Sonidos lejanos, sentimientos cercanos

Ya he sido tuya antes, tal vez solo por un instante.
Pero ese instante a fuego se grabó en mi corazón y hoy vuelve a mí como una vieja canción.
Aquél tiempo era el de brotes recién nacidos, el de sentimientos recién recibidos.
El lugar era el de besos escondidos, el de caricias bajo el árbol del pasaje Las Delicias. El de caricias resueltas a guardar en una mano un corazón como un tesoro, que solo brillaba a tu lado porque lo convertías en oro.
Tenemos la bendición de haber escuchado el murmullo del alma, de esos momentos encantados donde las palabras no se hablan.
Tendremos un lugar mientras exista la ternura, esa que una vez nos humedeció la mirada, sin esconderse tras una armadura.
Ese lugar donde se refugie el corazón y se sienta cuidado y amado.
Mientras tanto sonreiremos a veces y solo nosotros sabremos porqué, serán nuestras mariposas dormidas en el fondo del alma, que estallan a carcajadas, para despertar la ternura, la pasión e iluminarnos la mirada.
Mientras se van despertando las sensaciones dormidas, nos iremos acercando sin perder el asombro por la magia de la vida, mientras vamos construyendo nuestra historia compartida.