El dolor ya es tenue, y se esconde
En su pecho rosado y pecoso.
Las lágrimas se secan ya ajenas
Al triste pasado desierto.

El deseo de tener su piel, ya se ha ido
Porque ella y su nombre nunca existieron,
y en un libro roñoso y anciento
las historias de amor nunca se escribieron.

La angustia se reemplazó
Ahora por intelecto,
y la barbarie del eterno amor
se fugó por las esquinas del tiempo.

Qué mil demonios
Atraviesen este corazón
Para hacerlo más fuerte e inmune
Al deseo de tener alas!

Para que así ahora
El azul de su alma
Recuerde la luz perdida,
Y los demonios corruptos
Ya no estén..