armas y alimentar el mercado armamentístico. Una redistribución de las inversiones daría un vuelco en el mundo: con un 10% de los gastos militares se podría garantizar el acceso a los servicios básicos de la población mundial.

Esto, por el momento, no es más que “mera hipótesis,” porque ¿quién va a parar el carro del mercado de las armas como no lo hagamos nosotros desde dentro? Mientras no nos decidamos a afrontar las consecuencias con seriedad y presionemos a estos hombres ambiciosos, a estas multinacionales que se lucran a costa de muertes ajenas. ¿Cómo frenar la desmesura de la masacre armamentística?

La clave que resuelva la lucha por la paz sin duda debe empezar por implantarse en el seno de nuestros espíritus y hogares. La lucha por la paz sólo se ganará impartiendo una educación solvente que enseñe sobre todo y ante todo lo que significa “amar” y amar al prójimo, a nuestro entorno, y a nosotros mismos. Y que a la vez, lentamente, destierre y cierre todo espacio a esa violencia que hoy atosiga los intersticios de nuestro mundo de una vez para siempre.

Parece necesaria una sangría humana y un montón de cadáveres para que la cultura de la violencia que impregna a la sociedad mundial se cuestione sus regulaciones. Y parece mentira, que a pesar de haber entrado en pleno siglo veintiuno, y tras haber dejado atrás el terrible lastre de un siglo XX saturado de muerte y devastación, el ser humano dé la triste impresión de no haber aprendido nada de la dura lección de historia recibida.

Lo cierto es que al igual que muchos de vosotros, yo también quiero esa paz. Pero a estas alturas de mi vida -visto lo visto- una enorme duda erosiona mi mente.

Puesto que estamos ya en el futuro la pregunta que me asalta es la siguiente: ¿Es hoy la paz una palabra sin trasfondo? ¿Una expresión que la cultura del marketing y el consumismo ha transformado a su antojo (como suele suceder con cualquier lema que valga la pena) y utiliza como enseña de un sistema en franca decadencia? ¿Será la paz como “La Isla” de la película de Michael Bay, el lugar limpio y aséptico que nos aseguran que existe, cuando de facto resulta inexistente? ¿Y mientras...? ¿Habrá otro lugar al que solo podrán acceder multimillonarios, personalidades, traficantes de armas, y en definitiva, quienes asesinan a los demás y sobreviven a su costa? Si es así apretad los dientes y seguid sin mover un dedo. Veremos con que facilidad nos extirpan los derechos, la integridad, y sobre todo las libertades; hasta convertirnos en marionetas sin nombre numeradas en serie con el fin de enviarnos a sus guerras como carnaza.

Aunque con profundo dolor por la hipocresía y el cinismo de los gobiernos que nos rigen, que por un lado hablan de paz mientras por otro invierten millones en armas, yo seguiré hablando, abogando, y si es preciso gritando, por la paz. Y que nadie intente venderme un arma con el ignominioso recurso de que sirve para defenderla. Todo el mundo sabe – o eso creo – el siguiente proverbio. Lo dijo alguien sin fe pero con una cordura elocuente. Seguro... una bala perdida acababa de herirlo y agonizaba. Dijo así:

“Las armas las carga el diablo y las disparan los necios.”

Atendiendo a dicha premisa y aunque me pese, sólo puedo añadir un grave dictamen y hacerme otra vez la pregunta: Nuestra sociedad actual es rematadamente irresponsable y estúpida. Y... ¿Veremos esa paz algún día?

Hoy, todavía estamos lejos. ¿Y mañana? De nosotros depende lograr que “el mañana” no se convierta en turbio pasado, sino en un brillante presente de paz.


21 de septiembre. Día internacional de la paz.


José Fernández del Vallado. Josef
Madrid, Septiembre 2007.


