Un día retrocedí al jardín de nuevo y todo estaba en su lugar, quieto, el cuadro idéntico, los colores estáticos. El viento describía mi interior: soplaba sonando como el mar. Me sentí cansado.
Después de ver quién era esa amalgama de posibilidades supe que no había túnel de por medio; solo habían miles de cuerdas flojas voladoras, que trataban de seducirme con pasión y misterio, casi con los ojos cerrados y en silencio.
Saber es horror
Saber es placer
Palabras que bañan el amanecer
Palabras que intentan en vano
Sentir que es todo, lo es todo.
Sentir nada más
Morir en sentir y nacer en placer.
Trascender, advierto atención alrededor, ubicar el diluvio y detenerlo; dejar que aparezca tal como surgió.
Naturaleza, identidad de sueño que ríe.
Alarma de acciones que expropian recuerdos
Usos distintos de la vida, como el papel.
Repetición de caretas, construcciones del señor sujeto, nubes de evolución.
Esencia y nada más
Colisión de dudas que lloran
Instantes de árbol
Voz del cielo
Sol de mediodía que congela los cálidos cielos de medianoche.