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CAP 2: LA LECHUZA BLANCA.

Gracias a Merlín no había nadie en el comedor, así que Lara pudo comer tranquila. Luego del desayuno, se fue hacia el pequeño living, tomo un libro, se sentó y se dedico a leer. Estuvo allí durante un par de horas, hasta que noto una presencia cercana, saco el libro de delante de su cara y se encontró con la mirada de Snape.

El hombre estaba apoyado en el marco de la puerta, de brazos cruzados, observándola.

- Profesor, ¿necesita algo?.- Pregunto la muchacha, sin darse cuenta de lo que había dicho.
El hombre tardo unos minutos en responder, pero cuando lo hizo fue con un tono de voz al cual a Lara le resulto totalmente desconocido.

- En realidad si, necesito que me diga donde puedo dormir un rato, estoy muy cansado por el viaje.-
- Hay una habitación al final del pasillo de arriba, es la habitación de huésped.- Contesto la muchacha mirando a los negros ojos de su profesor.
- Me temo que allí esta durmiendo el profesor Dumbledore.-
-Oh, bien... bueno, entonces puede ir a dormir en la cama de mis padres.- Trato de solucionar Lara.

El hombre negó con un movimiento de la cabeza.

- Allí se encuentra su madre.-

La muchacha se sorprendió al saber cual era la ultima alternativa: su habitación.

- Entonces valla a mi... habitación.- Dijo con voz queda.

Snape no paraba de mirar los ojos de la muchacha. Savia lo que ella pensaba, lo que sentía... al tener que prestar su habitación a el; a su odiado profesor de pociones.

- Bien.- Dijo, y se marcho subiendo las escaleras.

Lara suspiro, una vez que se aseguro que el profesor no la miraba.

“¿Por que mis padres no pusieron otra cama en una habitación para que Snape duerma?, si sabían perfectamente que el vendría junto con el director.”

Pasó un largo rato, cuando por fin Colin, (su padre), regreso de alguna parte, con muchas bolsas de comida.

- Hija, ya e traído la comida, ¿puedes llamar a tu madre, a Dumbledore y a Snape?.- Pregunto su padre pasando directamente hacia la cocina.

“Y, de poder, puedo, ahora de querer...”

Lara se levanto del sillón en el que estuvo sentada casi toda la mañana y se dirigió a el piso de arriba.

Fue a despertar a su madre, lo cual no hubo problemas, luego fue a despertar al director, lo cual le causo un poco de nervios, pero en cuanto Lara abrió suavemente la puerta, este ya se encontraba despierto y de pie, después de aquello de dirigió a su habitación, donde se encontraba Snape.

Cuando llego golpeo suavemente la puerta, no hubo respuesta, entonces decidió abrirla, mientras pensaba.

“¿Cómo seria ver a Snape durmiendo recostado en la cama?... MI cama. Trato de alejar esos pensamientos de su cabeza.”

Cuando abrió la puerta, noto que la habitación estaba en penumbras, la ventana tenia las persianas serradas, no había ninguna luz.

Entró y serró la puerta detrás suyo.

Camino hacia el costado derecho de la cama, ( ya que la cama estaba pegada del lado izquierdo a la pared), se detuvo cerca de esta y agudizo la vista.

Allí acostado en su cama se encontraba el detestado profesor de pociones... que en esos momentos parecía un niño inocente, recostado de costado, mirando hacia Lara.

Su cabello le caía en la cara, estaba hecho un ovillo, parecía tener frió...

Lara se quedo mirándolo, no savia que sentir, en un momento sintió pena, luego sintió ganas de reírse pues no podía creer que el hombre mas amargo del planeta duerma de esa manera tan dulce...

Lentamente se sentó en una orilla de la cama y tratando de no hacer ruido se acomodo cerca de él.

No savia lo que hacia, solamente... lo hacia, sin saber las consecuencias...
Levanto la mano para correr su cabellos de su cara, pero antes de tocarlo volvió un poco su mano, como signo de arrepentimiento, pero luego volvió a acercar su mano a el rostro del profesor. Suavemente corrió la cortina de pelos que caían en la cara de Snape.

El hombre al parecer no lo notó.

Se quedo observándolo, aun sin saber que sentir.

Luego de un par de minutos se levanto y olvidando su misión (despertarlo) salió del cuarto.

Y en la cama, Snape abría los ojos en cuanto Lara serró la puerta al marcharse.

- ¿Y el profesor Snape?.- Pregunto su madre al ver a Lara llegar a la cocina.

La muchacha se sentó al lado de una silla bacía y luego contesto.

- Esta profundamente dormido.-

Dumbledore sonrió y bajo su vista al plato de comida que tenia adelante.

- Que extraño, Severus siempre tuvo un sueño muy liviano, ustedes ya saben... por lo de la Orden... el siempre esta atento a todo...-

Lara se quedo dura como una piedra.

Comieron tranquilamente hasta que en la chimenea que se encontraba en el comedor se encendió bruscamente, produciendo unas enormes llamas.

- Arthur Weasley, viejo amigo, ¿cómo has estado?.- Pregunto Colin esbozando una amplia sonrisa.

El señor Weasley también sonrió.