Texto agregado el 17-09-2007, y leído por 1133 visitantes. (19 votos)


Lectores Opinan
28-04-2011 El antojo de los ricos por hacer guerra es un pasatiempo que incrementa las riquezas, enciende el egoismo y multiplica las muertes. Hacer la guerra y despues contarla es lo mas frecuente. Desde siglos remotos el mecenas se pasea como un rey de naipe. Pero es real. adameva_y_katariz
25-05-2009 Excelente trabajo que no ha perdido vigencia. Los datos logran ubicarnos racionalmente en el tema, tú mismo expusiste la propuesta medular, al alcance de nuestro propio accionar, sobre la que debemos reflexionar y en consecuencia poner todo nuestro compromiso para alcanzarla; en nuestra propia vida, en nuestros hogares y sociedades: "La lucha por la paz sólo se ganará impartiendo una educación solvente que enseñe sobre todo y ante todo lo que significa “amar” y amar al prójimo, a nuestro entorno, y a nosotros mismos." Si cada uno de nosotros tiene como primer y mayor compromiso servir al mundo; ni por conveniencia, ni por placer, sino teniendo como objetivo de vida el servicio a nuestros semejantes, podremos tener problemas a corto plazo pero a largo plazo la Paz es posible y nosotros habremos contribuido con lo que está a nuestro alcance, como tú en este caso escribiendo esta columna que nos permite reflexionar sobre este tema central de nuestra existencia.5* Susana compromiso
10-09-2008 mi opinion, es que mientras existan intereses politicos y economicos de por medio, esto nunca va a acabar, puesto que en eso estan centradas las guerras. darioletha
23-07-2008 excelente, aunque te dire q algunos "corderitos" son peores que el lobo, y a veces el lobo esta dispuesto a dejar de comer corderos para llegar a la paz. Africa es un ejemplo de tantos. mbo
23-07-2008 excelente, aunque te dire q algunos "corderitos" son peores que el lobo, y a veces el lobo esta dispuesto a dejar de comer corderos para llegar a la paz. Africa es un ejemplo de tantos. mbo
23-09-2007 Muy buen trabajo Jose, excelente escrito********** alexandrocasals
19-09-2007 La paz... esa eterna búsqueda que comienza en uno mismo y se proyecta al universo... Dejo un haiku que escribí hace tiempo: La utopías/en un mindo de maor/ dejan de serlo. Un abrazo. Lili lilianazwe
19-09-2007 La paz, como el diálogo, se logran en la medida que las partes en conflicto estén dispuestas a escucharse y deponer algunas actitudes. Resulta curioso el accionar de algunas potencias mundiales que pretenden imponer (poner desde arriba) una paz, más parecida a la de los cementerios que a la genuina, producto de un diálogo maduro. lobodebarro
18-09-2007 Un buen tema, todos queremos la paz, pienso que para lograrla, es necesario un nuevo orden politico y social, con gente educada en esa mentalidad y con un proposito que valga la pena. Eso es imposible desde el punto de vista humano. Un abrazo. gfdsa_elisa
18-09-2007 una columna excelente sobre un tema que nos llega profundamente india
18-09-2007 Si se pudiera contestar a tus preguntas... margarita-zamudio
18-09-2007 “Sólo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente. Leon Giego”. Excelente columna. Los datos, aunque tú digas que son redundantes, bien está recordarlos una vez más; y todas las veces que sean necesarias, pues… harto de repetirlos aun no aprendemos. Paz, base de las relaciones humanas, como todo en esta vida, no está exento de interpretaciones y manipulación. La paz exterior pasa necesariamente por la paz en nosotros mismos, pero no se acaba allí. En la conjunción de individualidades e intereses, casi siempre, se pierde el equilibrio. El respeto a la vida, a la no violencia, por momentos parece una utopía, y no por eso deja de ser una meta constante. Hablamos de Paz y es casi imposible no sentirse insatisfecho, precisamente porque somos conciente de la realidad que nos circunda. Un gran abrazo Shou
