Inicio / Cuenteros Locales / corguill / Mi Princesita
Te extrañé en la reunión de ex alumnos. Al ver la fotografía de Graduación te veías preciosa, tus ojos llenos de picardía, tu sonrisa franca de dientes perfectos. Parecías una princesa, todos estábamos locos de amor por ti, pero me elegiste para el baile principal: Me sentí orgulloso, importante, sentía los ojos de todos los varones como puñales en mi espalda, si es que la envidia se puede calificar como un puñal.
Recordé cómo me apartaste hacia un oscuro rincón y nos besamos largamente. Luego me condujiste tomados de la mano y sacaste un cigarrillo de mariguana de tu bolso. Lo probé por darte gusto, la verdad es que por mucho tiempo me sentí avergonzado de mi reacción. Allí tirado en el piso sin poder coordinar mis extremidades y profiriendo estupideces inconexas.
En cambio tú bailaste toda la noche exultante y feliz, fuiste el alma de la fiesta. Yo, terminé sentado en un rincón sin poder articular palabra, fui el hazmerreír del curso. Me llevó a casa uno de mis amigos, no recuerdo quien; no volví a verte.
La Universidad y luego mi trabajo nos alejaron definitivamente. Tenía la secreta esperanza de verte en la conmemoración de los Diez años de egresados. Estaban algunos de los profesores. De nuestros compañeros varios están casados; con hijos y otros como yo, casados con la profesión.
Sentí tristeza de no verte. Por eso me inquietó ver tu nombre en el programa de visita médica en mi escritorio. El turno de Urgencia del Hospital público comienza a las diez de la noche, mientras me visto con las ropas de Hospital haz llenado mi mente, como antes. No puedo esperar a verte otra vez, pero me resisto. ¿Notarás que mi amor no ha decrecido? ¿Estás casada? ¿Te burlarás de mí, como antes?
Me detuve en frente de la cama, que indicaba el listado. La anciana que miraba sin signos de reconocimiento desde las sábanas tenía un ligero parecido con la imagen tuya que guardaba en mi alma. Debía ser ¿Tu madre?... ¿Una broma? La piel casi transparente colgaba de unos pómulos puntiagudos, los labios antes sensuales y plenos estaban deformados por un rictus y tus perfectos dientes estaban amarillentos y ausentes.
Tomé la historia clínica adosada al respaldo, y una mano helada como la muerte, estrujó mi corazón ahí estaba mi princesa, consumida por las drogas, esperando solo morir. Sostuve tu mano y por un instante fugaz tus ojos se llenaron de lágrimas y trataron de sonreír, ya sin fuerzas. Me acerqué y al depositar un beso en tu mejilla pálida y cenicienta. Escuché tu susurro: ¿Quieres un porro?
©Corguill
|
Texto agregado el 24-06-2008, y leído por 375
visitantes. (8 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
12-08-2008 |
|
Muy bueno! nitrofiver |
|
| |
|
|
31-07-2008 |
|
Me gustò la candidez del personaje, su amor incòlume ante el paso de los años y el desenlace, triste, crudo, como la vida misma. Muy bien, como todos tus cuentos, este tambièn me ha gustado mucho. doctora |
|
| |
|
|
25-06-2008 |
|
Triste pero es la dura realidad, la vida se encarga de cobrarte las malas decisiones muy caro, muy caro. Que estremecedor relato creo que es real . 5* muy bien relatado loammi |
|
| |
|
|
24-06-2008 |
|
No puedo,no puedo escribir,me invade un escalofríos,es algo increíble.Llegaste mas allá del fondo de mi alma.
Un escrito perfecto con todos los detalles de un amor,que se sintió herido,pero que fué tan sólo el acompañante de una víctima de la droga.
Que triste imaginarla,y que triste pensar en tí,en ese amor idealizado.
Estremece más aún en estos momentos en que las drogas tienen su momento más complicado,ya que creo que todo lo que sucede en cuanto a delincuencia se refiere ,es el primer causante.
Duele tu escrito.Te doy mis estrellas*******
Besitos Victoria 6236013 |
|
| |
|
|
24-06-2008 |
|
me ha encantado, refleja muy bien el camino que cada uno toma de su vida.besote almaguerrera |
|
| |
|
|
Ver todos los comentarios... |
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|
|