“Eres un borracho”.
y así se destruye la analogía.
Una toalla romana esta seca…
(los romanos murieron).
Así quedaste,
tu cerámica al piso hermoso,
(y hermosas analogías hechas mil pedazos).
El “tu” de mujeres inciertas,
de esas de palabras onerosas,
de esas de bailes y convento,
de proyectos disímiles… anacrónicos.
“Eres un borracho”,
el ministerio Austro-Húngaro cerro,
(timbres de agua sin uso practico),
documentos sin firmar,
ventanillas sin hileras eternas.
Ahí te das cuenta,
tu analogía destruida,
el imperio Austro-Húngaro cayo sin replicar…
y tus mujeres de “esas” escaparon.
(Era solo eso… tu analogía ya no existe).