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[b]HISTORIA I - DE CARA CON LA SOLEDAD [/b]

Ella tenía esa fascinación por la libertad como pocas…tenía la manía de conversar con el viento, sentirlo, tocarlo.
Hubo varias noches en que se quedó dormitando en el banco de piedra del jardín, mirando las estrellas…esperaba un milagro. Pero se sentía atrapada en un lugar del que no podía salir.
Disfrutaba de andar descalza en el césped de su cuidado jardín. Le gustaba a la tardecita sentarse a tomar mate debajo de la Retama que despedía ese olor tan particular y dulce…
Cada día de su infancia volvía a ella. Revivía siestas de calurosos juegos bajo la parra de la abuela. O las idas a la playa con sus padres y hermanos, práctica que ella en su madurez, repetiría con sus hijos, pero sola…
Siempre sola.
Sola.
Esa mañana, ella encendió el gas de la hornalla de la cocina. La llama azul le revelaba movimientos candentes y sensuales…puso el café y pensó si quería seguir así.
La respuesta demoró en llegar. Se tomó un tiempito para mostrarle a ella que todo estaba en orden en su casa, los muebles, la limpieza, la ropa, todo. Menos ella. Su mundito perfecto de familia perfecta de 12 años, se rompía a pedazos ante su vista.
No era feliz.
Los años le pesaron mucho y la magia y esa alegría de campanita que tenía no estaban más. ¿Dónde se habían ido? El llanto reemplazó mas seguido a las sonrisas, y el agobio y la poca autoestima hicieron un trabajo profundo que dejaría marcas en ella.
Sabía que la salida era partir. No lo haría sola. Sus hijos la secundarían.
No estaba sola, pero se sentía densa la soledad en todo su esplendor. Podía haber estado en un estadio repleto de gente y seguiría sintiéndose sola.
Pelearía, ella había nacido bajo el signo de aries y toda la vida estuvo orgullosa de esa idiotez. Según decía era “una guerrera”… y lo demostraría porque no daría el brazo a torcer ni un solo paso atrás.
Tiempo después, la vida la pondría en ese lugar, donde te enfrenta cara a cara contigo misma y ahí debería demostrarse que podía.
Solo era cuestión de tiempo…

[b]HISTORIA II - UNA NUEVA VIDA [/b]

Cuando los árboles pasaban tan rápido a la vera del camino, era señal que estaba en marcha. Ella subió a un colectivo con dos cajas de ropa en el maletero y un nene en cada mano. Odiaba las partidas pero esta la deseaba con el alma.
La lluvia fue tapando la claridad del sol y el atardecer se transformó en tormenta. Llovía a cántaros…los acompañaban los refucilos estridentes y electrizados…
Terminaron sentados los tres en los dos asientos que ocuparon primeramente ella y su hijo menor. Ella pensó: “que bueno es estar así juntitos los tres”. Los chicos dormían, y ella pensaba qué depararía el futuro…
Lloró.
Cuando llegaron a destino el hermano de ella estaba en la estación de ómnibus, con la carita triste, los ojitos brillosos. Su hermana no era la misma que había dejado hacía 13 años atrás… era otra.
Ahora venía de la mano con esos dos pequeños. Uno el retrato vivo de ella y el otro, el clon de su padre.
Alquilaron una casita pequeña y muy modesta al lado de la casa de sus padres. Los chicos estarían cuidados mientras ella buscaba trabajo.
La abuela les dio unas camitas que eran de su madre. Los entusiasmó la idea de dormir en las camas que eran de su mamá. Y ella dormía en el suelo, en dos colchones encimados… hacía calor, no era problema dormir así.
Pero cuando llegaron los primeros fríos, sus riñones y pulmones empezaron a resentirse.
Una amiga le regaló una cama matrimonial. Se solucionó en gran parte el problema de su salud. Pero quedaría resentida de los pulmones…
Un mediodía, cuando volvía de trabajar, cuando cruzaba la calle, una moto en duro dobló sin hacer caso al semáforo y aunque frenó, la atropelló…
Ahí comenzaba otra nueva historia…

[b]HISTORIA III - EL ENCUENTRO[/b]