18-09-2007 QUE FANTÁSTICA RESEÑA, MUY SESUDA Y BIEN LOGRADA, PIENSO QUE SI CADA UNO DE NOSOTROS COMIENZA A CAMBIAR POCO A POCO EL MUNDO ENTERO CAMBIARÁ, SE QUE ES UN PENSAMIENTO UTÓPICO PERO NO VEO OTRA MANERA. avefenixazul
17-09-2007 ¿Existíra la paz algúan día? no lo sé. Mientras en nuestro tercer mundo latinoamericano, los gobiernos trabajen por la ignorancia de los pueblos, sera dificil. Pueblo culto, preparado para pensar es un peligro para las grandes potencias. A los paises ricos los dopan con droga y a los pobres con hambre e ignorancia. Un gran detalle que no recordaste, sus helicópteros y armas de guerra las prueban vendiendolas a los paises pobres. Muy buen trabajo.***** tequendama
17-09-2007 Gracias josef, por el mensaje ... y sí, es verdad, cuanto menos hagamos por la paz, menos posibilidades tendremos. Aunque muchas veces da la impresión que estamos ante un destino inexorable, y lo único que es posible esperar es una conflagración que termine con todo y si acaso ... comenzar de nuevo. Excelente trabajo, dejo más estrellas con esta identidad. Sara Eliana. voces_y_ecos_de_nuestr a_gente
17-09-2007 Brillante trabajo. La paz mundial aún esta más lejos que la guerra mundial. Un saludo de SOL-O-LUNA
17-09-2007 "Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía " La paz existe lo que no hay ,hoy en día, son las personas que puedan realizarla. Llegará la paz por el camino de las palabras como dijo el escritor Amos Oz ,"cuando los políticos comiencen a dialogar con palabras y no con bombas." ninive
17-09-2007 Si compañeros, esto es todo lo que he podido hacer hoy por la paz: Suministrar datos. ¿Pero detrás de tanta muerte, que otra cosa nos quedan sino los datos? Lograr la paz, ya lo sé. Pero es otra cuestión: Aunque vuestro pesimismo e ironía generalizadas y "casi diría hasta razonable" no hace sino convertirse en irrazonable y ceder la razón a los dueños de la soberbia. Y desde luego, No es la actitud ideal para comenzar a instaurar los cimientos sino de una paz absoluta, sí de un mundo más "habitable." ¿No lo creeis posible? Y sin embargo ¿cuántas veces se ha dicho que es imposible esta o aquella cosa y luego se ha conseguido? Muchas, demasiadas. Si el hombre hizo posible construir el arma más letal de la tierra ¿porqué no iba a ser capaz de hacer posible una paz duradera? Quizá en el sistema actual decadente radique la respuesta; quizá estemos ante las puertas de una revolución impensable. ¿Suena a falacia a fantasía? También se dijo que era imposible alcanzar la luna en su día y... ¿dónde estamos ahora? ¿Encogidos? No es posible ni puedo creerlo... Pero en fin sino clamáis ni creeis en la paz en el mundo seguirá resonando esta frase: ¡Hágase la guerra! Un saludo! josef
17-09-2007 Y al hilo de esta columna recuerdo la noticia de hace tan sólo unos días: "Rusia ha fabricado la bomba de vacío más potente del mundo, con un poder de destrucción equiparable al de una bomba nuclear, pero que no provoca la contaminación radiactiva del territorio adyacente, según ha anunciado el jefe adjunto del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, coronel general Alexandr Rukshin." Lo que se dice una bomba limpia, ecológica. No contamina, pero todo lo vivo que toca lo desintegra al momento. No deja rastro. El sadismo, la ironía, la incongruencia del hombre es inmensa. Ya lo dijo Einstein: “No sé si el universo es infinito, de lo que sí estoy seguro es que la imbecilidad humana no tiene límites”. azulada
