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No escuches las voces…

Capitulo 1: El Silencio aturde…

Tacatacatacataca…fiiiizzz…tacatacatacataca…fiiiizzzz….
Tacatacatacataca…fiiiizzz…tacatacatacataca…fiiiizzzz…., la máquina de coser canta su canción de monotonía y hastío...
- Está quedando hermoso...!
Una voz dulce, tan dulce como un poema de amor en otoño. Dulce y encantadora.
Amiga. Compañera.
- Que estúpida! Sos nomás luego una estúpida! Te esforzás, te esmeras! De balde! De balde, mi hija! Jamás va a usar uno así… Jamás!
Dolorosa. Dolorosa como sentencia condenatoria. Como rayo que cercena al árbol que arde sin más remedio… y lo peor es que… tal vez esta voz tenga razón. Hasta que, sin misericordia lanza otra sentencia…
- Y fuiste nomás la última! La ultima! Y capaz que seas la única de las chicas que no se case… Ja! Primero fue Gabriela... bueno, era normal... la más linda la más inteligente del curso… Después fue Laura, luego Verónica... Imaginate que ahora estás cociendo el vestido de Valeria!
- Valeria es muy linda también…
- Y muy puta, también…
- No, no, no…
Otra voz… temblorosa, miserable… casi en llanto… Casi en susurros…
- No digan malas palabras. Groserías! Groserías no son para las niñas de bien como lo es Marta. Marta es una niña de familia. Marta es una costurera renombrada de este pueblo… Martita es...
- Jajajajaja! Aaaaajajajajaja! Niña! Niña! 36 años! 36 años! Pedazo de boluda! De que niña me hablás!?
- Y que tiene que tenga 36 años? Si es hermosa… es divina! Con un poco de maquillaje ya parece de 25… y con un poquito de ejercicio y ropa más actual se verá de 20… Hermosa!
- Fea, vieja, arruinada y para mas solterona..!
- Basta! Si algo la quieren, si algo de cariño le tienen… déjenle en paz… Al menos hoy… No ven que ya está llorando otra vez…
Su figura se encorvaba sobre el vestido de novia a medio terminar humedeciéndolo en llanto de niña y de mujer… En su pieza, un altillo de los locales comerciales, se había convertido en su mundo. Un mundo irreal de sueños de bodas y familia. De esposo e hijos. De una casa con un jardín hermoso, colorido y perfumado. Pero su realidad era otra… Su realidad era el calor agobiarte, que ni la lluvia saciaba. Será porque se llovía más adentro que afuera. Será que no había la suficiente luz… No hacía falta tanta luz… Su miseria era tan dolorosa que no hacía falta más luz. Pero su miseria del alma era más dolorosa…
Se detuvo el llanto. Se detuvieron las voces… Era la calma antes de la tormenta? No… Simplemente apretó fuerte los parpados para que no caiga ninguna otra lagrima mas… Con su puño cerrado martilló sobre la vieja Singer de su abuela, ella también se sentenció:
- La ultima! Fue lo único que dijo esa noche… Fue lo último que escuchó… Hasta sus voces respetaron ese silencio… Un silencio que lastima.
Capitulo 2: El mensajero.

