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LA MOROCHA QUE PERDIENDO ME GANÓ
Ese fin de semana era mi último franco antes de salir de baja del servicio militar.
Habíamos salido con un grupo de amigas y amigos de mi primo Johnny, entre ellos una morocha muy linda que estaba sin pareja estable, ese día la acompañaba un muchacho de “la barra”. No estaban comprometidos ni ella tampoco estaba entusiasmada en salir con él.
Al llegar al boliche bailable, en la puerta había un cartel: …”Entrada prohibida a menores de 20 años”; Yo iba con mi pelo corto de soldado y tenía cara de “pendejo” como dicen en Mendoza.
Ella, la morocha-que ya la había estado mirando,- se arrimó hasta estar en contacto conmigo y me dijo:
…” ¡sonaste!”
…¿por qué?...-le pregunté-
…¡porque la entrada es para mayores de 20 años!
…¿Vos crees?-… ¡Te juego una apuesta: si entro salís conmigo cuando esté de vuelta, quizás en 20 días!
…¡De acuerdo!
...¡Me llamas por teléfono y arreglamos el día para salir!
Fuimos a sacar las entradas, cada uno debió exhibir sus documentos de identidad; al llegar mi turno todos hasta allí habían entrado, el hombre que vendía las entradas, miró la fecha de nacimiento 12/11/41 y dijo:… ¿21? …¡Pasa!
Estábamos adentro y Yo bailé con otra chica; en determinado momento la morocha, hermosa, se arrimó y me dio un papel con un número… ¡es mi teléfono! , y siguió bailando con su pareja. Junto al número de teléfono había un nombre de calle y N° (Godoy Cruz)Y EL NOMBRE DE ELLA.
Supe por mi primo que el padre tenía bodega y finca en Tupungato, y que ella era única hija, estudió y se recibió en un colegio comercial y cursaba abogacía en segundo año.
Yo terminaba la colimba a fines de noviembre y me quedaba en Mendoza hasta Enero, en Campamentos, después volvería a San Juan, para terminar de rendir las materias que dejé colgadas al ir al servicio militar.
El 29 de Noviembre salí de baja y era un martes, llegué ese mismo día a la ciudad de Mendoza, y me quedé en la casa de mi primo Johnny. A la nochecita la llamé por teléfono y quedamos en salir al día siguiente.
El padre se iba a la bodega todas las semanas y se quedaba de lunes a viernes al mediodía, viajaba por un camino en parte de montaña, peligroso, a veces iba con la madre y ella se quedaba sola.
El miércoles pasé a buscarla y estaba sola, bien arreglada, era temprano cuando llegué a su casa, apenas las tres de la tarde. Era el único día que la vería y por eso debía tratarla como a una reina, para que no se olvidara de mí. Me invitó a tomar un te antes de salir; hacía calor el ultimo día de noviembre, habían cuajado las
vides y algunos duraznos estaban madurando. La casa tenía perfume a flores, el jardín, enorme, estaba preciosamente arreglado y los árboles muy bien cuidados esparcían su sombra sobre el alero de la puerta y alrededores.
El calor hizo que ella vistiera elegante y con ropas sueltas, su figura era perfecta, recién entonces me di cuenta que arreglada, no de sport como el día que la conocí, era una chica bellísima, vestía una blusa de seda sobre el corpiño blanco y una camperita de hilo blanco igual que su pollerita tejida a mano.( de hilo blanco.)
La hora de salida fue como a las 17.50 y llegamos cerca de las 18 al boliche, a su función matinée. El local estaba sobre la avenida de las palmeras, que daba contra la plaza Independencia; el lugar bailable era un subsuelo muy amplio que tenía refrigeración y estaba muy agradable.
Estaba ex profeso muy oscuro, las luces sobre la escalera y en la barra servían para guiarse, cuatro luces en las esquina completaban la escasa iluminación; la pista tenía un juego de luces cambiantes que iluminaban más que todo lo demás.
La caja registradora y la barra tenían luces azules muy tenues, que iluminaban solamente en el lugar que estaban.
