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“El Zombie de Poe” (Quinta y ultima Parte)


El señor Allan se tranquilizo al saber que era su zombie, pero sin que el zombie lo notara, se pregunto inquietante como es que estaba fuera del sótano que había dejado cerrado.

El señor Allan se levanto torpemente mientras finalizaba la aclaración de su vista y pregunto porque todo estaba tirado y aventado. Esperando una simple respuesta del zombie pero no la hubo.

Por fin con la vista aclarada pudo ver como en efecto toda la habitación estaba revuelta, todo tirado, todo roto, en efecto algo había pasado, pero no sabia que, y ahora lo que le deba miedo era preguntarle a su zombie que es lo que había pasado. Así que en vez de peguntar al zombie, que lo único que hacia era reírse como pilluelo, fue investigar que había pasado exactamente.

El señor Allan recorrió los pasillos de su casa por donde había signos de violencia, y termino por visitar el sótano donde su zombie, habitaba y que ahora se encontraba deambulando por la casa. En aquel sótano frió y desolado donde había mantenido a su zombie durante tanto tiempo, fue donde con una antorcha camino descalzo buscando una respuesta para la cual todavía no tenia pregunta. Era como cuando de niño había encontrado a su zombie por primera vez en el sótano de sus padres y le había contado la historia del gato negro, le fascinó tanto la historia porque se imaginaba a su propio gato que le sucedía lo del cuento del zombie, odiaba tanto a ese gato, lo odiaba porque parecía que sus padres querían mas a ese maldito gato que a el mismo. Odiaba como se acercaba a los pies de su padre cuando el estaba ahí, para llamar la atención, para que su papá volteara al gato y lo cargara en vez de a él, lo odiaba tanto. Y se puso más feliz cuando una semana después un perro lo había matado. El estupido gato de alguna forma había entrado en el patio de la vecina cuyo perro grande y agresivo lo había deshecho, y la sangre brotaba por todas partes.

El señor Allan tuvo miedo otra vez, pues se preguntaba como había podido recordar algo en lo que el no estuvo presente, pero la respuesta vino a él por el mismo, pero a través de su zombie. .- “Porque yo lo hice para ti” – Volteo, súbitamente, nadie, solo él, el miedo era incontenible, recorrió todo el sótano, pero no había nada, no encontró nada, busco en todas partes posibles de su casa, no había nada ni nadie.

Estaba solo, más solo que cuando estaba en aquel viejo sótano escuchando la historia del gato, porque entonces por lo menos su zombie estaba con él, es por eso que le dejo de tener miedo al sótano y a todos esos extraños ruidos, porque había comprendido que su zombie los había estado haciendo para que el lo encontrara. Y ahora ni siquiera su zombie se encontraba ahí donde lo había dejado, no en la habitación, no en el sótano, no en ninguna parte. Su zombie ya no estaba con el. Así que angustiado fue a revisar que fecha era, cuantos días habían pasado, y dio cuenta que solo eran 2, solo habían pasado 2 días, la recuperación no había finalizado, pero aun así no tenia ni la menor idea de que sucedía, pero como una vez su zombi le dijo, muy dentro de ti sabes la verdad, la respuesta. Y la sabía pero simplemente no quería escucharlo, no quería escucharse.

Sucedió que el zombie desaprecio porque ahora el señor Edgar Allan Poe era su propio zombie, su aspecto había cambiado, ahora estaba muerto, y sin embargo podía pararse frente al espejo y ver su horripilante aspecto, ya no era más el humano que alguna vez fue, yo no sentía nada, no amor ni ninguno de esos sentimientos humanos que ahora añoraba solo en libros, estaba vació, estaba solo, pero al mismo tiempo no necesitaba alimentarse pues ya no tenia hambre como los demás, así que estaba lleno, estaba pleno, pues no tenia miedo ni sufría más pero se preguntaba si eso era lo realmente necesario. Y al mismo tiempo sentía una angustia por parte de su vieja parte humana que era el no saber donde estaba su amada, donde estaba Leonora.

Ahora el zombie de Edgar Allan Poe pasaba los días escribiendo increíbles y fantásticas historias acerca de lugares lejanos, misterios sin resolver, terrores incomprensibles que se guardaban en la vieja biblioteca de su ahora muy, muy vieja casa.

Todos los días escribía algo nuevo, todos los días soñaba algo nuevo, pero no había nadie a quien contar las historias, todos los días añoraba a su viejo amor, a su Leonora que en ocasiones creía escuchar tocar a la puerta de su cuarto o asomarse por la ventana, buscándole, pero cuando habría la puerta, no había nadie, no estaba Leonora, nuca más apareció ni nuca más llegaría a parecer, nunca más se llego a ver al señor Allan y nunca más se llegaron escribir historias tan grandiosas y terribles acerca de amores perdidos, misterios sin resolver o miedos inconmensurables, nunca más.




(Quinta y ultima parte de "El Zombie de Poe")

Krant

Texto agregado el 29-12-2007, y leído por 264 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
13-05-2008 AHH claro, malaso loammi
04-01-2008 Vine por casualidad y me alegro. Te cuento que intrigado porque me comparan con Poe (y yo sin saber quién era! Oh ignorante de mi!) sentí curiosidad por leerte. Me deleitó tu narrativa, tu modo de expresar la acción. Felicitaciones. 5* zepol
30-12-2007 me dediqué a leerlos todos desde el principio, claro, y me gustó, lo hallé interesante, hablando del relato completo, no por partes; aunque pienso que el final es un poco sencillo. Pero te dejo estrellas y felicitaciones ;) lacking
 
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