Dos meses antes.
Riiiiinnng. Riiiiiiing.
- Hola? Hola Vero! Si… Si… No, no… Un poco resfriada nomás. Eh? No. Ya está casi listo. Nooo. Nadie se va a dar cuenta de tu panza. Si...si... No, no... Con una faja nomás… Claro, claro... Siii, obvio que voy a ir! Bueno…bueno… Chau. Un beso.
Clic. Tututututu….
- Claro que voy a ir… Me voy a ir y me voy a aguantar todos los comentarios. Todas las miradas. Al menos no soy la única… Está Valeria. Pobre. Bah! Pobre las dos!
Tomó su vestido como quien abraza a su amor. Como si se tratara de una tierna criatura. Se lo arrimó al cuerpo y lo apretó contra su pecho. Se miró al espejo y suspiró. Apretó los ojos hinchados de llorar. Lo siente. Lo siente con el alma…
Diing Doong….Diing Doong…
- Timbre!
- Ya sé que es el timbre, tarada! Movete, imbécil!
- No, no, no! Mirá si es alguien que te quiere hacer daño o… si es ese…ay! No quiero ni pensar… de pensar ya tengo miedo...
- Vos siempre tenés miedo! Estúpida!
Bajó corriendo las escaleras hasta el hallcito de la puerta de entrada…
- Hola…
- Hola! Tengo una invitación para la Srta. Marta Giradles…
- Guiraldes, es con u intermedia..
- Uy! Perdone... está acá mal escrito…
- No se haga problema… Siempre se equivocan... Para que es la invitación?
- Parece que es un casamiento… acá tengo como 200 invitaciones mas…
- No puede ser!
- Si! Son como 200! Yo mismo las conté! Si estuve hacien…
La joven se desplomó sobre el umbral de la puerta, sorprendiendo al joven.
- Se casa Valeria! Se casa Valeria Medina!
- Ah! Si… Ja! Y encima con el Dr. Mesina Thompson… Bah! Con Josecito, el hijo del Dr. Mesina que también se acaba de recibir… Porque le extraña? Acaso Ud. no es amiga de Valeria? En el pueblo no se comenta otra cosa… Vio que ella es un poco mayor que él… Ella debe tener casi cuarenta y el 30, 31… máximo 33!
- Soy la última… No! Ahora soy la única!
- Se siente bien, Srta.? Srta.? Marta!
Su voz se escucho a lo lejos y se entre mezclaron los las otras voces… Con la que la consolaba, con la que se burlaba y con la que tenía mucho miedo…
- Marta!
Y la tomo del brazo, trayéndola del abismo en el cual había caído producto de la noticia...
- Se siente bien?
- Y porque no me voy a sentir bien, eh!? Ud. también me va a juzgar? Ud. también se va a burlar de mí?
Le contestó casi con un grito, poniéndose de pie, desafiante… Sus ojos eran fuego. Su mirada, sangre. Su animal salvaje se apoderó de si frente y se inclinó sobre su presa como una fiera hambrienta…
Entonces, él entendió. Bajó la cabeza. Punteó su planilla. Se acomodó el quepis y la miró. Había en su mirada tanta compasión y ternura que domó la fiera. Solo con una mirada.
- Que tenga un buen día.
Se dio media vuelta y se perdió entre la gente del pueblo…
Ella solo calló. Con la invitación arrugada en su puño… Abrió la puerta y caminó hasta el 1º escalón. Posó su mano en la baranda y antes de poner el pie sobre el primer escalón, giró y salió corriendo a la calle… Corrió y corrió. Una, dos cuadras… Miró para acá y para allá… no lo encontró. Volvió a girar y corrió en dirección contraria… Una, dos cuadras… ya sin aliento se entregó a su suerte. Su mala suerte. No lo alcanzó.
Facundo, el mensajero era el único humano que la había mirado a los ojos sin juzgarla. El único que sin pronunciar palabra, había despertado en ella algún interés. Semana tras semana, era el encargado de traerle las facturas, las cartas de su mamá, y también las invitaciones a los acontecimientos sociales del pueblo. No era la gran cosa, Facundito… Pero tenía los ojos puros, sin maldad. Y eso hoy en día es difícil de encontrar.
Cada paso de vuelta, era como un martillo sobre su cabeza…

- Porque le hablé así?

- Porque sos estúpida!

- No, no, no está bien… así lo alejas… así no hay quien te haga daño… aunque sus ojos no me dan miedo…

- Tranquila, Linda! Él va a entender… Ya va a volver la semana que viene… Al menos lo saliste a buscar… Eso quiere decir que estas viva!

- Eso quiere decir que está desesperada… jajajaja.

- Que cruel que sos!

