La vida “un resplandor”

Cuando vi a todas esas personas reunidas allí, compartiendo cosas bellas entre sí, sentí que la vida tiene sentido. La vida es un ciclo que debe ser respetado. Cambia las caras, las figuras, las personas, pero siguen los mismos personajes, las escenas siguen vigentes, las situaciones se repiten por generaciones. El hombre es un ser vinculado a la rutina, pues en ellos conviven los individuos y los deseos. Éstos se tratan simplemente de vivir, de ocupar un pequeño espacio en este mundo semejante.

Observo a las flores asomarse a través de los capullos en la temprana mañana de primavera, en el ventoso otoño veo a las hojas morir, caen cuando ya el tiempo no las puede detener. Auque mi mundo parezca inmenso, es sumamente pequeño, mi vida se trata de buscar y buscar algo que no consigo hallar. Tal vez recorra grande distancia, pero esto no emplea a la dimensión de mi mundo.

Contemplo la vida de otros, pasan por delante de mis mejillas percudidas por el tiempo. Comparto miles de historias que se cruzan en mi camino, éstas pasan por delante de mí como si fueran ráfagas de vientos en plena furia. Soy un contenedor de historias, un sabio retirado de la vida, que se dedica a observar y contemplar los hechos del hombre, pasan cerca de mí, pero no llegan a tocarme. Tengo una vivencia que no logro olvidar, una que se encuentra instalada en mi mente, no logro hallar la respuesta que me lleve hacia allí.

Los retazos de telas inmundas que llevo sobre mi cuerpo, componen una imagen que nadie sabe aceptar, pero que de todo modo, forman parte de la humanidad. Yo soy un individuo que ocupa un espacio en este mundo, pero que nadie me lo deja ocupar, tengo que huir de las amenazas y las miradas crueles que emplean sobre mi imagen. En este ocaso que se extiende ante mis ojos, observo a los niños jugando entre sí, los ancianos caminan por los caminos pavimentados que cortan los espacios verdes, las parejas de novios parloteando por allí, y yo sigo siendo un espectador, un simple esclavo de la vida, alguien que disfruta ver respirar a los demás.

Aunque a veces se me corta la respiración por momentos, y luego vuelve aparecer, se que no se irá por completo, aún me queda tiempo para cumplir mi condena. Mi aposento cambia de forma y tamaño, de rigidez y blandura, yo no soy una persona dirigida a un objetivo, he nacido para viajar, un simple viajero que no tiene nada en la vida, más que el don de observar y saber aceptar.

Ya mi pluma se esta quedando sin tinta, debo ser más breve y preciso en mis palabras, solo quiero recalcar que hay personas que sufren con semejante crueldad, pero hay que saber como tomar la vida, hay tesoros que se encuentra en cada rincón de la humanidad y en nuestro interior, donde se enriquece de valor si sabemos como llevarlo al sitio indicado. Un mensaje para que reflexionen los que no consideran que sean importantes y no se tienen aprecio a ellos mismo, les diré que yo logré llegar al sitio indicado. Ese sitio que planteo esta dentro de mí, es el eje que tiene la vida, el ciclo, el ecosistema naciente de mi propio inconsciente.

Marcos Raúl Bernardini
Un simple observador y viajero de la vida…

FIN