Buscamos una mesa no muy cerca de la pista, atrás de la barra que no tenía iluminación; allí nos pusimos a conversar tranquilos, ya que el ruido de los parlantes se esparcía solamente en el área cercana a la pista.
Me sorprendió lo madura e inteligente que era María José. Ella le llevaba la administración, los papeles, de la bodega; sus estudios de Perito Mercantil le sirvieron para ello. Esa situación hacía que María José conociera perfectamente la parte del negocio del padre y también se ocupara de las ventas de la bodega.
Era una chica “grande” para su edad, tenía demasiada responsabilidad.
Salimos a bailar una música alegre y de moda: salsa, no era para bailar apretados y tuve que esperar a los lentos para tratar de darle un beso.
Cuando llegaron los lentos, bailábamos mejilla a mejilla, ella no hizo objeción de que la besara en la cara, y así siguiendo la besé en la boca.Era muy apasionada, la oscuridad permitía besarnos sin sentir el acoso de las miradas.
…¡No se veía nada! Alguien diría: ¡Ni lo que hablábamos!
Tenía que hurgar en mi memoria para encontrar un tiempo tan placentero como el que estaba pasando. Me contó que por ser única hija sus padres estaban pendientes de ella pero no para controlarla, sino por seguridad, sus padres la protegían pero no la vigilaban, había tenido un único novio, y se peleó con él porque era un “idiota”;hacía un tiempo que que no lo veía y no lo quería ver más.
A pesar de la oscuridad no quiso que la tocara en las partes más intimas: los senos y, entre las piernas. Solo besos y más besos.
Cuando se hicieron las diez de la noche salimos a cenar a un lugar muy lindo (y caro), el lugar se llama La Armonía; tocaban violines por entre las mesas, las mesas estaban debajo de un parral, lo que le daba al lugar un fuerte acento mendocino. También hubo un show de guitarras y música cuyana; al estilo de Hilario Cuadro; cuando todo terminó era la una de la mañana y nos fuimos a su casa .Fuimos en taxi y al llegar, pague y,... y me dijo:… ¡bájate!...cosa que obedecí sin preguntar.
…¡La noche había empezado muy bien, pero no se cómo seguiría!
Al entrar al living, nos esperaban amplios sillones donde nos sentamos; el sillón principal tenía cinco cuerpos rectos y un ala de dos cuerpos, otros sillones sueltos rodeaban una mesa baja de roble y tapa de vidrio. El lugar tenía luz tenue que podía reducirse a cero. Ella apagó todas las luces menos una lejana en un rincón.
A pesar del calor ella me ofreció café con coñac, el coñac era muy fino:”Frances” autentico y trajo la botella, el café duró poco, por lo que tomamos coñac solo. Ella tomaba igual que Yo, ella servía cuando se vaciaban las copas; nos dimos cuenta que la cosa así terminaría mal y no como nosotros queríamos, se llevó la botella y trajo otro café que lo tomamos amargo. Lo que tomamos fue suficiente para terminar con algunas inhibiciones.
Eran las dos de la mañana y no esperaba a nadie y sus padres vendrían el viernes de la bodega.
Ella sabía que teníamos toda la noche y el día siguientes para estar juntos y se preparó para pasarla bien. Después al coñac lo suplantaron los mimos que empezaron de una manera muy tranquila: besitos en la boca y caricias; ya la había besado en el boliche y eran muy lindos y dulces sus besos.
De pronto su ropa escasa, de seda,y su pollerita volaron, quedo en bombachita roja y corpiño blanco. Ella me ayudó a sacarme la camisa y el pantalón y quedé en calzoncillos. Su cuerpo era espectacular, la cola tenía las nalgas bien marcadas y la bombacha se le metía entre los pliegos. Su cola paradita y carnosa daba origen a un precioso par de piernas, largas y torneadas. El corpiño ocultaba dos tetas redondas y duras, y al caerse dejó al descubierto los pezones rosados y chicos pero parados y duritos, que esperaban una caricia. Cuando quedamos sin ropas, la que empezó fue ella, me tomo del cuello y me dio otro de sus besos interminables; estábamos de pie y me tiró sobre el sillón grande.Seguimos besandonos:Por los pezones, iguales que un capullo de rosa, que una fruta; invitaban a besarlos, a olerlos, a cortarlos con los labios.
