Llego del trabajo de tanto bregar en el día a día, pero que vamos a hacer, así que abriendo la puerta digo: Hola amor ya llegué. Silencio, ni el gato contesta.
Dejo mi buzo de trabajo y mi casco de seguridad y comienzo mi recorrido para encontrar mi media naranja. En la cocina no esta a pesar de ser solo las 8 de la noche. Hummm, veamos en el dormitorio y comienzo a subir las escaleras. Cuchi llamo y nada. Entro en el dormitorio y ahí estaba ella, dormidita como un angelito y yo con un hambre. Bueno pienso, me bañaré y a ver TV al lado de mi misifusa.

Cuando salgo de la ducha ella mi leona esta semi despierta y me dice: Hola mi súper héroe. ¿Te vas a acostar sin rescatar a la víctima del malo de la película? ¿Juguemos si? Tu eres superman y yo estoy desnuda encima de la cama, ven a rescatarme.
Que me habían dicho, tendré que disfrazarme. Veamos un pantalón buzo de gimnasia y me pondré los canzoncillos encima y una remera le pintare con crayones rojos la palabra Superman, pero me falta la capa, la toalla de baño y listo soy superman y entro al dormitorio dando saltitos con cara de velocidad como si estuviera volando, y zas voy tropezándome con el borde de la alfombra y volando como un Superman aterrizo entre las piernas de mi leona y por milagro de la postura quedo con pera y bigotes y murió el súper héroe.

Nomade... Aún me duele el tropezón