Y pensar que la vida me sonreía, cuando conocí a Laura, era ella de piel morena y larga cabellera. Tenía sonrisa exitante, me encantaba su lindo caminar y pasear junto a ella por el campo mojado por el rocío de la mañana.

En uno de esos paseos por el campo, imaginando detenidamente como sería vivir sin ella, me dí cuenta que estaba equibocado.

Ser feliz no dependía de ella si no de mí.

Estabamos una tarde sentados en un banco del hermoso estanque.
Sin pensarlo dos veces me dijo:
"No podemos continuar en lo mismo" Ya estoy cansada de seguir engañandote. Estoy cansada de fingir que me importas pero mi amor por ti termino y no puedo seguir mintiendote.

Me lleve una desepción tan grande que no quería hablar con nadie pero reflexione y acepté reconocer la verdad.

Es mejor seguir viviendo solo, que vivir engañado toda una vida.

Es verdad que me dolío su confesión; pero que iva a hacer, fue mejor que ella me lo contara que enterarme por otra fuente.

Y pensar que duré una semana sin hablarle por una tonteria, porque nuestro rompimiento solo pasó en mi dimension de sueños.

Solo mi cama guarda ese mal recuerdo de el momento de tristesa y dolor que pasé aquella noche: Pero solo ella sabe también de los momentos felices que hemos pasado, porque solo Dios y ella han sido testigo.