Mira, no debo justificarme, en lo absoluto. Sencillamente es algo que no pasa por mi mente. ¿Explicártelo? No, muchas gracias pero no, prefiero pasar a la siguiente etapa. Tendrás que conformarte con esto: No he podido escribir un cuento fatalista, las razones me las guardo; caracteres personales e inaccesibles a tu persona, tendrás que vivir con la duda cuya resulta te llevará únicamente a la condena. (Suponiendo como condena a castigo novelístico y no a comportamiento de castigo carcelario, de corazón o patrañas) Esta vez, y únicamente esta vez, utilizaré aquellas balas para auto flagelarme y no para sacrificar a mis personajes, queriendo de esta manera, dejar de lado aquella pérdida de gracia que mis dedos sienten al escribir la vida que mis personajes si poseen.
Supongo que el recuerdo está en el olvido mismo de los personajes y que al respecto no se requieren mayores bases referentes a mi persona, bastará con saber de los intrusos que carcomieron mi cuerpo y de todas las balas que condenaron a un tal “yo mismo” a perecer bajo las sombras.
No hace mucho, mas bien, hace unas pocas horas, leí en mi Fotolog comentarios acerca del ego y la razón marchita que ningún escritor debería manifestar. Primero, la circunstancia prima la encuentro en Ego y fotolog, lo de escritor se transforma en mi inercia, para mi eso está relacionado con lo sensible, y tras ya muchos ensayos, he descubierto que lo sensible reina en mi, y que por lo mismo, ha sido un eterno “más de lo mismo” de cuya soberbia he venido abusado desde hacía muchos años. Corazón y patrañas.
El punto no es ese, recordaba yo entonces a mi comentario, sí, se me olvidaba. Lo copiaré textual para darle mayor significado.
>Creo que trillas demasiado en el ego...Los últimos cuentos y cosas que he leído tuyas... Sólo hablas del ego... Niño... ya… Deja al puto ego en paz...creo que tienes más cabeza para mas cosas.... Como una vez me lo dijiste: los textos no tienen sentimientos, no si el protagonista es el ego...<
Me ha dejado impactado, la realidad de los sucesos describe a un muchacho de dieciséis años cuyas letras no hacen más que auto idolatrarse. ¿Qué tan real tiene este comentario en mi propia imagen? ¿Será que los vientos de mis mismos anhelos se han llevado algo más de lo programado? En realidad, auto criticarme es bastante ególatra, es escribir una auto biografía y esperar que ésta sea un grandioso éxito de ventas. Realmente (y en tendiendo según Nietzsche a la realidad como acuerdo de conceptos de verdades inexistentes) nadie quiere saber de una realidad anexa a la propia, el ser humano lucha por la vitalidad, yo deseo vivir y velar por aquella seguridad de la búsqueda del placer, leer la biografía de alguien desconocido es una porquería. Lo que está escrito con sangre sólo le interesa al donador de aquella tinta sanguínea, no he podido odiar a los ociosos que leen ya que, en lo personal, leer me ha parecido un placer exquisito. He aquí mi concepción del ego, no creo en la solidaridad, en la entrega al otro, en la piedad o en la compasión, siguiendo la filosofía de Nietzsche, no es más que el látigo que Truman Capote habría utilizado en “A sangre fría” para auto flagelarse, es un carácter anti-vital. Mi ego se define, entonces, como la búsqueda de la seguridad propia en un universo creado por el ser de manera que éste vela por sus intereses más allá de entender el porqué lo hace. La fisiología, la seguridad, la autorrealización quedan indeterminadas por el otro y sólo se podría entender como la marginación y exclusión social auto provocada por el yo y el ello completamente alejados de la sociedad, cuya dimensión en Freud, se comprende como el super yo.
Mi ego es así. Simple, completo, y repleto de una envidia sana y de competencia, la comparación con el otro no es más que el impulso que generará el impacto en el medio que se espera (Motivación efectora) para posterior mente, trasforma ésta en una funcionalidad del motivo inicial y ya no para servir al medio o a su adaptación. ¿Qué tiene de malo ser, en estos aspectos, ególatra?
Ególatra y patrañas. Lo que en realidad yo espero es adorar mi trabajo por horrendo que éste fuese, Necesito evolucionar y provocar este impacto del que cada escritor se nutre. Todos amamos ser reconocidos positivamente por nuestra labor, es algo evidente, de carácter vital y enriquecedor para nuestro pasaje en la tierra.
Mis cuentos no son buenos, por lo menos no como espero que sean, aún estoy en proceso, un proceso de aprendizaje continuo (Comprender aprendizaje como la capacidad de modificar mas o menos permanente la conducta y no como capacidad de inteligencia que se adquiere, por ejemplo, a través de la educación) El ego no tiene nada erróneo si es mesurado y ejecutado correctamente según mi perspectiva. Es por ello que me extraña aquel comentario que he encontrado hoy en mi Fotolog, El ego si puede ser personaje, asimismo como cualquier emoción, sentimiento, afección, evento o la misma representación de un objeto o antecedente, tanto real o ficticio. Si he de poder escribir mejor se debe a ese mismo ego, el ego no es destructivo mesuradamente, es una motivación efectora, un campo de competitividad y auto análisis del cómo ejercemos variadas funciones con fines específicos. En este caso, el protagonista si podría ser el ego, pero acompañado, de la mano de todos estos motivos señalados que constituyen la razón y el efecto del ego humano. En vivencia personal, nunca he podido escribir con diálogos, es algo imposible para mí. ¿La consecuencia? Enfatizar mi ego en lo que si hago bien, escribir con sentimiento, con carne, corazón tripas y patrañas. Es eso debo crecer y tratar de alimentar las otras áreas que la vida aún no me enseña (vida comprendida como empirismo unipersonal) Lo que deseo no es más que aprender diálogos, y si para ello debo ejercer actitud de ego en mi persona, pues bienvenido sea, el corazón y las patrañas están demás, no si es que están acompañadas del ego.