| Cruel final 
 Cuando el avión cayo saltaron sobre la cama muy juntitos, así se daban valor y mantenían el calor
 Afuera una nevisca fría y persistentemente, lo cubría todo.
 Dentro del cuarto la cama, una alfombra y una vieja salamandra que tomaba protagonismo, desparramados por el piso zapatos y medias. Huellas de barro llegaban hasta la cama, sobre la cual se amontonaban frazadas y abrigos
 Los vidrios empañados de la ventana dejaban entrar una tenue claridad, dando así una rara luminosidad a la escena, al fondo del cuarto una puerta destartalada ponía el limite con el resto de la cabaña
 El la miro y pareció decirle
 -Te amo
 Sus diminutos y huesudos dedos se entrelazaban como en silenciosa plegaria, sus cuerpos temblorosos se copiaron aun más
 Afuera se escucho un fuerte ruido, de la salamandra salto una chispa tardía
 El tiempo se deslizaba inexorable, ahora se escuchaban gritos, algo paso muy veloz frente a la ventana.
 Golpes y voces airadas que preguntaban atropelladas.
 No había respuesta
 Ellos se apretaron mas, fundidos en un solo cuerpo, entendían.
 Los ruidos los fueron rodeando, como anunciando que la hora llegaba
 La puerta se abrió de un golpe y se escucho un feroz maullido, seca e imperante, una orden exigía.
 -¡Atrapa a las malditas!
 -¡Atrápalas y destrózalas!
 Entre las sabanas sintieron que su fin llegaba, solo emitieron un agudo chillido cuando volaron del terrible zarpazo
 El cuarto retomo su calma, una mano distraída  acomodo el avión en la repisa junto a la ventana.
 Llego una escoba displicente y arrastro sus restos fuera.
 Mas tarde las fauces de Murdok terminaron la tarea.
 
 
 RR 26 08 08
 
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