TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / blalalakala / el vestido rojo

[C:329082]

En un día cálidamente frío, me encontraba recargado en una pared soportando la frialdad de los rayos de sol y el constante ruido del silencio molestando y maldiciendo aún más mi desgraciada existencia, así que decidí prender un cigarro para ver si su humo mortífero alivianaba mis pesares, pero al contemplar que en vez de saciar mis necesidades las fastidiaba, opté por ponerme mi más usada gabardina y mi sombrero e irme al desolado bar al que acudo constantemente. Tras un recorrido lleno de disturbios como risas de niños que parecían chillidos de desesperación, arribé al bar y una vez ubicado en mi rutinario asiento junto a la barra, le pedí al cantinero la cerveza más barata que tuviera pues no cargo mucho dinero.

Al pasar unas pocas horas se creó un silencio doloroso y luctuoso como si estuviera a punto de llegar la muerte y en ese momento se abrieron las puertas del bar y entró una mujer que usaba un vestido rojo; la dama era alta, blanca como la nieve, de cabellera negra con rizos puntiagudos como navajas y un pequeño lunar en la mejilla izquierda. La dama se sentó junto a mí y al igual que yo pidió la cerveza más barata y aunque muchos pensarían que era una gran suerte mía estar sentado junto a la mujer de ensueño, yo no lo pienso así ya que la dama en cuestión traía un pésimo olor, así que me resigne y traté de no oler y tolerar a la damisela pero no fue que notó mi horror hasta que percibí una gran mancha en su vestido.

- ¿Y tú que estás mirando? – preguntó la dama del vestido rojo
- A una mujer a quien no le importa su apariencia ni su higiene – le contesté honestamente
- Eso no te importa descarado
- Yo nada más respondía, y además yo creó que la descarada eres tú
- ¿A qué te refieres?
- Digo que tras una relación de tres años al menos debiste darle a tu novio una oportunidad de explicar que había pasado
- No se como sabes eso, pero no quiero discutirlo contigo
- Está bien si no quieres que hablemos de eso, pero al menos dime ¿por qué viniste a este bar?
- Si lo que quieres es una explicación supongo que la más acertada sería que tan solo quiero desahogar mis penas
- Comprensible supongo pero ¿Cuáles son las penas que quieres aliviar?
- Las que se llevan tras una gran desgracia
- No te preocupes total ya pasó, sin embargo dudo mucho que tu historia sea peor que la mía
- ¿Con qué eso crees? Bueno, de ser así te contaré mi historia. Mi nombre es Carlota y antes era una bailarina profesional, reconocida y aclamada por todo el país pero una noche toda mi vida cambió, la boda de mi hermana Sofía; todo comenzó antes de que llegara al salón de la fiesta, mi novio Antonio estaba más preocupado y desesperado de lo normal primeramente pensé que era nervios de regresar de su retiro de baile ya que él también era bailarín profesional y estaba nervioso porque nosotros íbamos a ser el espectáculo principal. Desde que llegamos a la fiesta Antonio observaba a todos en la fiesta como si estuviera buscando algo, también veía como desesperado su reloj pero decidí no darle importancia. Cuando el momento llegó Antonio y yo entramos al centro de la pista de baile y empezó a sonar un tango, bailábamos formidablemente pero a mitad de la pieza un mesero distraído tropezó con migo derramándome vino tinto en mi vestido favorito, éste vestido rojo. Tras haber pasado una momento de gran vergüenza me salí del salón y me dirigí a mi auto pero al llegar noté que había olvidado las llaves así que me regresé rápidamente al salón pero cual fue mi sorpresa al ver a Antonio besando a una fulana, mi vida se destrozó y no quería saber nada de nadie angustiada tomé las llaves que estaban en el piso, me subí a mi auto y aceleré lo más rápido posible. Trataba de olvidar todo y…
- Déjame adivinar aceleraste lo más que pudiste, no observabas los semáforos y accidentalmente atropellaste a una bella mujer, te sentiste culpable y la llevaste al hospital y se quedó hospedada en la habitación 191 pero te sentiste tan culpable que le contaste toda tu vida y los sucesos del día del accidente, aparte le prometiste que hasta que saliera del hospital no ibas a quitarte el vestido y hace poco te enteraste que había muerto por tu culpa.
- Todo eso es cierto, pero ¿cómo lo supo?
- Porque esa mujer era mi esposa y he llorado su muerte desde entonces
- ¡Perdón!, no sabe cuánto lo siento
- No te preocupes, todos cometemos errores y el mío fue pensar que eras una asesina – en ese momento saqué mi pistola y le apunté a la cabeza y con lágrimas dije – No tienes idea de cómo he esperado este momento
- Por favor no lo haga – dijo Carlota con gran tristeza y preocupación - ¡no he dejado de odiarme por ese estúpido accidente!, ¡pero por favor no me mate!
- He esperado este momento todo este tiempo, pero nunca pensé que iría a terminar así.

Al darme cuenta que en sus ojos veía a mi vida, amor y sobretodo calma en su mirada se reflejo la imagen de mi amada así que cambié de posición y me puse la pistola en la sien y disparé ella me llevó al mismo hospital que a mi mujer y quedé en estado vegetativo observando el mismo mugroso techo. Casi diario me visita Carlota y me cuenta cuentos de amor, vida y esperanza, pero que amor ni que vida y sobretodo que esperanza iría a tener un estúpido que desperdicio su último aliento y que yace casi muerto en la habitación 191.

Texto agregado el 30-12-2007, y leído por 102 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]