A LOS LECTORES



Estimado lector, esta obra es algo no muy fuera de lo normal. Está mal hecho que yo lo diga, pero tiene de todo: drama, tragedia, comedia, muerte, amor, poesía, modismos, vida real, ficción, algunos albures, vida, suspenso, a excepción de malas palabras que serán incluidas en la película que se hará en los años venideros.



"El Secuestrador" no es otra cosa que los miedos que muchos tenemos; para los hombres es todo lo que podíamos hacer por la mujer amada; para las mujeres es todo lo que quisieran que hagamos por ellas. Esta obra no es una muestra de caballerosidad y tampoco esa relacionada con "Los Caballeros Del Zodiaco".



Esta obra literaria muestra un gran contenido de lógica absurda y también de filosofía rápida, pero bien pensada; es una obra que a muchos los hará llorar, y a otros tantos los hará reír, pero no siempre creas todo lo que leas y todo lo que ves, porque detrás de cada leyenda hay in río de verdad. No duermas solo, porque en cualquier momento, escudado por la noche negra, puede aparecer........

¡EL SECUESTRADOR!









ATTE.
EL AUTOR
GRAHAM CARRILLO G.



















AGRADECIMIENTOS

A todas aquellas personas que me dejaron usar sus mentes para la creación de estos personajes, así como su apoyo para que este proyecto saliera adelante.

También quiero mostrar mi agradecimiento a las personas que me inspiraron para desarrollarlo y a las demás que me ayudaron en los momentos más difíciles del proyecto.

En especial, quiero agradecer a la persona que más me ayudó en todo el camino y a la que yo pedía consejos sobre como ordenar las ideas (gracias Yaz).

A la persona que por primera vez puso sus ojos en esta obra y a la cual he de incluir en la siguiente, aquella que por largos momentos he visto en mis sueños (gracias Aidán).

Por último quiero agradecer a las personas que han adquirido esta historia que a mi en lo personal me gustó mucho.

Esto está dedicado a todos ustedes que han hecho posible que esto exista, (ya se darán cuenta para que lado del mundo están dirigidos o dirigiéndose).

Gracias a todos los seres vivos de la Tierra y a todo lo que llamamos: vida.






ATTE
EL AUTOR
GRAHAM CARRILLO G.



















* PRELUDIO *



Eramos un grupo de tres amigos de 17 años de edad que se llevaban muy bien, el primero de nosotros era Martín; era una persona seria, se podía decir que hasta insensible, pero no lleguemos a los extremos, él tenía el porte muy formal, era de tez medio oscura, tenía rasgos de raza negra, pelo lacio, medio largo abajo de los hombros, era medio robusto, ojos café claro, era un poco alto (1.77), tenía las manos muy grandes y su tono de voz era grueso; cuando fué al kinder, conoció a nuestro segundo aventurero, al cual se encontró años más tarde en la preparatoria: éste era Nicolás; era una persona un poco cerrada, ya que era raro ver que él le hablase a alguien sin ayuda; tenía los ojos grises que parecían más bien verdes (que de él era lo que llamaba la atención), era muy delgado tirándole a flaco, tenía rasgos ibéricos (españoles), de tez blanca, peludo, un poco chaparro para nosotros (1.66), pelo medio chino, largo a la media espalda e ideas hippies; ellos dos me conocieron en la preparatoria en el año que entramos: yo soy Graham; alto (1.84), un poco robusto, ojos café, tenía el porte informal, de cabello chino largo abajo de la espalda, tocaba varios instrumentos musicales (piano, todas las cuerdas y la batería), tenía rasgos orientales e ibéricos, y la voz entre gruesa y media.

Nicolás y yo teníamos novias. Gisela era el nombre de la novia de Nicolás; ella tenía un bello cuerpo, piel tersa, ojos café oscuro, cabello castaño, largo como a la media espalda, una voz delgada y era muy inocente. Rocío era mi novia; era un poco llenita, tenía el cabello rizado, negro, corto como a los hombros, tenía los ojos verdes, era morenita, su voz no era tan delgada como la de Gisela, y además tenía la costumbre de pellizcar.

