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Juntos

Una noche mas en vela, con una taza de café en la mesa, ahí esta de nuevo José pensando en el ayer, cuando era feliz, sentado en su sofá, mejor bien dicho desparramado, cabizbajo, como el condenado que solo espera que el verdugo le corte el cuello, así han sido las noches de José, desde que Natalia se fue, cuando una mañana salio muy temprano a su escuela, la niña de apenas diez años era feliz, al lado de su padre, ambos eran felices solían salir a caminar al parque, en las tardes lluviosas de agosto, cuando la gotas de lluvia se sienten como besos sobre la piel, a pesar de que su madre había fallecido hace cinco años, José había podido cubrir también el lugar de su madre, quien por desgracia había muerto tras ser arrollada por un conductor ebrio, José maldijo la hora en la que su mujer salio a la tienda, ella solo atravesó la calle, a su regreso el conductor dio vuelta en la esquina y ni siquiera trato de frenar, José aun recordaba con odio y dolor el grito, el ultimo grito de su mujer, y el gran golpe que se escucho, seguido del acelerador de ese maldito conductor, que no se detuvo, que no miro atrás. José tuvo que ser fuerte al explicarle a la pequeña Natalia que su madre había muerto, la niña en ese entonces de cinco años no comprendía del todo, lo que su padre le decía y lo único que pregunto fue -¿y cuando la veré de nuevo papa?- José le respondió-después hija un día ella y nosotros estaremos juntos, algún día…- el tiempo paso y Natalia creció, con una imagen paterna y materna al mismo tiempo, ella era feliz, al igual que José ambos solían leer en las noches, jugar, bromear, eran felices. Esa mañana en que Natalia salio a la escuela con su uniforme limpio y planchado, José le dio la bendición como siempre lo hacia, la niña le dio un beso en la mejilla y le dijo – te veo en la tarde papa, parece que lloverá, ¿crees que podamos salir mas tarde a pasear?- José con una sonrisa le dijo – claro princesa, lo haremos-. La escuela estaba a tres calles de su casa así que la niña se iba sola y José se iba a su trabajo, esa mañana el ya iba de salida cuando una señora llego corriendo y gritando a fuera de su casa,-don José, don José salga pronto- José salio corriendo, era la señora paty, su vecina-¿que pasa?- pregunto José, la señora algo agitada le contesto-su hija, ella iba dando la vuelta en la esquina con una amiga, de repente salio un carro de la calle de adelante, dos tipos se bajaron y subieron a las dos niñas al carro, se las llevaron don José, se las robaron-
José no se dio cuenta de lo que hacia cuando se detuvo a mirar ya estaba en la esquina, desesperado angustiado, no sabia que hacer había gente mirando alguien ya había llamado a la policía y llegaron dos patrullas, pidieron descripción del carro y de los sujetos, José entro en trance no hablaba solo escuchaba, se habían ido en un jetta negro con vidrios polarizados, los dos sujetos eran morenos, uno de cabello corto y el otro a rapa ambos vestidos de mezclilla y chamarra negra, una patrulla dio aviso a la base mientras la otra salio en busca del carro, José seguía callado, cuando por fin hablo le pidió informes al policía, el solo le dijo-sigue la búsqueda señor, acompáñeme a la delegación ahí esperaremos informes- José subió a la patrulla y se dirigieron hacia la delegación.
José no sabia que hacer ya habían pasado dos días de su desaparición ni una llamada recibida pensando que la habían secuestrado, José estaba tan desesperado que le daban ganas de salir a buscar por sus propios medios, las fotos de Natalia circulaban en los noticieros, al igual que la de Jessica la otra niña que iba con ella. El reloj de pared de la delegación marcaba las seis cuarenta y cinco, cuando de la oficina general salio el comandante Rodríguez un hombre robusto de mas de cuarenta años, en su mirar denotaba angustia, se acerco a José y con un tono de voz sereno le dijo- señor hemos encontrado el cuerpo de dos niñas, tirados en la carretera a puebla, uno de ellos es el de Natalia, lo lamento, solo le pido que vaya a reconocer el cuerpo con el forense, lo lamento en serio, disculpe tengo que informar a los padres de Jessica, con permiso- el comandante toco el hombro de José y siguió, José no sabia que hacer de nuevo se quedo sin