Lo raro no es que aquel tipo comprara el periodico en una tienda de 24 horas. Lo extraño es que lo comprara a las 11 de la noche. ¿Para que ver las noticias ya pasadas? ¿por que no comprarse en unas horas el diario de la mañana siguiente?
Asi que decidi seguir a aquel tipo. Estaba convencido de que habría comprado el periodico para engañar a alguien, claro, que tonto, seguramente lo quería para reemplazarlo por uno que se hubiera roto o manchado... Al pensar en una hoja de papel manchada, me imaginé el rojo de la sangre.
Al llegar a su portal, supe que habia matado a su mujer y que su suegra, que vivia con ellos, leia el diario cada noche, antes de dormir. Desde la ventana, una vieja nos contemplaba. Tenía que ser la suegra.
Cuando, fingiendo ser un vendedor de enciclopedias, llamé a su puerta, habían dado las doce de la noche. No quedaba ni rastro de la suegra, asi que le amenacé con denunciarle.
Está entre rejas.

Sigo siendo el autético Sherlock Holmes de este psiquiatrico.