El verano me vuelve a ver escribiéndote en las hojas de tu amiga, que ahora quizá en tus brazos está y remoja tus pensamientos, y te invita de esa deliciosa ácida ironía con que le suele vestirse toda ella. Siempre hace frío al escribir para ti.
Y las líneas surgen tristes, rápidas, débiles, tibias y llorosas. Salen como los pollitos cuando nacen y son torpes.
Son poesías muertas para ti.
Que devoción escribirle a oscuras a ese cuerpo ciego que me saluda y me dice adiós, que me da vueltas hace tanto, y que hoy ya se va.
De mí...supuse se fue hace tiempo
hoy veo que no.