habla, un oficial lo tomo del brazo, y le pidió que lo acompañara, al seguir por aquel pasillo, frió y hasta cierto punto tenebroso, alcanzo a escuchar los lamentos de los padres de Jessica, a José se le comenzaba a formar un nudo en la garganta, al abrir la puerta del forense, José estaba temblando, el doctor a cargo esa tarde, le invito a pasar, con pasos serenos ambos caminaron hasta una plancha donde reposaba un cuerpo, cubierto por una sabana blanca, el doctor se poso frente al cuerpo miro a José y le dijo- le pido que solo me diga si es su hija, y después le dejare un momento a solas con el cuerpo, por favor- José asintió con la cabeza, con los brazos cruzados, el solo deseaba que no fuera su hija, el doctor descubrió poco a poco el rostro de la niña, la cara de José se lleno de horror, por su rostro rodaban algunas lagrimas y el dijo- si, esta es mi princesita-el doctor asintió dio la media vuelta y se fue, José tomo a la niña por la cabeza la miro y no pudo contener mas su llanto, estallo en lagrimas y sollozos no encontraba consuelo en ese instante, una ola de odio lo invadió por completo era una mezcla de sentimientos encontrados por un lado dolor, y por el otro odio, el doctor le pidió que saliera ,José no quería decía que no la podía dejar sola, entro en shock, dos oficiales lo sacaron, cuando estuvo mas tranquilo, acudió con el comandante, le pregunto la causa de la muerte, el comandante le dijo- los secuestradores trataron de dormir a las niñas, suponemos que no las podían controlar, el doctor forense llego a la conclusión de que las drogaron, se excedieron en la dosis y murieron, al ver esto no supieron que hacer con los cuerpos y los dejaron debajo de un puente en la carretera a puebla, envueltos con sabanas, un campesino salio a pastar a sus vacas y encontró los cuerpos, los cuerpos no sufrieron daños físicos de ningún tipo, la única causa fue la sobredosis, estamos investigando todavía a los secuestradores, tenemos algunas huellas digitales en los cuerpos, con eso buscaremos, mi mas sentido pésame señor, esto no quedara impune.- José no sabia que decir solo callo de nuevo…
Durante el funeral José no durmió no se aparto del cuerpo ni un segundo de hecho casi no comió, mientras sus conocidos rezaban José maldecía a ese dios que le había quitado sus dos mas grandes tesoros en esta vida, - ¿por que? ¿Que te he hecho para que me atormentes así? ¿Por que te ensañas conmigo?, mejor matame antes que quedar solo y sin mi motor así ya no quiero vivir- maldijo miles de veces a ese dios durante todo el funeral, el cuerpo fue incinerado, y al recibir las cenizas José lloro, el no sabia de donde podían salirle tantas, lagrimas el pudo haber llenado el mar con todas las lagrimas que ya había perdido.
Los primeros días trato de ir a trabajar pero después se dio cuenta que ya no tenia sentido dos días después del funeral renuncio, desde la mañana hasta la tarde iba al panteón y se quedaba mirando y hablándole, a sus dos grandes amores, hasta que el velador lo sacaba como a eso de las siete de la noche.
Lo mas pesado era llegar a casa y estar solo, así estuvo durante dieciséis días, hasta esta noche, desparramado en el sofá, ojeroso y mirando una foto donde estaba su princesa, lloraba y recordaba, sufría, se atormentaba, el odio crecía en su interior, así eran sus noches.
Esa noche cayo una lluvia de esas, que les gustaban recordó aquella invitación que le hizo Natalia al salir esa mañana y lloro, lloro al momento de tomar el revolver de la mesa de centro, dio un trago al café, y dijo- ahí voy princesita, es hora de caminar- mientras ponía el cañón del revolver dentro de su boca, le pareció ver a su niña abrazada de su madre esperándolo sonriendo, el sonrió igual, y al mismo tiempo una lagrima resbalo por su mejilla pensó -de nuevo juntos, los tres como debe de ser- solo se escucho el estruendo de la bala y el golpe en seco, nada mas.
Juntos los tres nada mas falta…

YORCH
26-16-19-3-8

Texto agregado el 27-11-2007, y leído por 133 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
17-04-2009 Increiblemente triste y dulce morenaescribe
22-12-2007 tristemente bellísimo, aún estoy con lágrimas en los ojos. El amor perdura en la eternidad. besos y estrellas. MAtilde mancuspia
 
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