No había nadie conocido en ese lugar salvo por aquella mujer que fuma apresurada en la esquina del bar, ¿Dónde la había visto? La conocía en realidad o acaso el alcohol en mi sangre me jugaba una mala pasada como tantas veces lo había hecho; trataba de imaginarme como una mujer tan elegante podría conocerme, así que la hipótesis del alcohol en mi sangre cobró fuerza en aquel momento y dejé que mis pensamientos vagaran por otros rumbos; comencé a recordar cuando entré por primera vez a este bar, no tenía mas de 18 años, en ese entonces se asemejaba más a un burdel barato que al bar de moda que era ahora, pero como me gustaba ir a pasar el rato con amigos y de paso entregarnos a los placeres que las mujeres nos prodigaban sin censura ni promesas de amores eternos; mi mirada se centra nuevamente en la mujer de la esquina, me parece o ella también me fija la mirada, no puede ser, no creo; enciendo un cigarrillo, al menos la noche se torna interesante me digo a mí mismo, Dios que cansado me siento, estoy por encender otro pucho cuando siento una palmada en la espalda que me hace botar el cigarro, es Luis y Daniel, viejos amigos de infancia y de bar; nos sentamos en la mesa de siempre y comienzan a hablar las mismas anécdotas de toda la vida, me siento aturdido, solo me quedo por que la flaca de la esquina me miró, que baboso me siento.
Ya son las dos de la mañana, completamente ebrio, decido irme a otra reunión que tenía esa misma noche, no me despido de Luis y Daniel, aprovecho mi escala en el baño y salgo raudamente del bar; donde mierda dejé el carro carajo, avanzo unas cuadras, saco el celular, no tiene batería, a media cuadra veo mi carro, sonrío, tan huasca no estoy me digo; cuando estoy más cerca veo a alguien sentado el en capot, ¡carajo, estos borrachos siempre se apoyan en carros ajenos!, finalmente llego a mi auto, las largas piernas son inconfundibles, es ella, la de la esquina del bar, pero como sabe que es mi auto; justo cuando estoy por empezar a inventarme algún piropo que no suene estúpido me toma de la mano, mete su delgada mano en mi bolsillo, saca las llaves de mi auto, entra y lo enciende, saca la cabeza por la ventana y me dice esbozando la primera sonrisa que le vi : ¡vienes!, subo y me siento a contemplarla, hasta ese momento actúo por inercia, maneja como si conociera las calles de memoria, finalmente llegamos a un conjunto residencial; donde mierda estamos, pienso, creo que es barranco; bajamos del auto y entramos, subimos hasta el segundo piso, finalmente nos detenemos frente a una puerta que decía 4b, ya dentro de la habitación me sienta en la cama, parada frente a mí se saca el vestido negro que la cubre, y deja ver lo que yo ya había imaginado, me recuesto en la cama, ella también lo hace pero sobre mi, sus senos rozan mi piel, entrelaza sus muslos con los míos, el aroma que tenía era fabuloso, una mezcla de flores que emanaba cada espacio de su cuerpo y que a medida que seguíamos en ese ritmo incansable de pasión el aroma aumentaba junto con su transpiración; no se bien en que momento me quedé dormido, eran como las 8 de la mañana a la hora que me desperté y me sentía tan bien, tan descansado, tan vital, en fin tan lleno de energía de una manera tal que no lo podría describir.
Al día siguiente comenzaron una seria de sucesos poco comunes en mi vida tan rutinaria; llegué a mi trabajo, una consultora de recursos humanos, y al caer la tarde por lo menos dos asistentes muy bellas por cierto, me dejaron claro que no aguantarían ni un día más no acostarse conmigo. Si eso ya era un milagro en mi vida, lo que ocurrió una semana después si que me dejó estupefacto; el gerente del área me mandó llamar y me comunicó mi ascenso; como era posible esto, yo un empleado mediocre a mi entender, ascendido sobre otras personas que tenían mucho más talento (este trabajo para mí solo era una escala para dedicarme a mi sueño, hacer cine) ; además de estas dos cosas también encontré dinero en un sobre en un estacionamiento, la gente me trataba con cariño, y hasta con respeto. Esto era totalmente nuevo para mi, ajeno a mi persona durante años y no me cabía en la cabeza cambios tan abruptos e inimaginables.
Todo quedo claro 1 mes después, cuando estaba sentado en el parque central de barranco; había un concierto que organizaba la municipalidad, fue entonces que divisé a una anciana que me miraba de entre la gente, estaba de espaldas al concierto, vestía una bata negra y flotaba unos veinte centímetros sobre el piso; yo me preguntaba como nadie la veía si se encontraba entre la muchedumbre; pero era así, reparé en que solo yo podía verla, inmediatamente un escalofrío recorrió mi columna y sentí como se me adormecía el cuerpo al ver que se acercaba inclinada hacia adelante, un cosquilleo invadió mi cabeza, no podía mover ni un dedo; fue entonces que se sentó a mi lado, me besó la mejilla y me susurró al oído : fue una noche maravillosa ¿verdad?; yo me desvanecía de a pocos mientras seguía escuchando sus palabras : solo me faltan 358 almas más y podré dejar de estar atada a este universo paralelo que ahora ves; la suerte que te acompaña no es fruto del azar, te la di a cambio de tu ser interior esa noche, y cuando pasen los años, tu piel se arrugue y finalmente mueras, a los ojos de los mortales volverás a ser joven como yo aquella noche y vagarás en este paralelo demoniaco contando con los dedos de las manos, las almas que te faltan para abandonarlo…….
Sentí entonces que me despertaban los guardias de seguridad creyendo que ebrio me había quedado dormido en la banca; yo no sé si fue un sueño o fue real pero desde aquel momento vivo una vida llena de excesos y lujuria, aprovechando la suerte que me fue concedida y esperando el momento de que la última alma que cuente con los dedos de las manos no seas tú, querida.