Recobro entre mis suspiros  
el aliento, 
y creo que comienzo  
a romper un mundo, 
a separar la cáscara de mi aire. 
La gloria  
y el placer de la certeza, 
clama. 
Creo que empiezo a respirar. 
Hoy por fin, usaré mis ojos 
para mirar. 
Hoy por fin despertaré,  
y estiraré los brazos 
para tocar el cielo  
y robarle nubes, 
para cubrir mi desnudo virgen rostro. 
Pero no es algo nuevo, 
no comienzo por descubrir, 
comienzo a reconocer, 
a replantearme el mundo 
como una semilla echada en la tierra, 
que por fin aceptará el agua 
y se echará a la luz, 
que recomienza la vida, 
pues había ya nacido de la flor. 
Hoy abriré los ojos  
y la nariz, 
estiraré mis labios  
y mis brazos, 
y me presentaré a la realidad, 
sin conocer, 
sin nada que perder, 
con un mundo por ganar.  |