La besé en la boca, en el cuello , quedaba besarla mas abajo. No sabía que hacer, pero ella lo simplificó todo; empezó y logró sacarme el calzon cillo; a medida que me tocaba sus besos bajaron hasta llegar al sexo, me beso por el pubis, la entrepierna, y Yo seguia besandole los senos: Estábamos a gusto.
Yo estaba acostado boca arriba sobre el sillón y ella estaba boca abajo arriba mío; nos besamos en la boca un rato y volvimos al pubis de ambos, Yo empecé a besarle en el clítoris y la vulva entera, me la comía con delicadas “mordidas de labios”; ella empezó a chupar los genitales primero despacio y luego con mas fuerza. ; abrió grande su boca y se lo metió adentro, . Como ella estaba arriba mío Yo la abrí bien de piernas y le metí la lengua en la vagina, hasta lo mas adentro que pude; hasta sentir donde la vagina se vuelve carnosa, moviendo la lengua en redondo; poco a poco la cambié de posición, hasta ponersela en los pliegos de la vulva y metérsela en la vagina junto al clítoris , que estaba inyectado en sangre , durito,me movía de un lado a otro, se la sacaba y se la ponía; la tomé con las manos y le pegué en el clítoris con la punta del glande.
El cacheteo sobre el clítoris la excitó al máximo y me pidió:
…! Ahora métemela adentro, toda!
Yo la recorría a lo largo, abriendo los pliegos de la vulva, sin metérsela, hasta que al fin y contra el clítoris le busqué la vagina y le entró profundamente, (la vulva era carnosa y me excitaba metérsela entre los pliegos)
Empecé a moverme y ella buscaba acoplarse a mis movimientos, teníamos un ritmo que parecía que alguna vez lo hubiésemos practicado; la excitación de ambos crecía y crecía, Hasta que ella empezó a tener su orgasmo y yo a eyacular; todo coincidió y el placer de terminar juntos se sintió con un fuerte apretón en su vagina, largando los fluidos vaginales y mojando mi panza.
Cuando estábamos acabando ella me pidió que se la metiera por el culo y así toda chorreando se la metí hasta el fondo, en esa posición ella se subía y se bajaba arriba mío, le entraba y le salía y ella sentía placer y yo iba tener una segunda acabada, pero antes se la saqué del culo y se la puse otra vez en la vagina, para que ella tuviera su segundo orgasmo, y Yo el interminable mío.
Estaba contenta, fumamos un cigarrillo, y fue allí que me dijo:
… ¡Me gustas mucho
… ¡Nunca nadie me había hecho sentir lo que tu!
... ¡Tus besos son muy dulces y me llenan de felicidad!
... ¡Aunque recién te conozco te quiero hasta el cielo, como dicen los chicos!
María José había experimentado por primera vez un doble orgasmo, se sentía plena, eran las tres de la mañana y no teníamos intenciones de dormir.
Me sirvió un café con leche con unas masas y eso me cayó muy bien
Habíamos repuesto energías y calentado el estómago, cuando a ella le vino como un ataque de calentura multiorgasmica, me pidió que la besara y lo hice con besos en todo el cuerpo, la bese en la cara, en la boca, en las orejas que se las chupé, los labios se los succioné con los míos, volví a besarla en el pupo, en el agujerito le metí la lengua y empecé a bajar hasta besarla en el clítoris, estaba rojo duro, la abrí totalmente de piernas y le puse un almohadón levantándole la vulva y ofreciéndomela para que la siguiera besando, llegué a la vagina, le metí la lengua y ella gozaba cada vez más, deseosa de que la besara allí; al besarla se enloqueció de placer y me pidió que ahora Yo me acostara y me empezó a besar el pene poniéndoselo adentro de la boca, de un lado y otro, me chupaba el glande a la par que subía y bajaba con su mano el prepucio generándome un doble placer..