- Hola Colin, bien y ¿tu?.-

El padre de Lara asintió.

- Disculpen que interrumpa su comida, pero me parece que hay algo que tienen que saber...- Dijo el hombre pelirrojo poniendo una expresión seria. – Miren, creo que ya hemos encontrado lo que él quería...-

Todos adoptaron la misma expresión que el señor Weasley. Vivian fue la primera en hablar.

- Lara, nos iremos a el cuartel, tu te quedaras y cuidaras de la casa, ¿entendido?.-
-Si...- Dijo la muchacha cabizbaja.

Todos menos Lara se pusieron de pie para marcharse, cuando su madre estuvo a punto de transportarse con los polvos Flu, Lara dijo.

- Mamá, ¿cuándo podré ayudar en la Orden?.-
- Cuando seas mayor.- Le respondió, y en un abrir y cerrar de ojos, todos desaparecieron, dejando a Lara sola.

Se quedo parada, esperando algo... pero sin saber que.

Después de un rato, tomo su varita y haciendo un simple movimiento con esta, los platos, vasos y cubiertos sucios volaron y se fueron directo al lavavajillas.

- Veo que no me esperaron para comer.- Dijo una voz detrás de Lara.

Esta volteó y clavo su mirada en la de Snape.

- No, lo que pasa es que usted estaba dormido.- Dijo la muchacha nerviosa. – Pero si lo desea puedo calentarle algo...- Lara se sorprendió para sus adentros, no savia como lo tomaría el... en que sentido.

Snape sonrió para sus adentros. Le encantaría que ella le caliente... pero a eso la muchacha no se refería.

- Bien.- Dijo sentándose en la silla de Lara.

Lara se apresuro a recalentar un poco de pavo asado y de servirle a Snape, luego de hacer aquello, se sentó en la silla del frente.

Mientras el profesor comía, la muchacha lo mira disimuladamente.

- Si quieres irte esta bien.- Le dijo el hombre sin mirarla, sentía pena por lo que acababa de decir, toda su vida solo...
- No se preocupe profesor... a mi me enseñaron a permanecer en la mesa hasta que todos terminen de comer.- Dijo Lara apoyando su cabeza en su brazo izquierdo y mirando a Snape con atención.

El profesor levanto levemente las orillas de sus labios en forma de sonrisa o eso le pareció a Lara.

- Pues no es lo que hizo esta mañana en el desayuno.-

La muchacha se sorprendió un poco por lo ese comentario, pero luego recordó por que lo había hecho, entonces frunció levemente el ceño y le contesto.
- ¿No se pregunto por que lo hice?.-

Snape estaba a punto de contestarle sarcásticamente, pero de pronto hubo un sonido que llamo la atención de ambos.

Lara giro la cabeza y mirando a través de la ventana, pudo observar a una lechuza blanca que picoteaba el vidrio.

- ¡Hedwig!.- Exclamo Lara levantándose de la silla y yendo casi trotando hacia la ventana.

La muchacha abrió la ventana, y la lechuza entro revoloteando, luego dibujo tres círculos sobrevolando el comedor, hasta que se asentó en el respaldo de una silla al lado del profesor.

- ¡Ya era hora!, ¿por qué se tardara tanto Harry para escribir una carta?.- Dijo Lara sacando de la pata de la lechuza una carta.

Snape miro con desagrado a el pobre animal, y volvió su mirada a su alumna, que leía con entusiasmo la carta de Potter.

Lara:
¡Hola!, perdona que no te halla contestado más rápido, lo que sucede es que e tenido un par de problemas con mis tíos... ya sabes... lo de siempre.
La respuesta a tu pregunta es si, mis tíos me dejan ir a pasar las ultimas semanas contigo, con tal de no aparecer por un buen tiempo. No veo las horas de estar allá, no aguanto más estar aquí, es un caos.
Con respecto a lo segundo que me preguntaste, no, no e tenido mas sueños extraños...
Bueno, me despido, voy a estar esperándote el lunes.
Harry.

- ¡Genial!.- Grito Lara.

Snape estaba a punto de preguntarle que decía la carta, pero luego se arrepintió, ya que eso era entre ella y Potter...

- Harry dice que podrá venir a pasar un tiempo con nosotros, es fantástico, pero dice que tiene muchos problemas con sus tíos... bueno.. ¿cuándo no los tiene?, pobre...- Decía Lara volviendo a leer la carta.
- ¿Potter vendrá aquí?.- Pregunto Snape con el ceño fruncido.
- Si.- Contesto la muchacha mirando al hombre.

Snape volvió a hacer un gesto de desagrado, se levanto y cambiando de tema habló.

- ¿Dónde esta el profesor Dumbledore?.-
- Todos se fueron a hacer no se que en la Orden.-
-Bien.- Dijo el profesor, que volteo para irse.
- Espere...- Dijo Lara levantando un poco su brazo. - ¿a dónde va?.-

Snape, como si hubiera leído sus pensamientos le contesto.

- No iré a ningún lado, solo voy a seguir descansando.- Dijo subiendo las escaleras.

Texto agregado el 17-03-2008, y leído por 113 visitantes. (0 votos)


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