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El sabor de la tierra.
Por Luís M. Villegas.

De nuevo, esa indefinible sensación de entrar en esos millones de partículas brillantes, cada una de un color intenso, eléctrico, flotando en un universo contrastante por su absoluta oscuridad, en donde cada pequeña esfera, del mismo tamaño minúsculo, mostraba exactamente su tono, sin desperdiciar mas energía que la necesaria para notarse, sin siquiera algún destello, creando ese angustiante éter. En medio de un silencio asfixiante, me desplazaba misteriosamente, pues no existía manera de establecer una referencia de dirección o destino, pudiendo finalmente concluir que cerrando los ojos, me regresaba al principio; a la negritud total. Lo único que podía imaginar era que flotaba dentro de algo que carecía de intensidad, encadenado a dos suplicios que al final, resultaban igualmente angustiantes; el uno de colores y el otro de la oscuridad absoluta. Lo mas extraño era el no tener algún recuerdo o cuando menos la noción de algo distinto, pues en algún momento todo lo fui olvidando para irme entregando a esta circunstancia bipolar, condenándome a un tormento , en el cual me empezaba a temer que el único acto soberano que era el de abrir y cerrar los ojos para pasar de un estado a otro, también estaba regido por una fuerza que no podía controlar y que cambiaba de una forma intermitente, burlona, para darme la ilusión de que algo me quedaba de decisión, atado a ese infierno inexplicable.
El zumbido fue haciéndose presente, trayéndome la noción de sonido que en alguna forma matizó la rutina exasperante, que nunca seguía algún patrón, ya que se intensificaba hasta volverse ensordecedor y disminuía hasta casi desaparecer, acompañando la visión agobiante de los dos mundos. Lo agradecí porque me condujo a la idea de que así como se había manifestado ese rumor, deberían de existir otros elementos que me ayudaran a comprender ese estadio indefinible, que acotaran esa sensación aplastante de infinito. Casi de inmediato percibí algo que me hizo concebir la esperanza de comprender esta circunstancia; un humor picante y dulzón empezó a intensificarse y con una violencia impresionante me hizo regresar de golpe a miles de situaciones inconexas, que develaron la presencia de otros escenarios, variando a una velocidad vertiginosa, guiando esas visiones a través de lo que comprendí, era su olor asociado, imprimiendo a cada imagen un aroma distintivo, trayéndome millones de registros, de escenas fijas y en movimiento que ubicaban mi presencia en algún tiempo, llevándome a lugares y cosas que debí conocer y que identificaba por su olor, con tanta rapidez que no me permitía hilar algún recuerdo coherente, solo imagen tras imagen en una continua espiral crispante. Repentinamente, en medio de ese concierto de visiones que compartían sonidos distintos, empecé a experimentar la sensación de tener un cuerpo, que en ningún momento había notado mas allá de la ilusión de abrir y cerrar mis ojos. Esta idea me permitió abstraerme del frenesí de sensaciones y tratar de ubicarme físicamente en el extraño universo. Con esa determinación, pude concentrarme en la búsqueda de mí mismo, lo cual sentí, era la clave, la explicación de todo. Lentamente fue disminuyendo la velocidad de las imágenes hasta encontrar un ritmo lógico, congruente, trayendo un orden que sentí como el principio de la respuesta que buscaba. Al abrir mis ojos pude notar a lo lejos la silueta de la tierra, acercándome lentamente a su atmósfera, plena de nubes de diversos tonos, tras la cual se adivinaban los contornos de los continentes y súbitamente, en una atracción violentísima, empecé a descender en una aceleración astral que me provocó en medio del vértigo un sentimiento de seguridad, pues comprendí que estaba en el umbral, al fin, de la verdad y con ello de encontrar paz y tranquilidad.
El impacto fue terrible y me regresó momentáneamente a la oscuridad. Un sabor inconfundible en la boca me volvió a mi niñez, cuando curioso como todo ser, la probé por primera vez; ese gusto especial de la tierra. Abrí mis ojos y de nuevo, esa indefinible sensación de entrar en esos millones de partículas brillantes…

Texto agregado el 23-03-2008, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


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