Puede ser que la nostalgia sea un cancer terminal y confuso, pero no tengo miedo. la mala leche que se introduce por mi garganta no es tan solo algo pasajero. es inevitable perder la razon; amarrarse la lengua y sujetarla, observar el agujero. ya no soy capaz de alterarme adecuadamente: patear las puertas, romper cada estereotipo, escupir mis emociones hasta llenar un vaso. no soy tan duro como aparento. mi odio lo acumulo con destreza. soy un impostor; pero me siento bello y contaminado. la facilidad no me va a curar este terror. ya no puedo estar tranquilo; mis ascos fermentan analogias tristes y complicadas. por ejemplo, el ancho de mi boca no significa nada. mi cuerpo es transparente, superficial; no me alteran las traqueas ni las corneas. a lo mucho romperia el silencio y ¿para que? ¿para derramar mis intenciones y hacerlas publicas? que mierda!!, ¿quien podria decir que mis necesidades fueron diferentes a las de cuelquiera? Odio el azul del cielo. odio las buenas costumbres. odio mi cama y su estatica violencia. odio el camino y la soledad. odio los carteles a mi derecha y el paraderos de los cabros atras. odio incluso estar aqui. yo soy mi unica frontera; no voy a acabar conmigo solo porque no puedo dormir de noche.