Ofuscada y nerviosa, comenzó a insultarlo…¿qué se pensaba? ¿Que era el dueño de la calle? Agachada porque le costaba respirar un poco, lo seguía insultando.
El bajó de la moto y le preguntó si estaba lastimada. “No”, fue la única respuesta de ella.
El le dejó una tarjeta con su teléfono que ella arrojó a la vereda, y él le dijo que si tenía gastos médicos lo llamara, que se haría cargo de ellos.
Como ella no le diera más tema de conversación, el tomó su moto y se alejó velozmente de ahí.
“AY” se oyó cuando se agachó a recoger la tarjetita…y enojada y todo se dijo “que lindo es”.
Al día siguiente tenía un moretón en el costado, a la altura de la cintura que le dolía como si la hubiera atropellado un tren. Los chicos estaban en el colegio, llamó a su trabajo y pidió un médico y no fue a trabajar. Quería hacer reposo.
Se acostó con un block de notas y una lapicera. Tenía el gusto por la escritura…
Cuando empezaba a escribir las primeras líneas de lo que acabaría siendo un bellísimo poema, tocaron el timbre de calle.
Se levantó con dificultad, pensando “guau! Que rápido llegó el doctor!”.
Qué grande fue su sorpresa, cuando al abrir la ventanita de la puerta, encontró al chico de la moto, paradito, por lo que se veía. recién bañado y una flor en la mano.
-“hola- ¿te acordás de mi? Con una enorme sonrisa que ella no devolvió.
- si.
- bueeee….mmmm….vengo a ver cómo estás.
- cómo sabés mi dirección?
- me la dieron en tu trabajo.
- no te dije donde trabajaba
- no, pero siempre te miré en la calle, te veía salir o entrar en los horarios de comercio ahí.
- … Ella pensaba….tenía ganas de ahorcarlo. (pero era tan lindo…)
Ella dudaba si dejarlo pasar…al fin y al cabo era un perfecto desconocido…
Lo pensó y se dijo: “ bueno… después de todo vino a verme y saber cómo estaba”.
Bueno, pasá y entrá la moto al pasillito porque te la pueden robar.

[b]HISTORIA IV - ENOJO [/b]

Cuando pasó le pidió permiso y se sentó en una silla y ella en una reposera que tenía una almohada.
El le preguntó si le dolía y comenzó una charla que rozaba la discusión.
Ella aseguraba que el dobló con el semáforo en rojo teniendo ella el derecho de cruzar y él sostenía que el semáforo acababa de dar luz verde por eso siguió sin frenar y dobló.
Ella se paró para tomar agua discutiéndole y el también se paró hablando con voz baja pero firme.
Llegaron a discutir feo y mal, ella nerviosa y el acercándose, ella le dijo en la cara, a pocos centímetros de la cara “SOS UN GORILA” y el sin decir una palabra… la besó, mientras tocaban el timbre de la puerta de calle… era el médico.
El le dijo que se quedara, que él lo atendía y sin dejarla hablar nada, dio la vuelta y salió a abrirle al médico.
Pasaron, ambos venían hablando y el le dijo al médico:
- “pase, haga de cuenta que es su casa” – ella lo escuchaba y quería asesinarlo.
Cuando llegó al living, la encontró en la reposera, se saludaron, ella le explicó que volvía de su trabajo y un RETARDADO MENTAL (haciendo énfasis en las palabras) había doblado con el semáforo en rojo y la había atropellado. El galeno revisó el golpe, recetó una crema y le dio la receta a él… y ella estaba furiosísima. El tenía cara de hasta estar divirtiéndose.
Surgió el tema de cómo maneja la gente y el médico dijo que había muchos inconscientes al volante…y cuando se despedía, ella le dio la mano y el lo acompañó y al darle la mano el médico como un gesto natural le dijo: -“ Dr. Rico, un gusto” y él le contestó: -“ el retardado mental que la atropelló, un gusto”.
-“ Bueno me voy… te compro la crema y vuelvo y mañana te vengo a buscar para ir a sacar las placas al sanatorio”- dijo
Ella contesto un apretado “bueno, chau”.
Al rato sintió el ruido del motor de la moto que ya se le hacía una pesadilla, le trajo el remedio y le tiró un besito a través de la reja y se fue.
“Dios! Que caradurez!

[b]HISTORIA V - AFLOJANDO TENSIONES [/b]

Al día siguiente a las 8 de la mañana sintió aquel ruido infernal. Nueva discusión. El pretendía que fueran en moto al sanatorio a sacarse la placa y ella no quería.
El le dijo “mirá piba, yo pedí el día hoy asi que subíte y vamos que no quiero que te pase nada y plata para un taxi no traje”
Ella con su mejor cara de traste, se subió como pudo y el prometió andar despacito y así lo hizo. Llegaron al sanatorio, le hicieron las placas de tórax, se las entregaron y se fueron.
El le dijo que tenía todo el día para ella. Ella no le contestó nada.
La llevó de nuevo a su casa, ella se bajó y puso la llave en la puerta y el le gritó de la moto: “chau morocha!” y arrancó.
Como lo odiaba…
All rato moto infernal otra vez. Se asoma al pasillo y estaba con pantalones cortos, remera, zapatillas y una bolsita de bizcochitos para tomar mate. (este chico era un caradura, pero le encantaba)
- “Me abrís morocha?”
Ella se sonrió. No le quedaba otra. De a poco la estaba haciendo aflojar.
Puso el agua a calentar y charlaron de todo un poco, de sus vidas, de sus trabajos…
El vivía con tres amigos. Los describió y ella no quiso ni conocerlos.
El le decía que era una princesa pobre. Porque era fina, pero no tenía una moneda y ella se moría del dolor de costillas cuando él la hacía reír.
Esa noche en la cama se dijo: “¿esta aventura tenía que vivir yo?” le estaba gustando mucho el….
Mucho.

