Carlos Eduardo entro sin hacer ruido a su casa, solo el ladrido de su perrito King, delataba su llegada. Las palabras pronunciadas por su madre en el teléfono a pocos metros de distancia, lo llevarían a recuerdos infantiles y es que alcanzo a oír, cuando su madre Eleonora sin que le temblara el pulso, mandaba para el mismísimo carajo a una de las vecinas. En ese momento relaciono la conversación y es que la vecina en cuestión de una manera grosera insinuó que ella deseaba sacarle dinero, debido a que su techo presentaba una gotera que afectaba la casa de Eleonora. En ese momento Carlos Eduardo se imagino las veces que el desde niño envió personas para el carajo, recordó que el carajo era la parte de los barcos hacia donde enviaban a los castigados, cuando tenían mala conducta. Desde el carajo se grito la palabra tierra cuando se llego a América. La primera vez que envió a alguien fue a aquella maestra que le insinuó que el carecía de inteligencia, porque había desaprobado un examen de arte, para el ella sigue estando allí, sin pasaporte y sin derecho a que asista alguien como mediador a la embajada para permitirle regreso. También se acordó de Lourdes su amiga de la infancia, quien lo mando al carajo a el, porque se las dio de demasiado importante. El supo que ella le había permitido regresar del carajo cuando tres anos más tarde lo invito a su fiesta de cumpleaños. Lo cierto es que la república del Carajo seria la más poblada del mundo, porque para ser sincero, a quien no le ha provocado mandar al carajo a alguien.