- Soy realista y la realidad me dice que ahora sí, ella es la ultima!

- Dejala en paz con eso? No te das cuenta que es un juego de nenas… Eso fue una tontería de chiquilinas… Cuanto años tenían... 15, 16? Como la podes condenar por un juego que jugaron hace 20 años…

- La última no se va a casar nunca! Y vos sos la última! Tonta, Tonta!

Cada paso, un insulto. Esa voz cruel se había instalado en su cabeza, aturdiéndola. Aturdiéndola tanto que no escuchó la bocina del camión de caudales que si no fuera por una mano salvadora le hubiera hecho daño… más daño!

- Ay ay ayyyyy! La pinta! Caranchos!

- Eh!? Caranchos? Jajajaja! Caranchos! Jajaja… ni las abuelas ya putean así!

- Si. Mi abuela me enseñó. Te vas a quedar ahí, riéndote y no me vas a ayudar?

- Uh! Perdón! No escuchó al camión tocándole bocina… suerte que la empujé sino…

- Sino no me hubiera torcido el tobilloooo ayy ayy aaayyy!

- UPS! Se le está hinchando. Venga que la ayudo. Por favor apóyese en mí.

- Ni se le ocur... aayyy ayyy! Ni su nombre sé. No me toque!

- Mi nombre es Facundo González! Facu, para los amigos…

Y con determinación la tomó de la cintura. Puso el brazo de ella sobre su hombro y con dificultad comenzaron a caminar… Fueron dos cuadras de charlas y risas. Sin ninguna duda. Él era muy simpático. A veces ya era payaso y la hacía reír. Hace tiempo que Marta no tenía una alegría. Hoy. El día de su sentencia. Fue también el día de la risa. E la esperanza.

Cuanto se pueden conocer dos personas en 2 cuadras? Pero aun, ella se embriagó desde el primer instante con su perfume varonil… No era el galán flemático de telenovela, ni tampoco un futbolista cavernícola. Simpático. Dulce. Caballero. Lo más importante, era que era real. No como sus voces o como sus sueños. Real como sus vestidos… Como su soledad… Ella no quería que nunca termine ese recorrido…

- Ojala nunca lleguemos a casa…

- Casa? Esa pieza decrépita! Casa?

- Si, yo quiero llegar a casa…Me da miedo la calle.

- A vos todo te da miedo!

Llegaron.
Capitulo 3: La sorpresa.

