Bastó simplemente recordarte, para pensar por qué razón llegué a donde hoy me encuentro.
Bastó simplemente sentarme un momento ante el agitado pasar del reloj, para decir: Ya no puedo más.
He aprendido a amar, a llorar, a querer seguir luchando, he aprendido que con esfuerzo se pueden las cosas pero que el esfuerzo se provoca cuando ya no hay más fuerzas. He visto como personas que en un momento estuvieron a mi lado han pasado como agua, como aire ausente... Sin decir palabra.
He visto como nacen, como también me tocó vestir a un muerto que amé. En ese instante entendí que la vida se nos entrega con propósito.
He sido testigo de amores reales, fuertes que perduran, trascienden...
He sido muy amada, despreciada y en ocasiones ignorada.
Conozco que mientras más pasa el tiempo más anhelo vivir como en un comienzo.
He amado y amo aún, pero el cansancio y el dolor me separan de la alegría, aunque trate de luchar...
Escucharte en el teléfono es entristecerme más.
Tratas de buscarme en el silencio, pero no es mi lugar.
A veces tan sólo un beso, una palabra o un abrazo, pero otras como hoy necesito que conversemos a fin de restaurar.
Pasa el tiempo y aquí me ves, extrañando a personas que no me recuerdan, viviendo de frases olvidadas por la ingratitud que suelen tener las amistades pasajeras.
He oído promesas innumerables, de las cuales he concluído que el hombre no es dueño de sí mismo, ni de su mañana. Hay uno superior que controla todas las cosas.
He visto el llanto de los niños que quieren comer, he visto como hay padres que dan todo por amor.
He debido vivir situaciones humillantes, desnudando el pensamiento, he entrado en cárcel y he llorado en silencio.
Vi personas leales que me abrazaron sin hablar, me tomaron y me ayudaron, pero vi también como el desprecio de otros lastima el corazón.
Jugué, corrí, fui niña, pero madure antes de tiempo.
Vi como la gente que aparentemente se amaba se golpeaba sin piedad. Fui testigo de un casamiento, testigo de una lágrima, de amigos.
Me han mentido, me han robado, me han querido, apoyado.
Me detuve a pensar en Dios, le vi grande, fiel, he tratado de tomar su mano.
He pensado, me he enamorado, he llorado, he sufrido, he ganado.
Amo, escucho, hablo, sobretodo escribo.
Siento como cae mi ser interior, aquí estoy...
Escribiendo en una obscuridad, lejana, ausente del mundo.
Escribo como danzando en el teclado.
Me detuve a pensar por que estoy aquí...
Simple:
Porque tengo que aprender algo nuevo.
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Me haces mucha falta.