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Cuentan que entre la selva los antiguos espíritus convirtieron a Aracne, una mujer que era magnifica tejedora, en una araña; por haber esta, hecho un telar mas hermoso que el hecho por una antigua diosa.

De ella desciende las arañas y junto con ellas la estirpe de las grandes tejedoras. Hay unas arañas que se especializan por hacer redes muy grandes, otras en hacerlas finas, otras por hacerlas en los lugares mas altos de los árboles e incluso hhay unas que las hacen debajo del agua.

Todos los años las arañas de todo el mundo se reunían en una pequeña isla cubierta de selva y playas. Esta reunión solo podía hacerse cuando era la época de verano y las arañas podían caminar sin temor a ser golpeadas por la lluvia y sus grandes gotas.

Si se miraba con atención se podían observar arañas de todas las formas y colores:
 De cabeza negra y largas patas verdes.
 De vientre rojo y cabeza amarilla.
 De puntos azules, marrones y violetas.
 De rayas, manchadas y hasta las había transparentes.

En la noche había un desfile en donde las arañas mostraban toda su belleza. Había juegos y se armaba una rifa, siendo el premio un rico y delicioso pastel de moscas y zancudos. Por supuesto tenían pasteles a base de plantas para las arañas vegetarianas o sea las que no comían carne de mosca o zancudos.

Toda la reunión duraba una semana, 7 días en los que las arañas tenían su propia feria.

El evento central de la feria era la elección de la suprema araña, en donde se elegía a la mejor tejedora. Desde el primer día cientos de arañas empezaban a tejer hermosas telares, que el domingo serían expuestas a todas las arañas que llegaban a la feria en el mítico estadio ARACNE, en honor a su madre, y por medio de una votación elegir a la mejor tejedora.

Se acercaba pues la hora final y los preparativos se alistaban. La corona lista, la silla lista, la tribuna lista y todas las arañas ansiosas por saber quien sería el nuevo monarca.

Eran las cinco de la tarde y el sol comenzaba a ponerse para darle paso a la luna. Se iniciaba la votación que era a pulmón herido. Y cuando el juez levanto la mano para dar inicio al escrutinio, un agudo chillido que provenía del cielo captó la atención de todas las arañas presentes. Cuando miraron atentamente se dieron cuenta que era un águila de pico corto, que había sido enterada de la reunión por una araña envidiosa que no había sido invitada a la fiesta, y que venía con el firme propósito de comerse a las arañas en un gran banquete.

Todas las arañas entraron en pánico corriendo para esconderse. Las arañas mas valientes lloraban y suplicaban para que el águila no se las comiera. Las madres arañas buscaban refugio para ellas y sus pequeñas arañitas bebes que apenas si podían hablar. Las arañas más gordas y jugosas, quedaron petrificadas ante la presencia imponente del águila. Algunas valientes arañas trataron de enfrentar al ave, pero fue en vano, pues esta de un picotazo las partía y con sus garras las hacía trizas en el suelo. Cuando toda la feria era caos y desesperación; de todo ese arañerio tan grande había una arañita de patas flaquitas, ojos rasgados y toda de color rojo; que de inmediato se atrevió a enfrentar al águila. Con destreza comenzó a trepar un árbol mientras las demás arañas le decían: que estaba loca, que como iba a enfrentar a un águila, que sería comido de un solo bocado. La arañita les dijo que ella no retaría de frente al águila; lo que haría era tejer una telaraña que pudiera atrapar al águila intrusa. Las arañitas lloraron y comentaron: esta loca, es que la pobre no es normal, dicen que su papa murió de la misma manera, siempre dije que a esa arañita le faltaba una tuerca, decían las arañas mas viejas, encerradas en una pequeña cueva debajo de un piedra lisa y plana. Parecía imposible que una telaraña, hecha a demás por una arañita tan pequeña y débil, pudiera atrapar a un águila tan fuerte.

La arañita no les presto atención y decidida encontró el espacio justo entre dos palmeras para construir su telaraña. Mientras tanto el águila devoraba arañas sin piedad, cortándoles la cabeza y despedazando una a una sus patas.

La arañita concentrada inicio su construcción, primero atravesó una delgada hebra y de allí una a una colocó los tejidos que poco a poco le dieron forma a la trampa de telaraña. Cuando la logró terminar miró para ver en donde estaba el águila y se colocó detrás de la telaraña de tal manera que el águila al intentar comérsela quedara atrapada y con un fuerte grito llamo su atención, el águila iracunda voló en rumbo de la arañita: - Te comeré de un solo bocado- dijo el águila mientras desplegaba sus alas por los aires. –No serias capas de comerme aunque estuviera amarrada para ti- le respondía la arañita llena de valor.

Todas las arañas escondidas miraban, como en cámara lenta, la muerte de aquella arañita ingenua. A cada segundo y aliento de la arañita valiente, el águila se acercaba más y más y justo antes que el águila chocara con la telaraña, la pequeña arañita dio una vuelta y trepó por una cuerda como una verdadera araña ninja. Pero esto no fue suficiente, pues así como las arañas le habían advertido el águila quebró la telaraña y con su cabeza chocó con la araña que producto por el golpe salió despedida por los aires hasta caer en el suelo y rodar por varios metros siendo detenida por una roca que le impacto la cabeza y gracias a este golpe la araña murió.

Todas las arañas quedaron mudas ante tal accidente que le había quitado la vida la araña más valiente que nadie haya visto jamás.

¿Pero que pasó con el águila? Después que el águila rompió la telaraña y golpeó con su cabeza a la pequeña arañita no pudo ver, pues sus ojos estaban cubiertos de telarañas y como sus patas eran tan cortas y sus alas estaban llenas de plumas, porque era una águila, no pudo quitarse aquella venda de los ojos y esto hizo que el águila impactara de frente con una gran palmera. El águila no pudo levantarse pues se había partido sus dos alas. Dicen que el águila no volvió a volar y se dedico a caminar con sus patas y recoger el alimento del suelo comiendo hormigas, granos y especialmente arañas pues se hallaba muy furiosa por no poder volar a causa de aquella telaraña que la segó. El águila perdió esa vista aguda que la caracteriza y se convirtió en gallina.
En cuanto a las arañitas, bueno, algunas dijeron que la suprema jerarca era la difunta arañita valiente, otras alegaron que no había sido valiente, pues como ellos dijeron había muerto y no atrapó al águila. Fue tanta la pelea que jamás se volvieron a reunir, ni tampoco a nombrar la suprema araña jerarca. Y desde entonces la arañas vagan solas, por ahí, huyendo del águila que se convirtió en gallina.

Texto agregado el 25-09-2007, y leído por 866 visitantes. (1 voto)


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