Hoy al despertar miré a través del cristal a lo lejos y observé a la luna blanqueada ocultarse lentamente en el horizonte. Se que estaba incorporado sobre la cama, pero me sentía aún inconsciente, y me aproveché de ese momento para analizar mi triste vida.

Regresé el tiempo y me encontré las cicatrices de aquellas heridas hechas de viejas batallas, que creí olvidadas. Me detuve a recordarlas, porque quería saber si habían valido la pena. Hoy me di cuenta de que si valieron la pena, pues sobre ellas encontré mi razón de ser y de existir. Ellas forjaron mis valores y me fortalecieron mi alma.

Recordé mil mentiras, que pensé nunca poder perdonarlas, pero al día de hoy me di cuenta de que todas estaban ya perdonadas. También encontré mil preguntas, todas sin respuesta, y me sentí morir. Hoy encontré las respuestas, si, de seguro las tuve siempre en mi corazón.

Ahora creo que al fin estoy despierto, ya la luna terminó de ocultarse. Tengo una gran paz interior. De seguro hoy me encontraré con mas preguntas sin respuesta... Si. También de seguro me encontraré con mas mentiras... pero ya aprendí a perdonar y no hay preguntas que no tengan respuesta en mi corazón.

Ahora miro al tiempo, y se que solo es un momento para ser feliz. Me gusta aferrarme a las cosas que me dan felicidad, aunque solo sea una pequeña ráfaga. Después de todo también me gusta sufrir, pues el amor aparte de la felicidad siempre trae consigo el dolor. Pero amar sin sufrir no es amar.

Entonces me doy cuenta de que la vida esta hecha de amor y dolor... El dolor para mi es la ironía de la vida que nos hace aprender a amar. Y el amor es la ironía de la vida que nos hace aprender a sufrir.