Los rugidos de la bestia se hacen sentir. Como si para poder avanzar necesitara hacerse notar, a veces bramando, a veces emitiendo lamentos y amenazas.
Y se abre paso. Entre otras bestias, que también lanzan al aire sus lamentos. Que también luchan por avanzar.
Bestias que en su carrera buscan como alimentarse, disputándose las presas, que sumisas pero impacientes, se encaminan presurosas a ser devoradas por las fauces que se abren y se cierran. Presas que se molestan si son despreciadas.
Ya será mi turno. Me canso de esperar que este llegue...

¡Al fin! ¡Es el momento!...seré yo ahora quien se encaminará a las fauces de una de estas bestias.

En medio de la selva de cemento....abordo la micro que me lleva a casa.