Antes, escribí para los hombres
Ahora, callo desde mi interior

Lleva urdimbre de silencio mi tinta
hecha de serenidad callada.

Y desparrama, mi deseo hecho tinta
lo que de la tinta no deseo

Se hunde en el abismo de mi isla
Una luz tenue,
bendita,
serena...

Una luz que sana por la ausencia
que del mundo irse en mi congoja

Se detiene al canto de la parda escena
caminando al llanto por la alegre entrega;

El mundo es una mueca rota

Y la ausencia tal vez;

Angustia toda.

Pero llega de irse lo que vino ahora
Para ser del llanto la perdida toma

Montaña que, del abismo viene y rueda,
por caminados escombros, en que tendida queda.

Abre abriendo un giro, dentro del afuera
Y cerrando hace que un vuelco me hiera.

Herida que cierra mis tontas quimeras
sanación que enferma enfermas vidrieras.

Si de los extremos el centro viniera
Si desde la huída al extremo fuera.

Subes e iluminas mi mirada queda
bajas y oscureces esta espera ciega.

Son pequeñas cosas que han hecho que sea
Una nueva tierra,
La tierra que era !