- Gracias.
- No, de nada. Fue un placer…
- Ay! Me duele!
- Se hincho como una empanada! Como vas a subir tus escaleras? Yo te subo.
Sin dejar que se opusiera. La alzó en brazos y con un poco con dificultad fue subiendo, escalón por escalón. Con mucho cuidado y con mucha ternura. Haciendo una pausa en cada escalón. Para que ese momento durara un poco más. Para no lastimarla con su torpeza. Pretexto. Le clavó la mirada más feroz y al mismo la más tierna. Faltó el aire. El cansancio por el esfuerzo agitó tu respiración y se convirtió en jadeo. Ella percibió su aliento dulce y cerró los ojos. Tembló él. Tembló ella. Al llegar a la puerta, el movimiento de querer abrirla y tratar de bajarla a ella, salió mal. Se tropezó con la alfombra de yute y se cayeron. En realidad, ella cayó sobre él. Con sus dientes lastimó uno de los labios de Facu y una gotita de sangre se asomó temerosa… No se quejó. Ella la limpió con un dedo acariciándolo. Lo miró a los ojos. Lo miró a los labios. Y lo besó.
Se besaron. Solo bastó ese gesto para que descargaran todo un arsenal de arrumacos, beso y caricias desenfrenadas. Besos, mas besos, sin levantarse del piso. Sin que ella se levantara sobre él.
Las caricias comenzaron a dejar ser decentes. Los besos comenzaron a ser mucho más apasionados. La respiración ya fue jadeo y gemidos… Las manos de Facu comenzaron a jugar un papel preponderante en ese instante. El instante preciso cuando llegó a la frontera de su espalda, donde pierde su honorable nombre. Fue una caricia firme. Firme pero caricia.
- No, no, no, no dejes que te toque ahí!
- Porque no si es una puta regalada ahora! Dejala!
- No es cierto es una mujer! Y está viva! Dejala!
- No, no, no!
- Puta!
- No, no, no…
Entonces ella, lo separó. Sus bocas tomaron distancia. Él abrió los ojos y comprendió que tal vez había ido muy rápido. Que no debió haber tomado esa decisión. Fue un instante. Unos segundos. Las respiraciones seguían agitadas. El la miró. Y no se apuró a decir una sola palabra. No apuró la situación. Ese fue su acierto.
Ella le miró el pecho. Vio sus vellos que aparecían entre los botones de su camisa entre abierta. Y sintió en su pubis una inequívoca señal de la excitación de Facu. Entonces de un tirón, volaron los botones de la camisa por el aire y hundió su cabeza en ese pecho. Lo recorrió tantas veces que se lo aprendió de memoria. Él también hizo su parte.
Las voces se callaron. Pero el amor grito. Las ropas ya molestaban. Estaban demás. Se fueron incorporando al mobiliario del modesto taller- dormitorio. Descubrió su belleza selvática. No estaba preparada. No le importó. Él Tampoco. Recorrió cada centímetro cuadrado de su piel. Se estremeció su vientre con cada movimiento. Y se murió la niña en brazos de aquel muchacho. Hizo un carnaval de su pelo suelto. Y se quedó a vivir en cada rincón su cuerpo. Los amó. Uno a uno. Dos veces. Tres.
No estaban preparados. Ninguno de los dos. No se cuidaron. Aunque los dos estaban seguros donde estaban. Uno en brazos del otro.
Ese día las voces se callaron
Capitulo 4: La soledad.

-Te propongo casamiento!
- Eh?! Jajaja ¡Que loco! No-se-puede-proponer-matrimonio-así!, DESNUDO! Como sabes que lo que sentís ahora por mi? Como sabes que “eso” que sentís no es una simple calentura?
-…
Su cara se desfiguró.
- Eso fue para vos. Una Calentura?
- No grites!
- Eso! Macho! Ponele en su lugar a esta putita!
El se paro y dejo ver su desnudez. Ella en un movimiento instintivo, giró la cabeza.
- Ah! Genial! Y ahora te da vergüenza mi cuerpo!
- Iiiiiipuuuuu! Ahí tenés! Te dije! Sos nomas una putita!
- Dejala en paz!
- Tengo miedo.. y si nos pega?
Marta guardo sacrosanto silencio. No atinó a detenerlo ni a hablarle. Solo calló. Mientras en su cabeza las voces partían cada neurona cuerda que le quedaba…
Clamp! Azotó la puerta y se fue.
- Es un pendejo!
- Parecía sincero.
- A mi me dio miedo como le gritó!
- Como mierda se va a querer casar después de cog…
- Callateeeeee!
- Déjenla en paz. No ven que se fue… Y la dejó sola… Otra vez sola. Acaso no ven que esta…
- Si. Llorando. Como siempre. Imbécil… y hoy por partida doble… ja! No, triple fue, no? Le hubieses cobrado!
- Miserable!
Facu desapareció y no se lo vio más por el pueblo. Ese día fue especial. Se enteró que era la última. La única. Pero también conoció el amor. El amor y la desilusión. El sabía que no era una propuesta para mañana. El quería algo serio con ella. El la amaba en silencio. Desde lejos. Y ella nunca lo supo. Nunca le dio la oportunidad. Tampoco se la dio ella misma.
Se quedo sola. Sola?
Capitulo 5: La sentencia.