En un momento en que ambos estábamos por acabar, ella dijo:
… ¡Cambiemos, vamos bien!
Y se puso en posicion perito “cuatro patas” y se la metí por el culo; la bombee varias veces y se la saqué, para no acabarme así, se la metí toda en la vagina y ella se movía y gozaba; empezó a gemir dando señales de que se iba a acabar
… ¡Avísame! Le dije
…y ella me contestó:
… ¡Ahora vamos!
Y terminó con un resonante orgasmo; con salida de fluido vaginal. Yo al sentir que ella se acababa
Me vacíe en forma incontenible mojándole toda, la concha, al estar en “cuatro patas”.
Nos quedamos un rato tirados en, el sillón y me pidió que fuéramos a la cama; los dormitorios quedaban en la planta superior, la casa era inmensa, tendría como cuatrocientos metros cuadrados de superficie construida; habían enormes jardines, con un parque de árboles antiguos que estaban en ese bosque antes de construir la casa. Tenía una cerca exterior muy alta de ladrillos a la vista, un portón de madera y caminos interiores por el parque.
A un costado y en un área libre de árboles, lo que le permitía recibir el sol, había una inmensa pileta de natación, que parecía invitarnos a tomar un baño, para bajar el calor.
Bajamos desnudos envueltos en una toalla, en la pileta habían sillones con gruesas colchonetas que te permitían estar sentado o acostado.
Yo me tiré al agua apenas llegué, y nadé hasta el extremo más lejos de la pileta.
Allí salí y me senté en uno de los sillones, cuando de repente vino María José como a hurtadillas y me puso el sillón plano, se subió a caballo mío y me agarró de la pija y se la puso adentro ella sola.
Junto con sus besos en mi boca, ella hacía caballito. Bajaba y subía, entraba y salía., se movía para un lado y otro hasta que se vació y gritaba como una loca de placer.
Nos tiramos los dos al agua, allí seguimos jugando y tocándonos, Yo le pasaba la mano y la besaba en las tetas, que se le ponían duras, la pileta tenía luces en el piso y se veían los cuerpos al trasluz. Si bien la había visto antes, no había estado pendiente solo de su figura:
,… ¡Era hermosa!
…¡La morocha más impactante de todo Mendoza.
-Me dijo:
… ¡Conocerte es lo mejor que me pasó este año; si no te veo más, nunca olvidaré esta tarde y esta noche!
Salimos de la pileta y nos sentamos envueltos en los toallones grandes, en el mismo toallon en el mismo sillón. Mientras la besaba la acariciaba por adentro del toallon, le había metido dos dedos en la vagina y le hacia un jueguito de tocarla y sacarle el dedo, le frotaba el clítoris con el dedo pulgar y luego le besaba las tetas. Cuando estábamos en ese jueguito ella me dijo:
… ¡Hagámoslo pero distinto.
... ! Sentate ¡… y me abrió de pierna, acto seguido se sentó ella mirando de frente, mientras se introducía el pene, Yo me coloqué en posición pasiva, ella se entraba y se salía me daba besos, los besos eran cada vez mas largos y mas dulces sin dejar por eso de moverse. En un determinado momento ella se levanta se queda suspendida de los brazos y se pone mi pija en el culo, baja de a poco a medida que le entra. Yo tenía una erección perfecta y deseaba que se la metiera por la vagina para terminar allí;
... pero ella se la metió por el culo- y me dijo:
… ¡dale!
Le entró toda, ella gozaba como loca, y Yo también
Tomé el control de las acciones y se la saqué. Y le empecé a pegar con el pene en su clítoris, también a arrastrarle la píja contra los labios y abrirle la vulva hasta que por fin se la introduje en la vagina.
En un momento que ella estaba toda mojada me dijo:
… ¡Ahora, métela toda, no dejes nada afuera!
