Luis Alberto necesitaba olvidarse del mundo, últimamente los problemas acechaban su cabeza y no se sentía capaz de encontrar una solución quedándose en su casa, encerrado en las cuatro paredes de su confidente cuarto. Rápidamente y sin pensar agarro sus llaves de la casa, se coloco el pantalón que se encontraba puesto encima de su cama y tomo su camisa preferida. Al cabo de unos minutos caminaba sin rumbo dando vueltas sin saber adonde ir. De repente y sin planearlo se encontró de frente a la majestuosa montaña que cubre su ciudad natal. Sin meditar decidió empezar su recorrido por aquel cerro, a medida que caminaba sentía una paz interior muy grande. Después de cuatro horas se encontraba a orillas de un riachuelo. Mojo sus pies y tomo un poco de agua, además de refrescar su cara. Se dio cuenta que su espíritu se encontraba alegre, que se había logrado reencontrar consigo mismo. Su travesía comenzó con unos deseos inmensos de perderse del mundo, pero al final de su recorrido logro reencontrarse con su propio yo interno y además descubrir que aquel paseo le develaría su propósito de vida. Aquel día, papel y lápiz plasmo sus primeros escritos. Diez años mas tarde su sueño de escribir un libro se haría realidad.