- Si, con el Dr. Pereira.
- …
- Marta Guiraldes. Si de sangre.
- …
- Está seguro Dr.? Si, Dr. Si. Por favor le pido que… Si, si. Ud. entiende…Gracias. Adiós.
POSITIVO.
Lapidario.
Ella ya lo sabía. Siempre lo supo.
- Que alegría! Un Bebé! Un Bebé!
- Te llenaron la cocina de humoooooooo!
- Eh! No, no, no, no estamos preparados para un hijo, no!
- Es hermoso! Un regalo de Dios!
- Ya tenés el bombo falta la barra brava! Jajajajaja…
- Y si se enferma? Y si llora mucho? Y si no sabemos qué hacer?
- Tu mamá te mata… y tu abuela? Capaz que matas a la vieja de un disgusto! Mejor una vieja bruja menos…
Que tormento! Las voces la volvían más loca de lo que la noticia la había dejado…
Sola.
- Mañana se casa Valeria... y yo sola… Sola y embarazada…
- Boluda, boludaza!
- Un hijo, Marta! Un hijo... nunca más sola!
- Mirá si vuelve Facu, mirá si se casan y forman esa familia que tanto soñaste?
- Familia! Jajaja! Facundo debe estar a miles de kilómetros de acá. Familia!
Se miro al espejo. Al lado del espejo, el vestido de Valeria. Lo abrazó. Lo abrazó fuerte. Sintió su corazón latir con rudeza. Su cara se ensombreció. Una idea le rasgó el alma.
- Vas a abortar!
- No tiene la valentía…Cobarde!
- Tengo miedo.
Cerró los ojos. Y condenó su corazón.
- Latí fuerte. Tus últimas horas, corazón. No voy a matar a mi bebé. Voy a morir con él.
- Jajajajaaja… que puta vas a matarte! Estúpida. No tenés los ovarios… No tenés nada… jajajaja.
- Tengo miedo.
- Martita… mi vida… Facun...
- Facundo no va a volver! Gritó.
Tratándose de convencerse a ella misma. Y completó su veredicto:
- Mañana. Cuando la última campanada de la iglesia anuncie que Valeria ya se casó… me voy a enterrar la tijera en el corazón… Así que, latí fuerte… tus últimas horas…corazón… tus últimos latidos…
Capitulo 6: Las campanas.