[b]HISTORIA VI - AIRE FRESCO CON SORPRESA [/b]

Pasaba día por medio, hacía ya varios meses que se conocían y una siesta el se quedó con ella. Hacía mucho que no se sentía amada por nadie y se dejó querer…
Los chicos se iban acostumbrando de a poco, pero era solo un amigo.
Ella seguía trabajando, teniendo discusiones legales con el padre de sus hijos… ¿qué le pasaba? ¿No podía verla feliz?
Un mediodía él iba a ir a almorzar pero no llegó. Ella lo llamó al celular, y le pasaba a la casilla de correo. No tenía manera de comunicarse.
Al día siguiente el la llamó y le dijo que tenía que hablar con ella.
Lo esperó impaciente, no sabía que pasaba. Era ansiosa y las horas no terminaban su curso nunca.
Hasta que llegó al mediodía. Se sentó y le dijo la oración como si la apaleara con un tubo de hierro.
“Soy casado”
Ella se quedó en blanco, no lo podía creer. Se repetía una y otra vez en su mente “es casado…es casado…”
Le explicó que cuando la había atropellado, se había quedado enamorado de su manera de ser, de su mal carácter, de cómo se había enojado con él. Amaba su ira, su enfado, su risa, su pelo, amaba todo de ella, amaba que le diera paz… pero no podía ofrecerle nada más.
Tenía una familia detrás, la esposa y dos hijos. (los tres de los que habló... ja!)
Que ironía…
¿Que hacía? ¿lo dejaba, porque él tenía compromisos con alguien más o daba rienda suelta a su corazón? Era una guerra sin cuartel entre la pasión y la razón...
Se equivocaba una vez mas.

[b]HISTORIA VII - DECISION[/b]

La relación continuó. Un poco menos regulares las visitas, lo que a ella la ponía triste, pero comprendía que era la ley del juego.
Ella se mudó de casa. El le dijo: “que suerte, ahí no me conoce nadie”... (a la vuelta de la casa, vivía una familia que conocía a toda la familia de la mujer)… no podía tener esa mala suerte... era una pesadilla.
El lo mismo seguía yendo. Cada vez más. Hacía verdaderas locuras, como si fuera un adolescente. Una vez fue a verla con su hijo menor. El nene tomó la merienda y todo con los hijos de ella… era una cosa de locos.
Iba a la mañana, a la siesta, a la tarde, a la noche…algo no estaba bien. ¿Cómo podía ser que quisiera estar mas con ella que con su familia?
Ella estaba cansada… y lo más triste es que en gran parte sentía culpa. Culpa de ser la "otra", culpa de no poder decirle "no"...culpa de quererlo tanto...Dios sabía que ella nunca quiso hacerle daño a nadie...
Una mañana se levantó, se asomó al patio, salió a sentir el olor del aire, cerrando los ojos y suspirando hondo…el viento le daba suavecito en la cara...tenía ese olor que traen las mañanas en primavera... Es que ella tenía esa conexión con las cosas como les dije al principio…volvió a entrar, prendió la hornalla de la cocina y otra vez miró el fuego…
Seguía sin ser feliz. Una vez más lloró como una nena.
Este hombre la quería, ella a él también, ¿pero así? Edificando su felicidad sobre la infelicidad de tres personas más?
No. Ella no era así.
Así que esa noche, cuando él llegó, ella le planteó sus pensares...
Lloraron juntos. Tomaron una cerveza.
Se querían muchísimo… pero no podía ser.
Hubo una despedida programada donde no se despegaron ni un minuto, y de esa manera se dijeron adiós…
Aun ahora, cuando pasaron cinco años, él cada tanto la llama o la visita, son buenos amigos. Ella es firme en sus códigos, y no los viola… (aunque el quisiera violarlos a veces…jajajaja) pero la respeta y la quiere mucho… por eso no insiste más.
Sigue mal con su esposa, pero por una rara cuestión, no la deja, y prefiere seguir teniendo esa carita triste y bella que ella tanto quiso.
La gran mayoría dice no ser feliz, pero no toma la iniciativa de separarse. Dije la gran mayoría, no todos.
HAY HOMBRES QUE AL IGUAL QUE EL CHICO DE MI CUENTO, AUN CASADOS, VALEN LA PENA…Y MUCHO

THABATHA©

Texto agregado el 18-03-2008, y leído por 80 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
18-03-2008 muy bonito. felicidades. ojalá pudiera ahondar más en el comentario. Zetaequisye
 
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