Suelo escribir mis paranoias momentáneas y nunca para ningún tipo de alarde. Mi madre me ha escrito de esa misma manera. Me echa de menos.

Para mí esto vale mucho más que cualquiera de las cosas que yo escriba. Por eso aquí va la carta, demasiado personal para ser leida, pero como es mía...



Nunca te he contado un descubrimiento que hice

cuando tenía tu edad: "El espacio íntimo".

Era un libro, no sé si una novela. Explicaba que

todos tenemos un espacio alrededor de nuestro

cuerpo que nos pertenece, de unos centímetros de

espesor, y que cubre todos los espacios.

Sólo dejamos que entren en él las personas mas

allegadas, las dejamos compartir con nosotros algo

muy personal. Cuando nos besamos, nos

abrazamos, las caricias...

A veces, por condicionamientos sociales, debemos

dejar que alguien lo roce. Cuando nos da la mano,

un beso de compromiso...

Son pocos los que abrazas con fuerza o besos con

amor.

Esos pocos son unos privilegiados, y tú eres para

mí una privilegiada muy interesante.


Un beso.

Un abrazo.

Un roce.

Un choque.

Una caricia... de mamá.