17-09-2007 Josef, la Paz Mundial es una utopía, un sueño irrealizable. como dice alguien por ahí la Guerra es parte de la humanidad y ahora nos parecen atroces, seguramente todas las guerras, incontables guerras, lo fueron, las de la antiguedad eran tanto o más terribles en crueldad, pueblo contra pueblo, ciudad contra ciudad, aldeas desvastadas, mujeres, niños, ancianos torturados y asesinados, como ahora, pero con otras armas. Lo que demuestra a mi modo de ver que es algo que está en el hombre y si no, veamos, un presidente puede poner a su país en guerra, puede conducir a la locura, pero un pueblo puede derrocarlo, quitarle el poder y negarse a continuar una guerra dónde se sacrifican sus vidas y las de sus seres queridos, sin embargo lo siguen convencidos, deciden por la muerte y no por la paz. Es un tema larguísimo, coincido con Sara Eliana totalmente, La Paz no existe, los odios ancestrales se mantienen, la humanidad no cumple lo que predica y cuando predica por la Paz lo hace con armas, cuando miente por la Paz interfiriendo en otros países, lo hace con armas y con ejércitos, es todo una gran mentira y los fines fueron siempre los mismos, el poder, la riqueza, la idolatría. Felicitaciones por tu escrito, sé que has trabajado duro en él y conozco perfectamente que tu corazón es pacífico ojalá fuera contagioso como una buena enfermedad, pero no lo es, se contagia más fácilmente la locura y el odio. Un beso y todas mis estrellas. Magda gmmagdalena
17-09-2007 La paz nunca existirá porque no la llevamos en el alma, así de simple, los postulados para que tengan éxito deben partir de adentro, del compromiso a superar las crisis, si no hay voluntad, compromiso es imposible, en parte apoyo a maravillas, pero apoyo tu escrito pues de alguna forma estas haciendo algo, poner el tema en el tapete y no pasarlo desapercibido, yo si te doy las estrellas. versada
17-09-2007 Arduo y controvertido tema nos has planteado hoy, amigo. Me sumo al comentario de Magda_2000, con el que coincido. Mer voy a centrar en otro punto de vista: "LA PAZ" en el mundo, una utopía que nunca veremos los humanos. Hay muchos intereses como comentas: poder, dinero, política..., que son los que mueven el mundo, mal que nos pese, desde el principio de la historia. Existen muchos movimientos en pro de ese "lema", pero mientras exista tanta desmesurada ambición y prepotencia (el mejor ejemplo lo encuentro en el país que gobierna el Sr "muerte") díficil va a ser que esa PAZ prospere.También me parece, como comenta sara_eliana que la paz a la que debemos aspirar, es la paz interior, intentando transmitirla a nuestro alrededor, una meta ya harto díficil de conseguir... Un abrazo ***** http://www.labutaca.net/films/2/cadenadefavores2.htm -nagore
17-09-2007 A mi modo de ver tocas varios puntos claves que hacen que las guerras sigan existiendo. Me voy a centrar en dos. El primero de ellos, las guerras existen porque económicamente son rentables, traen miles de millones de beneficios a las industrias armamentísticas y de otro tipo, y mientras eso siga así los conflictos armados continuarán produciéndose porque el dinero es poder, y ¿alguien podría imaginar a las grandes fortunas cediendo esa porción de poder para hacer un mundo más pacífico? A ellos qué les importa la población civil que muera en esos países tan alejados. Es más, hablamos de civiles que mueren, pero también tendríamos que pensar quién forma el grueso de los ejércitos, al menos en Estados Unidos y aquí en España, personas de las clases sociales más bajas, con más dificultades para encontrar trabajo, esos son en gran parte los que van a exponer su vida en causas tan “nobles” como derrocar dictadores (eso sí, de países de los que se pueda sacar beneficios). El segundo punto que me interesa especialmente es si educamos para la paz. Me parece que por el camino que llevamos mal vamos. Por muchos “Día de la Paz” que celebremos en los colegios, con discursos, carteles y palomas con ramas de olivo en el