Tic tac.
Tic Tac.
Impiadoso el reloj marca las ocho menos cinco. Cinco minutos antes del fin. La carta para su mamá está sobre la mesa. Otra para la abuela. Y la Singer con un moño y una tarjeta para el Centro de Atención al Niño.
- Martita… no lo hagas…
- No lo va a hacer… es un cagona.
- Tengo miedo.
- Vos siempre tenés miedo.
Tic Tac.
Tic Tac.
Las ocho. Silencio…
- Porque no suenan las campanas? La puta! Que fastidio!
- Capaz que no se casó Valeria… Capaz que no sos la ultima!
- Deja esas tijeras… me da miedo.
Tic Tac.
Tic Tac.
Ocho y cinco.
- Nada, che! Capaz que esta perra tiene una oportunidad más…
- Viste! La vida te sonríe! Nunca vas a escuchar esas doce campanadas… Hoy no! Capaz que las tuyas sean las que si escuches…
- Dejá las tijeras!
- Pero la puta madre… No pasa nada…
Tic Tac.
Tic Tac.
Ocho y diez.
- Mira, vos che! La muy putona se salvó!
Clannnnnn. Clan. Clan.
Sonó.
- Aaaaaver ahora si tenés lo que tenés?
- Dejá la tijera!
- Tengo miedo!
Clan. Clan. Clan.
- Dejá las tijeras.
- No! Dejá que se mate.
- Tengo miedo.
- Dejá la tijera.
Apoyó la tijera en su pecho. Cerró sus ojos. Y suspiró.
Clan. Clan. Clan
- Dejá la tijera!
- Tengo miedo!
Clan. Clan. .
- Dejá las tijeras.
- No! Dejala!
- Tengo miedo.
- Dejá la tijera.
- Yaaaaaaaa!
Ding Dong.
- Eh!?
- Timbreeee! Es acá!
- Y si boluda, no van a instalar un timbre en el campanario!
- Tengo miedo.
- Dejá la tijera…
- Matate ya!
Clan….
La última campanada sonó. Tomó aire. Separó la tijera del pecho para tomar impulso y clavarla…
Ding Dong
Ding Dong Ding Dong Ding Dong
- Andá atendé… sino van a sospechar que te pasa algo… No te fuiste al casamiento…No atendés… van a echar la puerta.
Ding Dong Ding Dong
- Soltá la tijera.
- Matate!
- Tengo Miedo.
- Soltá la tijera, atendé y después te matas…
Ding Dong Ding Dong
Suspiró fuerte. Dejo a un lado la tijera y la escondió bajo unos retazos. Presurosa fue a ver quién era…
Nadie.
Sola.
- Capaz que era la muerte que te venía a buscar…
- No! Habrá sido un ángel que te envió dios para que no te mates…
Bajo la cabeza y se dio vuelta para subir y terminar con su condena, cuando…
- Marta! Marta!
No reconoció su voz… Y ella sabía mucho de voces. Siempre las tenía retumbando en su cabeza. Pero está era otra voz.
Giro y miró que del otro lado de la calle había una silueta de un hombre y una mujer con un bolso cada uno…
Era Facundo. Y una anciana.
- Marta… Mi amor. Perdona que me fuera sin avisarte. Mamá estaba con unos problemas de salud… tuve que viajar de urgencia. Pero ya está bien y la traje para que te conozca… Marta! Marta! Dijo esto dejando atrás a su mamá y cruzando la calle.
Marta no salía de su asombro. Casi se desmaya… El como siempre la sostuvo.
Los ojos de Facundo se rompieron en mil pedazos, igual que su alma. Ella se quedó muda. Quieta. Inmóvil. Él lo tomo como un rechazo. Se sintió derrotado. Miro a la anciana buscando una explicación... Tomo distancia lentamente como no creyendo su suerte... Fue un instante que duró siglos... Le susurro algo a su madre en el oído. Ella miró a la muchacha con compasión y acaricio la mejilla de su hijo con miel en los dedos... Giraron y lentamente comenzaron un extraño camino de vuelta...
- No! (Gritó) No! Esperen… suban, por favor…
- Mirá, no queremos molestarte…
- Suban, por favor…Subí, mi amor...
Entonces en sus ojos brillaron las luces del pueblo.
- estoy un poco descompuesta… debe ser algo que comí. Haciendo un gesto, tocándose el vientre…
Entonces, el le toco la panza queriéndola aliviar… Y sintió una descarga eléctrica inexplicable. Una mirada bastó para sellar el reencuentro...
El mundo se detuvo. Dos seres que se aman. Tan simple y tan inesperado... Como la vida y la muerte. A lo lejos, un automóvil decorado con cotillón para la ocasión, abandona la explanada de la iglesia con un molesto tronar de bocinas, repartiendo la alegría del nuevo matrimonio... Muy cerca de allí, pero muy lejos de todo, una figura quedará perpetrada en las memorias del cielo: un hombre y una mujer con sus manos unidas en el vientre de ella... casi acariciando a su retoño... el milagro de la vida... el milagro del amor.
- No te preocupes… yo te voy a cuidar. Volví. Volví para quedarme… Volví para cuidarte…
Ella no dejó que retirara la mano de su vientre y lo apretó un poco más…
- Yo también volví….

Las tres siluetas se perdían de la noche. Marta pasaría una noche especial. Rodeada de estas personas que sería lo que tanto soñó. Su amor, una mamá, un bebé y ella… una familia.
Las voces? Jamás se las volvieron a escuchar en este hogar...


FIN

Texto agregado el 26-07-2008, y leído por 101 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-08-2008 Estupendo! La narrativa limpia, las ideas entre líneas, entendibles, Los guiones divertidos, el tema exquisito y el final de película. Me encantó leerlo. starfish
 
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