Decíamos que reconocemos que hay dos autenticas dimenciones: esta realidad material y espiritual, y aquella otra dimención invicible que reconocemos como el más allá, el cuerpo de Dios, el lugar a donde vamos con el alma arrollada cual periodico debajo del brazo, y de donde venimos.
¿Podría haber una tercera dimención, o una cuarta, o gran cantidad de ellas?. Pienso que sí así fuera de todos modos existiría esa segunda.
O sea que de lo que hablaremos será de dicha "segunda dimención".
Lo que hay de seguro son compartimentos,
y esto es lo que siempre os hace confundir y pensar que existen otras dimenciones aparte de esta segunda.
Pero ha no olvidar, que sí efectivamente hubiera una tercera, es que hay una segunda.
Y de ella es de la que vamos hablar.
Decía que los compartimentos son como diviciones que se provocan por la gran cantidad de espacio existente, digamos que en la segunda dimención sus habitantes se encuentran comodos,
todos tiene una identidad para disfrutar,
y un espacio donde moverse,
pero al no poder palparse materia los sentimientos de la existencia estan en un sintonía de armonía,
de paz, de nube que se traslada por un suave viento por el espacio del compartimento.
Lo que denominé como identidad, no es una falsa información; pero esa parte del ser no es tan importante como en la realidad material.
Como explicarlo...es un organo sensitivo de poca resonancia, en la estructura, tiene su valor,
pero no es determinante, puedés llegar a no tener identidad e igual existir sin problemas.
Aquí no existe la pobreza.
Bueno resulta que llegamos a la conclusión de que nuestro compartimento limita con la realidad material, y lo que queremos hacer con otros entes amigos es provocar una fricción en la pared que nos divide, y hacer un boquete para poder entrar.
(Ji ji ji). Digamos que será algo parecido a robar un banco pero no. Puesto que aquí nada de lo que vosotros tenéis nos sirve. Lo que queremos,
por un momento, es divertirnos.
Hacemos una ronda y nos ponemos a girar dando vueltas tan fuerte que podemos lastimar.
Y el boquete se provoco a la altura de la provincia de Cordoba, en Argentina, en la capital que lleva el mismo nombre, a la hora exacta donde hay una manifestación, impera el humo de los gases lacrimogenos, quien penetran la segunda dimención;
se sueltan risas, que se mezclan con los estallidos de las bombas de estruendo...