¡Sí! pecador y culpable he nacido
marcado desde la cuna y en gimiente infante,
puro y prístino llevando señalada en ardiente,
la marca de Caín como parte de mi sangre.

A ti te consta Dios que ese castigo
lo he escogido para atenuar en parte,
mi anterior vida de espada y puñal al cinto.
Sin dar ni pedir cuartel para aliviarme.

Marqué la existencia con arrogancia
a sabiendas que en mis manos
la vida y la muerte eran parte de mi caza.
Así distinguí al hipócrita detrás del malo.

Si de soldado a poeta me he convertido.
Si de riente burlón y mujeriego
Si de bucanero y pirata de tesoros escondidos
y la vida se deslizó por mi cuerpo entero.

En rebeldía he vivido todos estos años,
con el pesado fardo de mis pecados
de anteriores vidas ahora a buen recaudo,
mientras yo limpio con mi existir tanto daño.

No culpen al que ha viajado por tantas existencias.
Mírense ustedes en desesperación aferrados
a la única roca en este mar embravecido,
en la que sus vidas parecen interminables penitencias.

Yo escogí la marca de Caín antes de nacer
para borrar de mi libro de la vida,
aquellas manchas que lastran por la fe perdida.
Por cerrar el corazón y bajar la mirada sin querer ver.

Lo vivido, vivido está,
lo pecado en pecado se ha convertido.
Lejos está de mí el rogar por el vino vertido.
Solo a ti Dios, he de mirar por el poco de vida que me resta
Nomade ... con sentimiento