pico, el mensaje que les transmitimos día a día es otro muy distinto. Los valores en que los estamos criando son los del “tanto tienes tanto vales”, la competitividad extrema, el ser mejor que el compañero, que el vecino, más listo, más rápido, más, más, más…, esos son los vencedores y así hay que ser. Tampoco en el ámbito de la tolerancia les estamos haciendo ningún favor, aunque en las aulas el discurso sea el políticamente correcto después nuestros actos muchas veces no se corresponden con lo que les hemos contado. Y encima, al menos aquí en España, nos ponen pegas para introducir una materia que lleve a hacerles entender eso, que aceptando, respetando todas las formas de vida se construye una sociedad mejor. Quien sabe si menos belicista. Perdonad la extensión, pero es un tema que me produce una rabia incontenible. m_a_g_d_a2000
17-09-2007 Estuve pensando ... ¿quién o quiénes han sido los que han introducido en nuestra sociedad occidental el anhelo de paz? ¿De dónde hemos sacado esa idea, de que tenemos derecho a ansiar la paz? Porque, como dices, pareciera ser que todos queremos paz pero la realidad muestra que no es así, por cuanto la guerra se ha instalado en el mundo desde los orígenes que se conocen. Hoy ... quizás haya más guerras, quizás haya mayor información sobre las guerras que hay, quizás haya más gente y quizás haya más armas. ¿No ha sido acaso nuestra formación judeo-cristiana la que ha instalado la promesa de paz, que dios dará luego de aniquilar todo lo que no le gusta con el Armagedón? Si nos atenemos a la historia que nos cuenta la biblia, lo que sobran son guerras. El pacífico y generoso pueblo de dios guerreaba contra sus inicuos enemigos con la ayuda de dios. Otros pueblos, en cambio, se reconocen netamente guerreros, alcanzarán la inmortalidad y el paraíso mediante su lucha en la guerra (japoneses, musulmanes). Al menos no distorcionan la ideología: son guerreros, punto. Por eso es que yo no creo en la paz. La única paz a la que un ser humano puede aspirar es a la paz propia, interior. Desde allí, con mucha humildad, reflexión, apertura, puede comenzar a construir la paz con sus semejantes. Pero en tanto imperen las conductas soberbias de quienes se adjudican la propiedad de la verdad y la razón, sumada a la autoridad para reprender al mundo desde ese lugar, con una postura admonitoria generada en una impotencia ontológica ... chau paz. Como siempre digo: un trabajo no es bueno porque todos estemos de acuerdo con él. Porque se daría aquí que si todos pensamos igual significa que ninguno está pensando en nada. El trabajo es bueno cuanto más y más reflexiones genere, de distintos tenores. Felicitaciones 5* sara_eliana
17-09-2007 Datos, datos, muchos datos, informaciones de periódicos, de artículos. Y ahora dime: ¿Qué haces tú por la paz en tu barrio, en tu comunidad de vecinos, en tu propio país o en la página de los cuentos.net? ¿A quién prestas tus oídos? ¿Qué estás dispuesto a sacrificar en pro de la paz? No de la paz mundial, que eso son cuestiones mayores y con grandes intereses, muy complejos. Los tuyos, los tuyos, me interesan los tuyos, los que tú estás dispuesto a sacrificar. -Por ejemplo - : Reconocer estar equivocado ¿Eres capaz de reconocer simplemente que estás equivocado? A lo mejor eso contribuye para la paz ¿Lo habías pensado? La violencia del que ataca, no es la misma violencia del que se defiende. "Amasar el pan" de las palabras, lo titulaba tu correligionario de columna, en su último aporte. Y la paz se amasa comprometiendo las palabras con gestos valientes, honestos y sinceros. Palabras son obras, y no buenas razones. Y además no te robo estrellas, aunque en esta ocasión no te las regale tampoco. maravillas
 
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