He aprendido que la soledad
no es mala si aprendes a escucharla,
que es inútil contar estrellas,
si te atreves a contarlas,
que somos ciegos ante lo evidente
y nunca aprendemos a tapar el sol con la mano.

Que todo sueño se hace realidad
aunque no a su tiempo,
que no existe la suerte
y nada es por casualidad
que nunca queda deuda sin cobrar
y que la muerte duerme con nosotros día a día,
hasta que le llega la hora de despertar…

Que las mujeres no olvidan
y encarnan el pecado en ellas mismas,
y que la eternidad se acaba
cuando dejas de soñar…

Que hablar no es necesario,
que el licor no borra las penas
solo las esconde y alimenta
y luego las devuelve con más crueldad,
que la música alegra el alma
y la conciencia la destruye
si la esperanza y los sueños no prosperan…

Que el tiempo se burla de nosotros
cada segundo,
que dios soy yo mismo
y que amar es lo único necesario
para vivir y entenderlo,
de verdad.

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“No he aprendido a escribir ni bien,
ni correcto
ni como quiero”