A dormir, ¡a dormir se ha dicho!. Y caer a ti, en un cerrar de ojos, y soñarte luego, lentamente. Escribir con esas imágenes que aparecen en mis sueños-pensamientos, y convertirlas en esa realidad propia del que escribe desde su vida, desde su existencia misma, en-soñada. Desnudar, pues, la realidad desde ellas, caer en la embriaguez de la carne que se desenvuelve por mi piel, frontera entre tu imagen y tu ausencia. Y despertar con mi yo al lado.
Dormir es escribir y escribir es despertar. Descansar en lo hondo de la existencia, de la ingrávida luz que desprende el túnel del cosmos. Tu cosmos.