Por fin, después de tanto tiempo de esperar y hacer planes, íbamos a ir a un campamento todos juntos. Ibamos a ir a un lugar cerca de la marquesa, en Toluca. Estábamos planeando pasar ah¡ por lo menos una semana, para poder alejarnos de todo y poder relajarse de la ciudad sin nada que nos preocupase.

El sol comenzaba a ocultarse cuando comenzamos con la última parte de nuestro juego que consistía en decir algo y tirar un penal, si lo anotábamos, se haría realidad, pero si no, pues no. Después de terminar este juego, nos unimos a otros jugadores y comenzamos un emocionante partido de futbol en donde hubo goles hasta de chilena, palomita y media tijera por parte de las dos escuadras deportivas

Ese jueves por la tarde, acabábamos de jugar futbol en un deportivo que quedaba cerca de nuestras casas y, tomándonos un agua, nos comenzamos a poner de acuerdo con los últimos detalles del viaje que haríamos; mañana sería el gran día que todos estábamos esperando y había que prepararse.

- Yo ya invité a Rocío y va a venir - dije -.
- ¿Y tu suegra? - preguntó Martín - ¿no viene? -.
- ¿Por qué?, ¿Quieres con ella? - le respondí -.
- Chale, negro ¿tan urgido andas? - dijo Nicolás -.
- Nel - dijo Martín - ¿Y tú Nico?, ¿Qué onda?, ¿con quién vas
a ir a... recoger... leña para la fogata? -.
- Con Gisela - le respondió - ya la invité y también va a
venir. Y tú, moreno, ¿con quién, eehh? -.
- Yo ya invité a Karina y también va a venir - dijo Martín -.
- Bueno... y cambiando de tema, Graham: ¿Cuándo nos iríamos y
nos regresaríamos de allí? - preguntó Nicolás -.
- Bueno... veamos... hoy es jueves, nos iríamos mañana y nos
regresaríamos de este domingo al otro - finalicé -.
- De acuerdo - respondieron a coro -.
- bueno - dijo Nicolás - ¿Ya sabe cada quién lo que va a
hacer mañana? -.
- Sí - respondí - Mañana, Martín y yo vamos a llevar la
comida de todos, y tú la ropa de los tres -.
- ¡Papas! - dijo Nicolás - pero... ¿y las viejas? -.
- Yo voy por Rocío y Gisela - dije - y Martín va a ir por su
Karina. Todos nos vemos a las 7:00 a.m. en la estación del
sur, no se les olvide -.
- ¡Sale! - dijo Nicolás - Ahí se ven. Llegas temprano con mi
chela -.
- ¡Ah!, pero primero te voy a dejar mis cosas a tu casa para
poder ayudar a las otras dos ¿eh? - le dije -.
- Bueno, pues ya que - me respondió -.
- Y por tu chela, no te preocupes, aunque puede que llegue un
poco manoseada - le dije -.
- Oooh, ¿qué pasó? - dijo Nicolás -.
- No, digo, lo que pasa es que nos vamos a ir en el metro y,
pues tú sabes... - le dije -.
- Ah, bueno - se tranquilizó - pero de todos modos me la
cuidas, por favor -.
- ¡Claro! - le respondí - la voy a cubrir con mis manos -.
- Hijo de... los puntos suspensivos - me dijo mientras se
preparaba a atacar -.
- Bueno, ya, ya vámonos, Nicolás - dijo Martín mientras lo
agarraba - Nos vemos, Graham -.
- Órale pues, nos veremos mañana muy temprano y por nueve
días - dije - ¡Ay!, que dolor para mí tener que aguantarlos
todo ese tiempo, pero pues ya ni modo -.
- Ay si, como no, ya quisieras, fíjate - me gritó Martín -.
- Bueno, ahí se ven - me despedí de ellos -.
- Adiós - me gritó Nicolás - ojalá y... no te pase nada -.
- Ya vente, tú - lo jaló Martín - hay que estar listo -.