Ya es de noche, en el dormitorio oscuridad total. Descansa sobre su lecho. El dulce olor a loción de pera que emana de su cuerpo, no le permite conciliar el sueño. Los coloridos pimpollitos estampados sobre las sabanas blancas le cuentan –sonriendo alegremente- las mas graciosas anécdotas vividas durante el día.

Miedo. Inseguridad. Fastidio. Aburrimiento. Por fin, el sueño gana la batalla, los pimpollitos guardan silencio, y ella... duerme.

Lentamente entra al mágico mundo de los sueños. Y es así como empieza el siguiente espectáculo teatral de su subconsciente. Donde ella es la protagonista y dueña absoluta de todo, la ama y señora del lugar.

Posee un maravilloso jardín, del que emanan delicados capullos las flores mas diversas: rosas, begonias, violetas, margaritas, tulipanes, jazmines, hasta la flor de los siete colores,en este perfumado arco iris floral, juguetea y se remolonea cuando quiere ser Wendy, huyendo del mundo de los grandes en busca de su adorado Peter Pan, pero no esta sola, Campanita la acompaña. En su propia versión del país del Nunca Jamás, los siete enanitos salen a jugar con el lobo feroz, mientras Caperucita peina sus largos cabellos.


En las noches frías y solitarias, se refugia en su inmenso Castillo frente al tibio calor de la chimenea, donde desnuda se remolonea como un gatito sobre la alfombra. Le gusta sentir su piel joven y suave, le gusta el color que refleja el fuego sobre ella, es calor, pasión, locura, lujuria y placer.

El hotel de la playa es diferente. Un pequeño rinconcito de paz con una vista deslumbrante del pequeño paraíso marino. La arena es tan blanca como todo en el hotel, y a través del mar azul transparente pueden verse claramente a los pequeños pececillos multicolores jugueteando tiernamente con los tiburones.

Entonces, con su actitud más seductora llama con dos palmadas a sus sirvientes que doblegados ante su belleza hacen todo lo que ella les ordena.


Durante las noches, las tintineantes estrellitas forman antorchas plateadas para alumbrar su camino. Más de una vez, el sol le pidió permiso para copular con la luna, ella, voyerista testigo oculto de su amor observa el romántico eclipse, con el que agradecen su consentimiento.

Y cuando sale a atormentarla alguno de los anómalos habitantes de la galería de villanos. Ella lucha y los enfrenta a todos, fantasmas, hombres de negro, diablillos, ogros y duendes malignos. No pueden derrotarla, es sorda a sus insultos, insensible ante sus golpes, inmune a sus maleficios.

No importa la magnitud de sus armas ni la maldad de sus intenciones. Jamás la vencerán. Sabe desempeñar su papel cada noche y sortear las adversidades con airoso triunfo.

Es todo y nada al mismo tiempo, una niñita indefensa, una mujer seductora, una mente brillante, un alma perdida, una compañera incondicional....

La noche acabó hace varias horas, los rayos de sol entran tímidamente por la ventana y con ellos la realidad, el miedo la inseguridad el fastidio y el aburrimiento. Oficialmente el espectáculo terminó.

Buenos Días a Todos!