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 Misiva
 
 
 
 Sobre el secreter de los huéspedes,
 Sencillamente ante mi mirada perdida,
 Se encontraba la misiva en papel
 De pergamino, escrita sin tinta,
 Y que se dejaba leer opulentamente.
 Trataba, de forma denostada, sobre
 Los viajes, andanzas y avatares
 De aquel extraño y misterioso
 Individuo que habitó en la casa,
 Conviviendo como un fantasma
 Con nosotros.
 Apareció hablando un extraño idioma,
 Y, entre gestos y palabras, pidió cama.
 Curiosamente el cuarto de hospedaje
 Había sido dejado ese día por un
 Hombre que trasladaba correo real.
 Su equipaje era una extraña alforja
 Que colgaba de su percherón.
 Iba tocado con sombrero hongo
 De color desconocido y tapado
 Con guardapolvo violeta verdoso.
 Ciertamente era un ser gastado.
 Alguien a quien la vida, las gentes,
 Los caminos, las inclemencias del tiempo,
 Y quien sabe cuantos efectos más,
 Se habían colgado de su figura torcida
 O, quizás torcieron su figura derecha.
 La primera e inquieta pregunta fue:
 ¿Como estaba encima del secreter
 Un escrito relatando las andanzas
 Del caballero que aún no había llegado?
 
 
 Aguadulce, julio de 2008
 José María de Benito
 
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