...algo que sobrepasa mis capacidades para entender consume lentamente mi tiempo y fuerzas, me agota y me deja vacío, como al principio.
He olvidado tantas cosas... pareciera que con cada amanecer todo comienza de nuevo, en blanco mis recuerdos, sin expectativas, sin anhelar nada, sin rumbo, lo único que permanece y siento a mi lado es la infelicidad y la soledad.
Tengo que dejar que la creación me llene, conocer a otros, conocer mejor a Dios, que me suplan todo lo que me hace falta (si es que me falta ese algo que valga la pena obtener).
La armonía está allá afuera, pero... cuando miro mi interior todo es tan confuso, tan leve, tan imperfecto. Una cosa es resignarse y otra es batallar. No sé bien en cual de las dos estoy.
He encontrado tantas cosas en mi camino, y faltan muchas otras rutas que recorrer. Por ahora esperaré mañana a empezar de nuevo y seguir buscando sin hallar, perseguir el viento, escuchar el sonido de una mano que aplaude.