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 -Te voy a extrañar.
 -Yo te extrañaré, también.
 -Te quiero mucho, mucho.
 -Y yo a ti.
 
 Era el diálogo en el aeropuerto entre Camila, de 9 años y Úrsula de 10, dos primas que se encuentran cada dos años; dos amigas que cada dos años se ven crecer; dos niñas que pronto, en dos años, observarán que su niñez está quedando atrás; y, después de esos dos años, otros dos más vendrán y, ambas, Camila y Úrsula, ¿aún se extrañarán?
 
 Camila, con la sensibilidad a flor de piel y el llanto en su corazón abraza a Úrsula; ésta, como su grave nombre, seria y compuesta, quisiera echarse a correr.
 
 -Adiós, prima.
 -Hasta siempre, amiga.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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