hay una guerra diaria,
al despertar;
cuando los ojos se abren,
a la ciudad que espera,

un guerrero milenario,
encerrado,entre piel y huesos.
con una armadura de carne,
y su valor hecho sangre.

recorre todo su cuerpo;
protegiendo el alma inmortal.
que es la de un ansioso de muerte
de aquel que se juega la suerte;
contra monstruos puramente humanos,
sociedades violentas,
que lo ven desangrarse,y reir.

donde encontrara paz mi alma?

busca desesperadamente,
desinfectarse de tanto veneno
que hasta en el polvo esta lleno.

si, cuando un ser mas querido renuncia a la batalla,
las lagrimas derramadas desgarrando la piel;
entonces,
he de permanecer impavido,
inmutado, ante el sufrimiento.
asi se caiga el cielo.

ser fuerte por necesidad,
para no ser visto ante los demas,
que,ocultos tras mascaras, han decidido sufrir.

y cuando las caretas caen,
sus rostros estan desgarrados,
y al ver, muy dentro de todos ellos,
ahogandose en sus ojos,
grita el alma por ayuda.

si, es cierto,
todos los dias hay guerra,
en ella pelea, el Dios de mis padres,
y mi demonio interior.

ambos se hieren con ferosidad,
desean implantar su verdad,
como autentica, unica.

mientras mi alma, clama una tregua.

son seres inmortales, que nunca se ponen de acuerdo.
que crean en mi un infierno,
y mi cielo, es morir en cada anocher,
cuando mis ojos, se cierran a toda la luz;
aquella luz que daña,
todos los nuevos y viejos recuerdos,
por que en ella entraron tambien,
mis enemigos y seres amados,

si...
han sido llevados por sus creencias,
por haber prestado oido,
!han muerto sin sentido!.

a nadie ha favorecido esta guerra,
sin tregua, ni entendimiento, se dejan fluir todas las penas,
pero , el alma sigue sufriendo.
por que en lo mas profundo quedan las marcas de aquel diario vivir !de ese dolor! de ese dia.

desolada el alma,
al ver como sus sueños de libertad,
!la vida! los destruye con su poder,
de cambios sin sentido.

quedando al abandono,
incredulo,perdido,
sin saber que hacer.

si esta guerra terminára,
tambien la vida acabaría,
y aquel, que despierta a media noche,
buscando algún motivo nuevo por vivir,
en este mundo ya conocido,
donde nada es nuevo,
por que todo, todo lo inocente y bello se ha perdido.

solo queda vivir,
comprarse una mascara,
la que mejor asiente al alma,
aquella que mejor esconda,
todos los sentimientos,
aunque no sea impermeable al sufrimiento.