... y se la metí por la concha hasta el fin, se movía para adelante y para atrás, y de repente me dijo:
... ¡Me voy! y tuvo su quinto orgasmo de la noche, mojando el sillon y los toallones que nos protegian,con los fluidos vaginales y Yo inducido por ella tuve una eyaculacion feroz, después de un día de sexo y dulzura.
Después de esto y a las cuatro casi cinco de la mañana, ella me dijo:
… ¡vamos a dormir!
Al día siguiente Yo no tenía nada que hacer, pues había terminado el Servicio Militar; dormimos hasta las 11 de las mañana.
Ella se levantó desnuda con una bata blanca y me trajo el desayuno a la cama. El desayuno estuvo exquisito: Café con leche con frutas, jugos de diferentes tipos exprimidos en la maquina y con hielo.Ademas de eso: Sánduche de miga de jamón crudo y queso.
Después del desayuno empezó la sesión besos; por los agradecimientos del desayuno, por el saludo de la mañana y a medida que los besos bajaban llegaron al clítoris y a la vagina, entusiasmándola de nuevo.
Fuimos al baño a darnos una ducha .La jaboné toda; por las tetas, por la cola y por la colita, ella me jabonó la espalda y luego empezó con el pene, esto fue suficiente para que empezáramos a mamarnos mutuamente tirados en la bañadera .Tomo mi pene con delicadeza y se lo introdujo en la boca hasta que lo tenia todo adentro, se lo ponía de costado y abría sus labios que rozaban mi glande, y luego chupaba mis huevos , se lo sacaba y se pegaba en los labios, luego volvía a chuparlo, me gustaba tanto, que la excitación me llevó a besarla en la concha , me puse de costado y mientras ella chupaba y besaba mi pene Yo le mordía el clítoris, “con los labios”y la succionaba, estuvimos así un rato largo me dijo :
…¡Por favor basta ¡
y se tiró de espaldas , las piernas totalmente abiertas, con la conchita levantada , expuesta, abierta, con el clítoris y la vagina ofrecidos; no pude dejar de besarla y la volví a besar, a chuparla en el clítoris; ella gritaba de placer :
…¡Amame
…¡Amame
Allí me di cuenta que el amor todo lo cambia, que el día que pasé con ella fue tan lindo y dulce que quisiera que durara por toda la eternidad. Había terminado su sexto orgasmo conmigo a la rastra y yo el quinto.El sexo no era todo, tambien el amor contaba
Almorzamos una comida que preparó María José, me supo exquisita, me vestí de nuevo con mi traje azul oscuro; la bese, la tuve entre mis brazos, la mimé no me quería ir pero todo llega.
Le dije perdiste la apuesta en el boliche pero ganaste mi corazón, mi alma, mis sentimientos, mi ser, le dije: … ¡María José no quisiera irme nunca, nunca te olvidaré, por mas que pasen los años y no te vea serás como una luz que a lo lejos siempre divisare.!...
...¡No habra niguna igual;El sexo es puro si es intimo.si no es promiscuo.
¡Estas fueron horas apasionantes que viví contigo, he vivido un sueño y al despertar tu no estarás, me voy a San Juan, rendiré y espero volver.!
Jorge Eduardo nunca volvió, se fue a Santa Fe y cuando volvía a Mendoza, con quien seria su futura esposa, la encontró vendiendo para ayudar a Caritas. Me contó que el padre hacia cinco años se había matado con su mamá en un choque, viniendo de la bodega; que ella cuidaba todo el negocio y que seguía sola. Le iba bien y tenía algunos colaboradores, como el enólogo que la ayudaban en la faz técnica, ya que ella estaba metida en la faz administrativa.
Estaba mas bonita que antes era una mujercita de 26 años y toda una empresaria que por su capacidad salió adelante..



Recuerdo del año 1961.
JORGE EDUARDO-
Godoy Cruz Mendoza.
PUBLICADO 2008
LA PLATA BUENOS AIRES

Texto agregado el 09-05-2008, y leído por 1330 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
30-06-2009 HACE30AÑOS QUE NO LA VEO PERO SE QUE SIGUE SIENDO HERMOSA jefpacheco22
 
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