El Elefante Verde


"Tomadlo como queráis: el milagro está allí, detrás de la puerta." Tristan Tzara
(Le monde qui nous entoured)


Ese enigmático elefante verde,
merodeando la plaza, me turbaba el sueño,
mientras la tarde en rojo, azul y claro,
se enroscaba a mi cuello, como una serpiente
de ojos amarillos,
dispuesta a devorarme poco a poco.
Pero, ¿a quién se le ocurre?
Podría sucederle a usted.
Mire bien al cruzar la calle;
hay mucho loco suelto
por ahí.
La plaza es buena hasta que el sol se esconde;
después de eso, se vuelve peligrosa
como una selva.
Hay mucha droga y delincuencia y mucho
gato y gatillo fácil.
Salir es el asunto,
no se puede salir una vez que se ha entrado allí.
‘Es mejor prevenir ’ dijo el antídoto;
y, aquí, no existen curas milagrosas,
ni curas milagrosos. Sólo
hay mucha iglesia abandonada, y manicomio lleno.
Me cautiva la sombra verde del elefante placero.
Si lo mirás con buenos ojos,
podés romper la rutina y entrar en el asombro verde,
donde los niños son posibles las 24 horas,
los 365 días del año,
todos los años
de quienes pueden
vivir más y mejor
comiendo y descansando de lo que otros
hacen y logran y se cansan.
La plaza está llena de chicos en el día;
pero, llega la noche y los bancos se llenan
de parejas calientes
y de personas sin hogar que quieren calentarse.
Pero los niños muertos pueden verse,
temprano en la mañana,
debajo de los bancos,
después que el elefante se ha ido con su selva
a recorrer el mundo.