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La sombra de Lilith

Por la ventana más obtusa de mi habitación se colaba un claro de sol que empañaba las ganas de dormir. El flamante hilo de luz se filtraba comodísimo, y se ampliaba como abanico impalpable, proyectando un cuadro sobre él espejo y rebotaba en mi rostro impidiéndome dormir. Ese viernes 12 de junio vino a visitarme mi buen amigo Jeremías, un hombre dado a la ciencia y de gran imaginación. Para él lo práctico es teorizar el que y el cómo hacer algo antes de hacerlo y lógicamente finalmente hacerlo. Excede la imaginación, esa practicidad le ha dado grandes resultados y avances a su carrera profesional. “En el mundo de la razón hay lugar para los demonios también” suele decir reflexivo y aterrado a la vez de vez en cuando con una expresión de terror en sus ojos. Yo lo miro compasivamente y le pregunto, instándolo a que siga aclarando sus hermosas teorías. Se casó dos veces y por desgracia enviudó dos, se le conocen dos hijos, uno por mujer, y es feliz.
La sombra que vimos, cambió el transcurso de nuestra memorable noche. Abrí la ventana para que entrara aire frío, un fiero manto de nieve cubría la paralítica luna, y el enfermo sol todavía no amenazaba con asomar. Teniendo en cuenta esto, fue inevitable verla. Estaba allí inmóvil para luego desaparecer frente a nuestros ojos, lo que nos llevó a mirarnos sorprendidos y preguntarnos si habíamos visto lo mismo y que era aquello que se movía tan rápido. No pensamos en atraparla, más veloz que un cometa simplemente desapareció y comprendimos que no soñábamos despiertos. Le toqué el hombro y comencé a sacudirlo, había entrado en shock, producto del terror de haber visto eso que no creímos una sombra, a decir verdad, nos daba miedo que pudiera atacarnos, y yo me encontraba lejos de mi habitación para dispararle con mi revólver. Peor fue cuando ambos escuchamos el llanto de un bebé, al principio no sabíamos si él lo escuchó o yo, o quién de los dos, luego razonamos que los dos lo escuchamos y comprendimos que la sombra ya se había ido y el bebé también. No, no tenemos un bebé, ni él ni yo, en mi casa no hay bebés y menos aún el llanto de un bebé. Así que sería de la sombra, o la sombra misma era un bebé. Dispuesto a investigar le pregunté a mi amigo su teoría sobre las sombras, y me dijo:
Empecemos por los ojos, dormir descansa la vista, y al despertar los ojos ya están más relajados, duermes un rato y tus ojos vuelven a la normalidad, te pasa que todas las mañanas tus ojos no se quejan y se sienten como nuevos, te hierven los ojos, necesitas masajes, y a la noche amigo, es traumático, no paran de sufrir, por eso decidí cambiármelos lo más pronto posible, por unos nuevos que vean mejor y se sientan mejor con mi cuerpo. Los ojos son independientes del cuerpo, y de las cuencas que los contienen. A los ojos podes clavarles un punzón a cada uno y el cuerpo ni se entera, y viceversa. Al cuerpo podes descuartizarle en rodajas de fiambre un brazo y los ojos nada. El lagrimeo ocular no es producto de lo que le ocurre a tu cuerpo, sino de su propio funcionamiento interno. Los ojos no tienen sentimientos. No tienen vida propia. Necesitan del cuerpo para habitarlo y funcionar nada más. Bien pueden ver estando sobre la mesa, o en el aire. Es lógico entonces que los ojos no entiendan al cuerpo. Si a un bebé androide, le decís llora, y le das con un palo en la cabeza, llora porque le dijiste llora antes de pegarle, lo mismo calculo, se aplica a los humanos.
Casualmente, recordé que el insomnio lo padecen los hombres que no hacen más que dedicarse con fervor a su labor. Y también recordé a la sombra que minutos antes habíamos visto, y se lo dije sin rodeos, por más que yo como hombre intuitivo y razonable que soy supiera que él podría asustarse tanto como yo, y con cierta desconfianza de que le pareciera raro lo que le decía. Razonablemente y muy comprensivo, como hombre de ciencia, y mientras no hacía más que mirarlo, continuó con su ensayo:
Tienes que hacerla de 1 bit, y blanca y negra, bajarle el contraste y el brillo, ese es el camino, le falta el blanco como al ojo. Lo que le da color es la placa, como el sol al arco iris, y a los ojos. La placa envía los colores como el sol al arco iris, y el iris a los ojos. Como chips en nuestras mentes. Si pudiéramos conectar la placa a los ojos, se pondrían blanco y negro, y de diferentes colores. Blanco y negro son colores también. Pero 16, y 32 bits, ya son millones de colores.
Apagué el monitor y me dirigí a mi habitación, mi amigo se quedó a dormir, luego de que se peleara con su mujer creí conveniente invitarlo amablemente a pasar una noche en un lugar agradable. Además el me haría compañía en la soledad nocturna y la sombra no se atrevería a perpetrar como una intrusa en el reino de la razón de nuestras mentes durmientes. Sentí, sin embargo, el deseo propulsor de investigar el paradigma de su avistamiento en mi ventana, y fue entonces cuando escuché el llanto de un bebé, y un frío espantoso que provenía de la habitación de mi amigo. ¿Qué era aquello que trababa la puerta del lado de adentro? ¿Era mi amigo? ¿Era la sombra? ¿Qué demonios era? Como no se abría me fui a dormir, al día siguiente cuando me desperté, me di cuenta del error de mi amigo, se había ido a acostar a mi habitación. Pude forzar la puerta y abrirla para encontrarme con su cuerpo desnudo, repleto de sangre en una postura desesperada y en sus brazos un bebé. Cerca del cuerpo de mi amigo a mi revólver cargado le faltaba una bala. Por supuesto, tomé la precaución de colocarme unos guantes que tenía en la cocina para tomarlo entre mis manos y no dejar huellas. La escena la completaba el cuerpo de una mujer de tez pálida como de susto y con un tiro en su pecho. Deduje que mi amigo la mató y luego se quitó la vida. Comencé a hacerme preguntas: ¿Era la sombra su mujer? ¿Quién era la sombra? O, ¿que habíamos visto realmente esa noche? Hace días yo estoy siguiendo el tratamiento en base a pastillas que me recetó el médico, para poder dormir, pero esa noche no las tomé, y en verdad, ya llevaba días sin dormir, y es proclive en las personas como yo alucinar por falta de sueño. Fantasía o realidad, producto de mi imaginación o no, yo diría que realmente vi una sombra y que mi amigo además de que era un excelente profesional, era una persona estupenda. Y ese viernes maldito realmente vi una sombra en mi ventana antes de que ocurriera el trágico hecho.




Texto agregado el 25-06-2008, y leído por 315 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
05-07-2008 lilith acecha en las paranoias de las noches insomnes, hay sombras que no pertenecen a ningún cuerpo :) vihima
02-07-2008 Me gustan mucho los relatos de historias para-normales. Me gustó la narrativa de esta historia y el misterio en suspenso que da lugar a la imaginación. Saludos de Yetsenia. 5* Yetsenia
01-07-2008 Excelente. Quizá una de las posibles explicaciones la das tú mismo: "el insomnio lo padecen los hombres que no hacen más que dedicarse con fervor a su labor". Y por lo que leo, tú te dedicas a las letras con pasión y buen oficio. Felicitaciones. Ahi te dejo cinco sombras más. ZEPOL
 
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